La anticipación juega un papel fundamental en salud mental. La coyuntura actual, además, obliga de manera especial a actuar con visos a mitigar los efectos que la pandemia puede provocar en este tipo de enfermedades. Actualmente, la depresión afecta en España a 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 10 hombres. En el caso del suicidio, se registran alrededor de 3.500 muertes al año por esta causa, con un impacto muy importante entre jóvenes y adolescentes.

Ante el inminente aumento de trastornos mentales debido a la COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado la importancia de reforzar las herramientas y los programas de prevención y atención temprana.

“Debemos incluir dentro de nuestra estrategia la reflexión de la postcrisis”, valoró Gotzone Sagardui, consejera de Salud de País Vasco y encargada de inaugurar el Foro Depresión y Suicidio en País Vasco, organizado por la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) con la colaboración de Janssen.

”El objetivo de la estrategia vasca de prevención del suicidio es reducir su impacto mediante un sistema integral y desde todos los ámbitos implicados”

En este sentido, actuar sobre la población infanto-juvenil se presenta como una necesidad. Por ello, las intervenciones en la escuela aúnan los objetivos de prevención y de promoción de la salud mental. En esta línea Euskadi lidera a través de Osakidetza el proyecto Upright, una iniciativa que pone el foco en este ámbito y que se encuentra actualmente en fase de investigación.

“Estamos formando a los profesores a través de un material para aumentar la resiliencia en los niños”, apuntó Ana González-Pinto, jefe del Servicio en funciones del Hospital de Psiquiatría de Álava y presidenta de FEPSM. Todo ello sin olvidar a las familias y con el objetivo de “desarrollar, implementar y evaluar una intervención de prevención primaria universal” en este entorno.

”Con el proyecto Upright estamos buscando formar a los profesores en salud mental”

Tal y como indicó González-Pinto, las intervenciones de los estudios europeos han demostrado la aportación positiva de programas de este calado en la eliminación del estigma de los trastornos mentales. Así las cosas, el conocimiento adquirido por niños, profesores y familias contribuiría a una mejor salud mental.

Trabajo a nivel local

Precisamente en País Vasco se ha querido abordar toda esta problemática de manera específica, consiguiendo dar un salto cualitativo en 2019 en el aspecto estratégico, mediante un plan dirigido a la prevención del suicidio, el primero de esta naturaleza en Euskadi. Su objetivo, según Sagardui, era reducir su impacto “mediante un sistema integral, desde los ámbitos implicados, de prevención, intervención temprana, y atención, tanto a las personas como las familias afectadas”.

Esta estrategia consta de 9 áreas y 57 acciones con una priorización concreta, de las cuales tres han sido definidas como las más importantes en el Consejo asesor de Salud Mental de Euskadi. Una de ellas, tal y como explicó José Antonio de la Rica, psiquiatra y coordinador sociosanitario de la CAPV, precisa la constitución de un sistema de vigilancia epidemiológica del suicidio y las conductas suicidas, incluidas las tentativas, aunando las diversas fuentes y registros.

”Dentro de la estrategia se ha contemplado la creación de un código riesgo de suicidio que esperamos que sea una realidad en primavera”

De la Rica señaló también el establecimiento de un código riesgo suicidio, que confían en que sea una realidad en primavera. A este respecto, incidió en la necesidad de tener focalizadas a estas personas desde distintos ámbitos asistenciales, como Atención Primaria o emergencias. Del mismo modo, el apoyo a los supervivientes también se define como una de las líneas fundamentales de esta estrategia, con las asociaciones como “socio indispensable para todo este recorrido”.

Todo este plan se enmarca en la Estrategia de Salud Mental de Euskadi 2010, que aglutina cuáles son las prioridades y cuáles deben ser las actuaciones en este ámbito en la región. Según el experto, el Consejo Asesor ha ido actualizando las mismas desde un nivel menos general, centrando su atención en determinadas áreas; entre ellas, la psiquiatría de niños y adolescentes, estigma y salud mental, los trastornos de conducta alimentaria o la prevención de propia conducta suicida, entre otros.

