La necesidad de dar una respuesta adecuada al desafío que plantea la salud mental en contexto de pandemia es cada vez más notoria. La magnitud del reto la dimensionan las cifras que arrojan dos problemas de salud pública altamente prevalentes, como son la depresión y el suicidio. En el caso de la primera, alcanza a entre un 3-5 por ciento de la población nacional; además, según estima la Organización Mundial de la Salud (OMS), será el principal problema de salud a nivel global en 2050. Estrechamente relacionado se encuentra el suicidio; en 2020 fallecieron un total de 3.941 personas por esta causa, el mayor número absoluto desde que existen registros.
Sobre ambas realidades se ha debatido en el décimo Foro Depresión y Suicidio, centrado en la situación en Islas Baleares, organizado por la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) con la colaboración de Janssen.
“Hemos querido que hubiera un plan específico de incremento de profesionales en el área de salud mental”
Patricia Gómez i Picard, consejera de Salud de Baleares
Para el Ejecutivo insular, el punto de inflexión respecto a su abordaje se produjo entre 2015 y 2016. “Más de 160 personas participaron en 41 grupos de trabajo, dando como resultado el Plan Estratégico de Salud Mental de 2016-2022. Tenemos el compromiso de seguir en el 2023 con esta estrategia”, señaló Patricia Gómez i Picard, consejera de Salud de Baleares.
Este compromiso se ha trasladado a las cuentas públicas del curso que viene mediante una partida específica para salud mental, algo sin precedentes en el territorio. “Hemos querido que hubiera un plan específico de incremento de profesionales en el área de salud mental que supone la contratación de 16 a 18 profesionales”, indicó.
Y es que, en opinión de la responsable, “se ha puesto de manifiesto la necesidad de trabajar de manera interdisciplinar, transversalmente, con todas las instituciones”. Este abordaje es precisamente el que respalda el Libro Blanco Depresión y Suicidio 2020, en el cual participó Miquel Roca, catedrático de Psiquiatría y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Baleares.
En él “hay autores de diferentes áreas, psiquiatría fundamentalmente, pero también psicología, enfermería, médicos de atención primaria, periodistas, epidemiólogos, etc. Se trata de un libro coral donde aporta mucha gente en base a la evidencia científica y dejando muy poco terreno a la especulación”, describió el experto.
Un análisis local
En el momento actual, la pandemia como factor estresante ejerce de contrapunto a las situaciones vividas en coyunturas de crisis económicas, en las cuales los trastornos de salud mental se vieron incrementados. “Durante 2010, comparado con la situación de bonanza económica previa, veíamos que la depresión y las conductas asociadas impactaban directamente sobre la atención primaria de salud”, indicó Roca.
“La repercusión de la crisis económica sobre la salud mental se está viendo en diferentes espacios asistenciales”
Miquel Roca, catedrático de Psiquiatría y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Baleares
“Probablemente ahora estamos en una situación similar, de crisis post-COVID o dentro de una nueva ola de COVID, y la repercusión de la crisis económica sobre la salud mental se está viendo en diferentes espacios asistenciales”, añadió.
En este contexto, los últimos datos de suicidio en 2020 sitúan a Baleares como la comunidad en la que más disminuyó el número de suicidios, en torno un 10 por ciento. Concretamente, el archipiélago registró 87 suicidios, lo que se traduce en una persona fallecida por este motivo cada cuatro días. Asimismo, la mortalidad por suicidio se situó en siete personas por cada 100.000 habitantes, cifras también inferiores a la media nacional.
Rosa Molina, jefa del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Manacor, precisó algunas particularidades sucedidas en Baleares. Así, por un lado, “el grupo de menores de 15 años no registró ningún suicidio y entre los 15-25 años los suicidios disminuyeron respecto al año anterior”. Por contra, la franja que más aumentó fue la de entre 40-60 años. No obstante, Molina puso el acento en el grupo de 85-89 años, “donde no se produjo ningún suicidio en el año 2019 y ha aumentado a siete casos, con lo cual sería el grupo más vulnerable”.
“Entendemos muy bien la fiebre como síntoma de una enfermedad, pero los pensamientos suicidas también lo son dentro de la enfermedad depresiva”
Rosa Molina, jefa del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Manacor
Dentro de las causas que pueden llevar al suicidio, una de las más frecuentes es la depresión. Tal y como apuntó la psiquiatra, “entendemos muy bien la fiebre como síntoma de una enfermedad, pero estos pensamientos también lo son dentro de la enfermedad depresiva”. En 2018, las unidades de Psiquiatría baleares ingresaron hasta 134 pacientes por esta clínica, cuya estancia media se prolongó 13,7 días y motivó un coste por cada hospitalización de 5.000 euros.
“Teniendo a 1 de enero de 2021, 1.219.423 habitantes, tendríamos entre 20.000 y 50.000 personas con un cuadro depresivo mayor”, radiografió Molina, quien dimensionó el impacto de los cuadros depresivos crónicos respecto a años de vida ajustados por discapacidad. “La depresión en España en 2017 costó más de 6.000 millones, y el 80 por ciento eran debidos a estos costes indirectos”, señaló.
“Si podemos evitar que la gente llegue a tener esa discapacidad por depresión poniendo medidas que eviten ese deterioro, podremos revertir ese gasto. Lo que invirtamos lo vamos a recuperar, las políticas tienden a ser políticas coste-efectivas”, añadió la psiquiatra.
