Gaceta Médica Madrid | martes, 16 de diciembre de 2014 h |

El envejecimiento de la población, la gran tasa de pacientes crónicos (casi 20 millones de personas padecen al menos una enfermedad crónica) y las expectativas actuales de los ciudadanos en un entorno donde han cambiado los niveles de salud de la población, la visión que las personas tienen sobre su estado físico y psíquico, la aparición de nuevas tecnologías sanitarias, el cambio demográfico y la aparición de nuevas enfermedades han hecho que la calidad de los servicios sanitarios sea una preocupación de enorme magnitud.

“En la línea de trabajar por la calidad de los servicios sanitarios, hemos de aportar soluciones a las dificultades que atraviesa el sistema, que se han puesto de manifiesto debido a la crisis financiera pero que van más allá de los aspectos meramente económicos: recursos humanos, infraestructuras sanitarias, cartera de servicios, nuevas terapias, demandas de ciudadanos y pacientes, etcétera”, explica Mariano Guerrero, secretario general de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) y presidente del Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, organizado por Sedisa y la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), cuya edición número 19 tendrá lugar, del 10 al 13 de marzo de 2015, en las ciudades de Alicante y Elche.

En palabras de Joaquín Estévez, presidente de Sedisa, “esas soluciones pasan por la reorientación de los servicios sanitarios al paciente desde conceptos como calidad y eficiencia y, a través de ellos, aportar la sostenibilidad y equilibrio que el sistema sanitario necesita”. Un nuevo modelo de prestación, en el que se potencie la figura del paciente experto, la integración de la AP y la especializada, el impulso de la eHealth y de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en Salud, son solo algunas de las diez claves para la orientación de los sercios sanitarios a los ciudadanos y, asimismo, áreas temáticas del próximo Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, cuyo lema es, precisamente, los servicios sanitarios y los ciudadanos.

Todo ello solo es posible con la implicación y el compromiso de todos los profesionales sanitarios, para lo que se requiere una alianza entre clínicos y gestores. “Existe preocupación por los momentos tan duros de ajustes presupuestarios que estamos viviendo y que están suponiendo una sobrecarga de trabajo importante para todos los profesionales”, explica Jesús Sanz, presidente de ANDE. “El papel de todos los profesionales sanitarios, incluidas las enfermeras, es fundamental para intentar minimizar las consecuencias en los ciudadanos de estos recortes que estamos teniendo”.

Respecto al directivo de la salud, Joaquín Estévez hace hincapié en la necesidad de con un liderazgo nuevo, fuerte, fiable y visible que refuerce el ahorro de costes, la ética, la responsabilidad colectiva y la empatía, “para ello, es imperativo contar con una gestión sanitaria profesionalizada, a través de directivos sanitarios y gestores con una formación adecuada, que consigan resultados en rendimiento, productividad, calidad, costes, eficacia, eficiencia”. En esta línea, el perfil de directivo debe establecerse como el de un profesional de la gestión y no como un cargo político, “con una selección basada en el explícito diseño del puesto de trabajo, estando sometido a una evaluación objetiva basada en resultados asistenciales, económicos, de participación profesional y de liderazgo social, dentro de un código de buena gestión directiva”, añade Mariano Guerrero.

Los centros sanitarios han de ir modificando sus planteamientos organizativos tradicionales para asumir otros modelos con visión de futuro, de viabilidad y respuesta a demandas crecientes. Con este objetivo, se deben contemplar organizaciones más integradoras de los diferentes niveles asistenciales, no solo primaria y especializada, sino también teniendo en cuenta los servicios sociales, que aprovechen las oportunidades que brinda el compartir servicios y recursos, ya sean de carácter asistencial o de soporte, y un papel más relevante de los profesionales en la gestión de dichos recursos.

Según Mariano Guerrero, “debemos impulsar redes asistenciales que optimicen recursos, con nuevas unidades de cuidados intermedios, el uso de la teleasistencia y del concepto del domicilio como lugar terapéutico, que puede aportar altas prestaciones a bajo coste y un uso eficiente de los recursos disponibles, huyendo del hospitalocentrismo y centrando la atención en torno a los pacientes”. Esto se requiere, sobre todo, en los pacientes crónicos, cuya gestión debe girar en torno a dos ejes fundamentales: la formación del paciente crónico como protagonista de la gestión de su enfermedad y la coordinación.