La pandemia de COVID-19 ha proporcionado una gran visibilidad al trabajo de los servicios de Medicina Preventiva de los hospitales españoles. La labor de estos especialistas ha dado un vuelco radical en los últimos años, tal y como reconoce a GACETA MÉDICA Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (Sempspgs), que explica el papel actual de los preventivistas en la vacunación de los pacientes de riesgo.

“Somos la especialidad que atiende la parte de atención especializada de la vacunación”, detalla el presidente, también jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínic de Valencia. Como muestra de la actividad que llevan a cabo, el experto recuerda que la Unidad de vacunación de este centro se creó en 2007 y fue, con la pandemia, cuando se vio desbordada por la demanda. “En esta situación es esencial aumentar los recursos humanos, médicos y enfermeros para responder adecuadamente a un aumento de pacientes, especialmente con tratamiento inmunosupresor”, subraya.

El experto admite que esta mayor demanda relacionada con la expansión de este tipo de tratamientos les está desbordando. De ahí la necesidad de mejorar la coordinación y la comunicación con los distintos servicios hospitalarios para aplicar con criterio la vacunación de los pacientes con mayor riesgo y peor pronóstico en caso de que no reciban todas sus vacunas. “Se trata de priorizar la vacunación y alcanzar una cobertura del cien por cien al menos en estos pacientes con mayor riesgo”, remarca.

Ante este nuevo escenario, el servicio está ultimando la celebración de una jornada de formación el próximo 27 de abril para que los diferentes servicios trasladen a los especialistas de Medicina Preventiva el conocimiento sobre este tipo de pacientes, entre los que también se encuentran los pacientes oncológicos y hematológicos, quienes han recibido algún tipo de trasplante o los pacientes en diálisis, por citar solo algunos ejemplos. Con respecto a los pacientes tratados con inmunosupresores, están implicados servicios como Dermatología, Reumatología, Aparato Digestivo o Neurología, que reciben a las personas con enfermedades autoinmunes, cada vez más tratadas con este tipo de fármacos o, en su caso, con inmunomoduladores.

Heterogeneidad a todos los niveles

Si hay algo que defina el abordaje de la vacunación de los pacientes de riesgo en el entorno hospitalario es la heterogeneidad a todos los niveles. A escala nacional, y a pesar de la existencia de un marco común y un calendario vacunal común para los pacientes de riesgo, en la práctica no hay un protocolo o procedimiento único o uniforme en todas las regiones.

Hay que exigir a los servicios de Medicina Preventiva que cumplan con su cartera de servicios, y eso incluye la vacunación del adulto del grupo de riesgo”

En Comunidad Valenciana, por ejemplo, desde 2017 cuentan con un protocolo regional, que centraliza esta vacunación en los servicios de Medicina Preventiva. En este caso, y aunque el protocolo existe, como remarca el portavoz, debe potenciarse la organización interna para llevar a cabo con éxito este cometido.

Las diferencias entre centros sanitarios también son ingentes. De entrada, no todos los hospitales cuentan con un servicio de Medicina Preventiva. En este sentido, Ortí remarca, además, que algunos centros no tienen un servicio de Medicina Preventiva suficientemente dotado de recursos, “que es lo primero que habría que hacer”. En cualquier caso, añade que “hay que exigir a los servicios de Medicina Preventiva que cumplan con su cartera de servicios, y eso incluye la vacunación del adulto del grupo de riesgo”.

Mejorar la comunicación

Dentro de un mismo hospital, también hay grandes diferencias en función de la relación y la implicación de los diferentes servicios. En este sentido, Rafael Ortí echa en falta una mayor comunicación entre todos ellos, para evitar que queden pacientes de riesgo sin vacunar.

“El abordaje de estos pacientes desde la perspectiva de la vacunación exige una gran coordinación, un gran conocimiento de los circuitos de derivación, que trabajemos en equipo, que salgamos de los servicios de Hematología u Oncología -en mi hospital lo hacemos-, y que todos ellos tengan una relación muy directa con preventiva”, insiste.

“Hay que exigir a los servicios de Medicina Preventiva que cumplan con su cartera de servicios, y eso incluye la vacunación del adulto del grupo de riesgo”

Como ejemplo, cita la pauta con los pacientes trasplantados. “A falta de protocolos en todos los centros, las indicaciones a nivel nacional marcan que, por ejemplo, antes de realizar un trasplante se pueda ir preparando esa vacunación completa con todas las vacunas que requiera cualquier persona. Ellos empiezan de nuevo”, insiste.

“A veces es algo tan sencillo como que el especialista que va a atender a un paciente oncológico o hematológico pregunte si está al día en cuanto a vacunación”, indica. “No tiene sentido invertir esfuerzos en complejos tratamientos y que puedan surgir complicaciones a posteriori por enfermedades comunes que pueden prevenirse mediante la vacunación”, razona el experto.

A pesar de ser una indicación accesible, este tipo de prácticas (la consulta sobre el estado de vacunación) no siempre se lleva a cabo, reconoce, y destaca áreas de mejora, por ejemplo, en oncología, donde resulta fundamental y ha de abordarse la vacunación con antelación suficiente antes de iniciar la quimioterapia.

Buenas prácticas que se pueden exportar

“En algunos hospitales, ni mucho menos en todos, el servicio de Medicina Preventiva pide listados de los pacientes que tengan alguna alteración de su situación de la inmunidad”, explica. “Por ejemplo, Hematología nos pasa cada año la lista de pacientes trasplantados de manera que se pueda hacer una búsqueda activa de aquellos pacientes que no han acudido cuando se derivaron a Preventiva. Hablamos de más del 90 por ciento de cobertura”, detalla Ortí.

Junto a una mayor sensibilidad y concienciación por parte de los especialistas que tratan a estos pacientes en situación de riesgo, el presidente de la Sempspgs también aboga por una mayor formación y concienciación a los pacientes. “Deben ser conscientes de que si, en circunstancias normales, estar al día en vacunación supone una protección importante, en una situación de vulnerabilidad es más importante aún”, defiende.

Para finalizar, el experto remarca que es importante que se puedan compartir las buenas prácticas de los centros más avanzados en este sentido, como es el caso de la búsqueda activa de pacientes mediante los listados que les proporcionan los distintos servicios que atienden a estos pacientes con situaciones especiales.


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