Herramientas de alcance y planes específicos
Tal y como puso de manifiesto Oriol Lafou, coordinador de Salud Mental de Baleares, “ha habido un aumento de entre un 12-15 por ciento de consultas en salud mental, hemos pasado de tener listas de espera de 41-42 días a los 3-4 meses”. Esto no solo ha afectado a los servicios especializados, pues la atención primaria se ha visto desbordada por solicitudes de problemas de salud mental. “Se habla de que entre el 40-60 por ciento de las derivaciones desde primaria son de salud mental”, apuntó.
“Hemos pasado de tener listas de espera de 41-42 días a los 3-4 meses”
Oriol Lafou, coordinador de Salud Mental de Baleares
Para soportar y asumir este “complejo” aumento de demanda, desde la Consellería se ha tratado de “hacer colchón para dar una atención que sea eficaz”, según Lafou, algo que ha explicado con acciones específicas que ya están llevando a cabo.
Entre ellas, ha mencionado la gestión de listas de espera a través de comisiones y de forma conjunta con la gerencia de atención primaria, revisándolas para dar prioridad a los casos más graves. Asimismo, esperan incorporar de forma plena la presencia del psicólogo clínico en atención primaria para evitar la sobresaturación de los dispositivos de salud mental.
Además, Lafou ha querido reforzar el mensaje y enfoque trasladado por la consejera. “No vemos otra forma de trabajar que desde la transversalidad y la interinstitucionalidad, todos hacemos salud mental. El hecho de que nos coordinemos bien va a aumentar mucho el nivel, tenemos que cambiar la mirada para mejorar la atención”, apuntó.
“El suicidio es un problema multicausal que no se puede abordar solo desde un lado”
Nicole Haber, responsable del Observatorio de Suicidio de Islas Baleares
Por otro lado, Baleares apostó firmemente por la prevención de la conducta suicida mediante la creación del Observatorio del Suicidio. Su responsable, Nicole Haber, explicó que desde el mismo se han desarrollado “acciones y medidas para contribuir a los tres niveles de la prevención de la conducta suicida. Es un problema multicausal que no se puede abordar solo desde un lado, desde un sector o una institución”.
Para ello, se ha hecho hincapié en la coordinación entre todos los actores implicados, poniendo acciones en marcha de manera paralela a la creación un plan de prevención. Este último, tal y como anunció Haber durante el encuentro, “se va a presentar finales de enero. Hace un año que está en el horno a fuego lento”, precisó.
Asimismo, Haber avanzó que están ya a un paso de firmar un convenio con la Conselleria de Agents Socials -que ofrece un servicio ya de post-emergencias para duelos complicado y en concreto para suicidio- “para que podamos derivar desde el IbSalut aquellos familiares que hayan perdido a alguien por suicidio, que recibirán un tratamiento de 18 sesiones; es decir, año y medio por cada familiar directo”.
Un mismo ‘signo’ político
La unidad en torno a la salud mental es algo que también proyecta el espectro político que representa el Parlament balear. Así lo indicó Beatriu Gamundí, presidenta de la Comisión de Salut del Parlament de les Illes Balears. “Todos los grupos hemos llevado a cabo iniciativas y siempre hemos entendido la salud mental desde el consenso y no la confrontación política. Consideramos que la punta de lanza en este tema ha sido la elaboración del plan estratégico de salud mental en el año 2016”, apuntó.
Para Juan Manuel Gómez, portavoz de Ciudadanos en la misma cámara, “la actuación tiene que ser multidisciplinar e interdisciplinar”. “Antes de poner de recursos, el ámbito de apoyo a todo ese entorno social es fundamental. Hay que hacer un consenso político por una sanidad y servicios sociales de calidad y en condiciones de equidad”, valoró.
Beatriu Gamundí (presidenta de la Comisión de Salut del Parlament) 
Juan Manuel Gómez (Ciudadanos) 
Isabel Borrás (PP) 
Idoia Ribas (VOX)
“Estamos ante otra pandemia, nos lo han dejado claro. Para nosotros la salud mental ocupa un lugar prioritario”, indicó Isabel Borrás, diputada del Partido Popular en el Parlamento de Baleares. “Hay que pedir una financiación separada para que el resultado sea el adecuado”, puntualizó la diputada, quien también subrayó la importancia de escuchar las demandas de los profesionales y la población.
En última instancia, Idoia Ribas, diputada de VOX en el Parlamento de Baleares, describió la preocupación del grupo por “el aumento de tentativas en adolescentes”. En este sentido, la formación aboga por la realización de campañas y una comunicación responsable, así como también un plan de formación. “Al final es un problema que afecta a todos los ámbitos y profesionales”, incidió.
Las necesidades de pacientes y familias
En representación de los pacientes concurrió durante el foro Miquel Àngel Caldentey Crego, responsable del Programa de Familias de Estel de Llevant. En su opinión, “hay que reformular la atención a la salud mental”. Gracias a los resultados de una encuesta a pacientes y usuarios de la asociación, se ha podido constatar que la mayoría de ellos, “en los primeros momentos de sintomatología no se daban cuenta. ”Fueron los familiares los que advirtieron que algo iba mal: es importante la información y la sensibilización, ese ojo hacia sí mismas para detectar lo que les está pasando y luchar contra el estigma”, añadió.
“En las etapas de posvención, las familias necesitan también una atención específica para ellas”
Miquel Àngel Caldentey Crego, responsable del Programa de Familias de Estel de Llevant
Por otra parte, Caldentey se hizo eco de algunas de las reclamaciones más extendidas por familiares y pacientes. Entre ellas, acotó la petición de una atención telefónica 24 horas para acudir a una ayuda profesional o el requerimiento de un mayor desarrollo de sus propias competencias. “En las etapas de posvención, las familias necesitan también una atención específica para ellas. Los programas peer to peer o de acompañamiento son también una apuesta”, ahondó.
