55º Congreso Nacional de Farmacia Hospitalaria

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El gerente del H. Infanta Leonor cree que esta medida añade valor estratégico

La renovación del modelo es viable “con profesionales cualificados y entrenados”

| 2010-10-22T17:01:00+02:00 h |

E.M.C.

Madrid

La solución a los problemas que plantean los modelos asistenciales en la prestación del servicio de Farmacia Hospitalaria no vendrán del mismo nivel que los creó, deben partir de la exploración de las experiencias que nos rodean. Es la reflexión que marcó el comienzo la semana pasada de la sesión plenaria sobre innovación en modelos asistenciales. Una idea expresada por Ismael Escobar, jefe de Sección de Farmacia del Hospital Infanta Leonor de Madrid, moderador de la mesa en la que se intercambiaron experiencias en aras de una mejora necesaria.

La primera de ellas corrió a cargo de César Pascual, director gerente del Hospital Infanta Leonor y Virgen de la Torre, que abordó el papel de estos servicios en los nuevos hospitales madrileños, abiertos a la colaboración con la iniciativa privada ya sea en la construcción y gestión de los servicios no asistenciales, como es el caso de su hospital, o en la totalidad de los mismos.

Un cambio de papel

Pascual subrayó la necesidad de que la farmacia hospitalaria cambie su papel, en un entorno en el que las reglas del juego también se han modificado. La tendencia, asegura, es huir hacia estructuras horizontales en este servicio. “Debe jugar otro rol, avanzar para llegar a convertirse en un agente útil del hospital”, indicó.

Para el gerente, es fundamental que el servicio de farmacia lidere la configuración de un sistema de información basado en el medicamento, con una visión global y estrechando los lazos con los gestores y con los profesionales de la medicina.

Pascual cree posible centralizar los servicios de farmacia con el objetivo de mejorar la gestión interna y aumentar la especialización de los profesionales. “Debe añadir valor más allá de la gestión de compra, debe aportar riqueza estratégica”, añadió, así como “asumir un papel más relevante en la evaluación crítica de nuevos medicamentos, proporcionando valor y responsabilidad”.

El gerente del Infanta Leonor mostró su convencimiento de que los avances en tecnología de la información y la implantación de la historia clínica compartida permitirán desarrollar indicadores conjuntos en atención primaria y especializada que aportarán eficacia, efectividad y seguridad.

Asimismo, atribuyó al servicio de Farmacia Hospitalaria la competencia de asumir la política de gestión de riesgos del medicamento en toda la cadena lo rodea, así como de impulsar la gestión de la calidad. Para ello, le confiere un papel que va más allá del puramente “fiscalizador”. Debe ocupar un lugar que permita, en su opinión, estimular la competencia entre los hospitales, favoreciendo el benchmarking y una política de resultados que permita analizar la gran variabilidad clínica y constate que una prescripción diferente también proporciona resultados distintos en salud.

La farmacia, concluyó, “puede asumir un rol que va más allá de la mecanización”. Entre otras funciones, puede elaborar nuevos espacios de colaboración que supongan un avance en el desarrollo del centro.

Reducir los errores

De cara al desarrollo de nuevos modelos asistenciales, experiencias pioneras como la puesta en marcha de un proceso integral de utilización de medicamentos antineoplásicos en Instituto Oncológico de San Sebastián, expuesta por su jefe de Farmacia, Gerardo Cajaraville, también suponen una fuente de inspiración. El especialista desveló las particularidades de un modelo que garantiza la trazabilidad de las actuaciones en la prescripción, validación y dispensación de los fármacos a través de un sofisticado sistema de códigos de barras que, al ser introducidos en las herramientas informáticas, permiten detectar y corregir errores en la medicación a lo largo de todo el proceso.

El sistema implantado en el centro previene 15 errores de administración al año, según indicó su responsable. No obstante, puntualizó que el éxito de este tipo de iniciativas está condicionado al empleo de estos sistemas en un entorno de cultura de seguridad con personal cualificado y entrenado. En cualquier caso, Cajaravi-lle destacó que es fundamental validar estas tecnologías y asumir que los errores siguen presentes de forma cotidiana, especialmente en las áreas con menor cobertura tecnológica.