Inmunología/ 2ª Reunión europea de la EAACI sobre alergia y asma pediátrica (PAAM 2011)

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Los niños obesos presentan hasta el doble de riesgo de asma y podría ser por el patrón inflamatorio que comparten las dos enfermedades

La investigación se centra en desarrollar fármacos que bloqueen las citoquinas proinflamatorias, que hoy están lejanos a la comercialización

| 2011-10-14T16:50:00+02:00 h |

La detección y reducción de las causas prematuras de la alergia pediátrica fue uno de los temas centrales de la reunión PAAM 2011. Aunque aún se desconoce la dosis exacta o el tiempo de exposición, cada vez hay mayor evidencia de que los factores alérgenos presentes en los alimentos y en el medio ambiente tienen un papel importante en su aparición.

Según Susanne Halken, presidenta de PAAM 2011, “hay algunas hipótesis que sugieren que específicos estilos de vida y conductas alimentarias favorecen a la pronta aparición de síntomas alérgicos. Dar el pecho durante los 4-6 primeros meses ha mostrado reducir el riesgo de sufrir eczema atópico y alergia a la proteínas de la leche de vaca”. Y también existe la hipótesis de que la dieta mediterránea es beneficiosa en este sentido. Los bebés suelen sufrir dermatitis atópica y problemas gastrointestinales, y en los niños los síntomas derivan a asma bronquial y rinoconjuntivitis alérgica.

C. Ossorio

Barcelona

Un 20-25 por ciento de los niños españoles sufre sobrepeso u obesidad, y un 15 por ciento desarrolla asma. Si bien se pensaba que los pacientes pediátricos con asma tienen dificultad respiratoria para realizar ejercicio físico, hecho que les aboca al sedentarismo y al aumento de peso, esta situación no justifica todos los casos.

Como explicó Ángel Mazón, médico adjunto de la Unidad de Neumología y Alergia Infantil de La Fe de Valencia, y copresidente de la 2ª Reunión Europea sobre Alergia y Asma Pediátrica (PAAM), en la actualidad se ha comprobado que las células adiposas son secretoras activas de citoquinas, tanto con actividad proinflamatoria como anti-inflamatoria.

“Se piensa que las citoquinas del tejido adiposo provocan una inflamación de las vías respiratorias, que da lugar a una respuesta aumentada de las vías aéreas frente a estímulos alérgicos, infecciosos, contaminantes…”, añadió. De ahí que en los niños con sobrepeso las cifras de asma casi se duplican, a un 20-25 por ciento.

Un estudio liderado por La Fe, publicado en 2010 en la revista Allergy, establecía la relación existente entre las dos enfermedades, y otros trabajos sugieren el sustrato inflamatorio que comparten.

Los esfuerzos en este campo se centran en desarrollar fármacos que bloqueen la acción de las citoquinas proinflamatorias, que serían útiles para pacientes asmáticos sin sobrepeso también, pero a día de hoy están en fases muy lejanas a la comercialización.

Según Mazón, se ha comprobado que frente a la interleucina 5 (IL-5) se han empleado anticuerpos que producen efectos bioquímicos, celulares, y permiten mejoras desde el punto de vista analítico, pero no ejercen tanta repercusión en los efectos clínicos.

Avances en inmunoterapia

Por otro lado, Antonio Nieto, jefe de la Unidad de Alergia Infantil del Hospital La Fe de Valencia, comentó a GM que la estandarización de los extractos alergénicos ha permitido conocer y controlar con exactitud qué cantidad de alergenos se administra en las inyecciones con inmunoterapia, aumentando así su seguridad y su eficacia de forma significativa. “Se puede afirmar que en un paciente en el que está bien establecida la alergia a un alergeno inhalante, las posibilidades de que el problema mejore o incluso remita son muy elevadas si se administra inmunoterapia”.

En el caso de los antihistamínicos de nueva generación, de los que van apareciendo nuevas moléculas, Nieto destaca que se trata de fármacos que no atraviesan la barrera hematoencefálica, razón por la que evitan los efectos asociados a la primera generación, como la somnolencia, influencia sobre el ritmo cardiaco, o aumento de apetito.

Además, Nieto hace hincapié en la importancia de desarrollar estudios clínicos específicamente diseñados para comprobar su eficacia en población pediátrica, siguiendo las normas que ha establecido la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en los últimos dos años, pues no basta la mera extrapolación de los resultados en adultos. En este sentido, ya se dispone de antihistamínicos como rupatadina o desloratarina, que se han probado en niños.

En la actualidad, La Fe participa en un estudio multicéntrico internacional en niños —a partir de 12 años— y adolescentes asmáticos con bromuro de tiotropio, pues hay datos que sugieren la efectividad en asma de este fármaco que se emplea para el tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica en adultos.