España es, junto a Chipre y Finlandia, uno de los tres países en los que el rendimiento de la innovación se ha incrementado de manera más notable en 2019. Así consta en el ‘European Innovation Scoreboard 2020’ publicado por la Comisión Europea, que deja otras alegrías al sistema español de Ciencia y Tecnología. Su fotografía permite comprender qué debilidades del sistema se deben superar y qué fortalezas se pueden potenciar. Entre estas últimas destaca una clara apuesta en el apartado de recursos humanos.

En efecto, esta área es que la que sobresale de entre todas aquellas en las que España tiene mejores resultados que la media europea. En concreto, con un crecimiento del 66,7 por ciento, España es el país con mayor tasa de mejora en el rendimiento en la categoría de recursos humanos entre 2012 y 2019. Comparando con los datos de 2018, es también el país con mayor crecimiento (34,3 por ciento) en este aspecto, hasta situarse en el quinto puesto de la UE, por delante de países considerados fuertemente innovadores.

En segundo lugar se sitúa el entorno favorable a la innovación. Aquí, España se sitúa en 2019 en el noveno lugar y es, después de Malta, Polonia y Lituania, el país cuyo rendimiento más ha mejorado en este capítulo. Por último, también aparece por encima de la media europea en impacto en el empleo, siendo el cuarto país, tras Luxemburgo, Malta y Letonia, con mayor tasa de mejora.

En cuanto a debilidades a superar, la Comisión destaca las de innovación en pequeñas y medianas empresas, inversión empresarial y colaboración público-privada.

Puesto 14 de 27

En general, en 2019 España ha mejorado cinco posiciones en el ranking de la innovación respecto al año anterior. Concretamente, se sitúa en el puesto 14 sobre el total de los 27 países de la Unión Europea. Pero sigue en el grupo de los países considerados “moderadamente innovadores”. De hecho, las recomendaciones en I+D de la Comisión Europea a España, siempre habituales en el marco del semestre europeo, se han mantenido en 2020.

Después de alertar durante años sobre los peligros asociados al déficit de inversión y organización en el sistema español de I+D, el mensaje de Bruselas adopta un cariz distinto a la luz de la COVID-10. La Comisión sabe que las perspectivas de recuperación de la economía española dependerán de su capacidad para aumentar la productividad e impulsar la innovación. Y también que las consecuencias socioeconómicas de la pandemia serán peores en las regiones menos industrializadas.

La perspectiva es alentadora de cara a las futuras ediciones de este ranking de innovación. El fomento de la I+D+i ha sido uno de los mensajes estrella durante las comparecencias en la Comisión para la Reconstrucción del Congreso. Asimismo, este objetivo ha sido incluido expresamente en las propuestas presentadas por los diferentes grupos parlamentarios.