La VI Cumbre Española contra el Cáncer, organizada por el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), ha contado con la participación de profesionales sanitarios, de la industria farmacéutica y de la política, así como representantes de pacientes para abordar el cáncer desde todas las perspectivas que lo incumben. En este sentido, este año el evento cuenta con el eslogan “un compromiso de todos”.

Con el fin de buscar soluciones para los retos a los que se enfrentan los pacientes oncológicos y los profesionales que les tratan, Gepac ha puesto el foco en la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas en esta VI cumbre. La inauguración del evento ha ido de la mano de la consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute, quien ha destacado que “hay que prevenir para hablar más de salud y menos de enfermedad”.

Fátima Matute durante su intervención en la VI Cumbre Española contra el Cáncer.

La consejera ha reseñado los programas de cribado y detección precoz que la región madrileña ha puesto en marcha, como el proyecto Cassandra, y también las herramientas tecnológicas con las que cuentan en la comunidad, como los nuevos aceleradores lineales de partículas. Asimismo, ha aprovechado la ocasión para reclamar que se acelere la llegada a España de los nuevos tratamientos para enfermedades oncológicas. “No podemos aceptar la profunda inequidad que supone que un paciente español espere hasta 600 días para acceder a una terapia, frente a los 133 de países de nuestro entorno”, ha señalado Matute.

Factores prevenibles

Entre los diferentes espacios de debate que se han llevado a cabo durante la jornada uno de ellos ha abordado de manera integral los desafíos relacionados con la prevención del cáncer. La mesa “Forjando estrategias: colaboración comunitaria en la prevención del cáncer”, moderada por Cintia Díaz-Miguel Latorre, responsable de comunicación de Hospitales Viamed Madrid, ha analizado todos los aspectos referentes a la prevención, desde los principales factores que pueden condicionar la aparición de determinados cánceres hasta las necesidades de los pacientes respecto a información y apoyo.

“Nuestros estilos de vida impactan en la posible aparición de tumores, hablamos de factores de riesgo clásicos como el tabaco, el alcohol o la forma de alimentarnos. Se ha visto que modificando estos tres factores podríamos reducir la mortalidad por cáncer de manera importante”, explica Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública y director de la Cátedra de Innovación y Gestión Sanitaria de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. “Esto sería en un ámbito primario, en este sentido también tenemos algunas vacunas como la del virus del papiloma humano que, estadísticamente, está ligado al cáncer de cuello de útero, pero no solo a este sino a otros como el cáncer de vagina, etc.”, añade Gil de Miguel.

Por su parte, María Torrente Regidor, cardióloga y responsable de la consulta de cardiooncología CLARIFY de largos supervivientes oncológicos del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda, señala el impacto y la relación que existe entre el cáncer y la patología cardiaca. “Los problemas cardiovasculares los asociamos como algo secundario a los tratamientos oncológicos, pero hemos visto que no es solo esto. Existe una prevención primaria a nivel de control de factores de riesgo cardiovascular, que están ahí desde el diagnóstico de la enfermedad oncológica”, señala Torrente. “Valoramos el riesgo cardiovascular del paciente, así como el riesgo de determinados tratamientos en el sistema cardiocirculatorio”.

La experta ha señalado que en un 40 por ciento de los pacientes oncológicos se detecta dislipemia y en un 60 por ciento hipertensión. “Conociendo estos factores de riesgo podemos anticiparnos. Para ello necesitamos equipos multidisciplinares que se encarguen de esa prevención, no solo en el ámbito hospitalario, cuando la persona ya viene con su patología, sino en todos los campos. Además, hay que otorgar herramientas a los pacientes y enseñarles a utilizarlas para que ellos también puedan participar en el cuidado de su salud”, indica Torrente.

Estrategias de accesibilidad

Entre los puntos clave dentro de la prevención del cáncer también se encuentran las estrategias que se llevan a cabo en las diferentes comunidades autónomas. Aunque, uno de los problemas principales que se presenta aquí es la inequidad que esto representa dentro del Sistema Nacional de Salud.

En Castilla-La Mancha se llevan a cabo diferentes planes que facilitan a los pacientes someterse a los cribados oncológicos. “En nuestra comunidad concretamente lo que nos distingue es que la mayor parte de la población reside en núcleos muy pequeños y dispersos”, apunta Laura Ruiz López, directora general de Salud Pública de Castilla-La Mancha. “Sin embargo, tenemos una adhesión superior al 80 por ciento en cribados de cáncer de mama. Esto se debe a que facilitamos a las personas llegar hasta ellos, ya que la accesibilidad es fundamental. Ponemos autobuses que recogen a las mujeres en sus poblaciones y las acercan a los centros donde se realizan las mamografías o, también, acercamos los mamógrafos portátiles a sus poblaciones”, señala Ruiz.

Asimismo, la experta de Castilla-La Mancha destaca que la inteligencia artificial es esencial en procesos de datos, acciones automatizadas que ayudan a los profesionales y ahorran tiempo.

En esta misma línea, Manuel García de la Vega Sosa, presidente de la Sociedad española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS), apunta que desde las sociedades científicas llevan a cabo una labor de concienciación sobre los factores de riesgo para la población, pero también presentan una función transversal al colaborar y compartir conocimientos con otras sociedades.

De paciente a paciente

Mónica García, ministra de Sanidad, junto con Begoña Barragán, presidenta de Gepac, durante la VI Cumbre Española contra el Cáncer.

Las asociaciones de pacientes tienen un papel fundamental a la hora de colaborar con las personas afectadas, sus familias y también con los profesionales sanitarios. Tal y como explica Aránzazu Sáez Sánchez, presidenta de la Asociación Española de Cáncer de Tiroides (AECAT), “desde las asociaciones siempre estamos dispuestos a colaborar. Asimismo, podemos aprovechar esa confianza que se crea entre pacientes y dirigir un mensaje más directo y más completo, además de hacer defensa de los derechos de los pacientes, tanto a nivel físico como emocional”. Como asegura Sáez, “el paciente que se siente mejor tiene la capacidad de trasladar la información de manera más efectiva, tanto a sus familiares y amigos como a otras personas afectadas”.

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha sido la encargada de cerrar el acto y ha destacado que “el cáncer representa un desafío que convoca a la participación activa de toda la sociedad, incluyendo a los gobiernos, a las instituciones, a los profesionales, a los pacientes y a la sociedad en general. La ruta para combatir el cáncer está bastante bien delineada, pero todavía quedan desafíos como la colaboración comunitaria, el potencial transformador de las pruebas genéticas y la búsqueda de equidad en el acceso a tratamientos”.

En este sentido, la ministra ha reiterado la lucha contra el tabaquismo como uno de los principales factores de riesgo de cáncer y, también ha anunciado la creación del Sistema de Vigilancia del Cáncer, que tiene como fin facilitar e impulsar la colaboración comunitaria para mejorar la investigación y evaluar el impacto real de los programas de prevención y control del cáncer.

La VI Cumbre Española contra el Cáncer cuenta con el aval de la Fundación ECO, la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SeAP-IAP), la Sociedad Española de Graduados y Técnicos en Radiología (Segra), la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR).


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