Una realidad que precisa respuesta

Con todo, se pretende dar respuesta a una realidad existente en territorio vasco donde, según datos de 2016, se presentaba una ratio de un suicidio cada dos días, una cifra que se ha venido manteniendo el tiempo. Así lo apuntó Margarita Sáenz, psiquiatra del Hospital Universitario de Cruces, quien además señaló la paradoja existente entre depresión -mayor prevalencia en mujeres- y suicidio -mayor prevalencia en hombres-. Así, hizo hincapié en la lectura de género que esconde este ‘gap’. “A los varones les cuesta reconocer que tienen un cuadro depresivo, que se encuentran mal; no son capaces de solicitar ayuda”, resaltó.

”Es necesario hacer una lectura de género del suicidio; a los hombres con un cuadro depresivo les cuesta pedir ayuda”

Por otro lado, el impacto económico de la salud mental en el País Vasco también presenta sus propias cifras. Así, en 2018 se produjeron más de 530 hospitalizaciones de pacientes con un Trastorno de Depresión Mayor (TDM) con una estancia media de más de 16 días y un coste medio de 5.360 euros. “Ya se decía que en 2020 la depresión sería en las mujeres la mayor causa de discapacidad”, esgrimió Sáenz.

De hecho, la depresión ya genera gran cantidad de costes a nivel nacional -6.000 millones de euros-, muchos de ellos, además, indirectos. “Tienen que ver con tiempo no trabajado; el 60,5 por ciento con la incapacidad laboral permanente y el 67 por ciento con la pérdida de productividad”, describió la psiquiatra.

Política

La política es otro de los ámbitos que exige unidad de acción para luchar contra esta lacra y así lo resaltan los propios actores del Parlamento vasco. La Cámara Baja de Euskadi tiene así un importante papel decisivo, instándose desde su posición a “ser útiles”.

”Desde la política debemos ser útiles e involucrar a todos los agentes para lograr una respuesta eficaz”

Así lo destacó Ekain Rico, secretario general del Grupo Parlamentario Socialistas Vascos-Euskal Sozialistak, quien apuntó a la necesidad de involucrar a todos los sectores y los agentes implicados para ofrecer una respuesta eficaz e integral del suicidio.

“Lo principal es que nos impliquemos en la prevención, intervención y posvención de la que es la primera causa de muerte no natural y que con ello implementemos la implicación sanitaria y social. Es importante ser permeables a las opiniones como las oídas en este foro”, explicó el diputado.

”Hemos propuesto enmiendas en los presupuestos para incrementar partidas en salud mental”

En opinión de Laura Garrido, Portavoz de la Comisión de Sanidad del Parlamento Vasco y secretaria general del Partido Popular en la comunidad, también es importante la tarea política a la hora de visibilizar. “Es necesario incidir en aquellos aspectos relevantes, teniendo en cuenta que estamos frente a un tema que no se habla mucho en círculos generales”, reseñó.

Desde el binomio de partido que los populares forman con Ciudadanos en Euskadi, se está trabajando para que estas ideas se plasmen en las cuentas públicas. “Desde nuestro grupo, en la tramitación de presupuestos, hemos introducido enmiendas para incrementar partidas que creemos que hay que reforzar en el ámbito de la salud mental”, indicó Garrido.

El papel del tejido asociativo en depresión

La manifiesta preocupación de OMS por la depresión encuentra un valioso socio en el papel de las asociaciones de pacientes, con una labor fundamental. “Es necesario prepararse para afrontar su abordaje y para ofrecer apoyos especializados a la población. Las respuestas actuales son insuficientes”, explicó Itziar Ceballos, gerente de la Asociación Vizcaína de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Avifes). “Un 42 por ciento de las personas que padecen depresión no buscan ayuda. El 58 por ciento sí lo hace, pero en muchas ocasiones esta atención es escasa, ineficiente o incompleta”.

”Desde septiembre hemos observado un gran aumento de primeras consultas”

Partiendo de estos datos, Ceballos avisó del crecimiento de personas que padecen trastornos depresivos. Una tendencia al alza que ya estaban experimentando estas organizaciones antes de la pandemia y que ahora encuentran una réplica aún mayor. “A partir de septiembre hemos tenido un aumento enorme de primeras consultas. Muchas de ellas tienen que ver con el ámbito infanto-juvenil y primera juventud. Este es un tema que nos preocupa”, señaló.

Al mismo tiempo, la responsable de Avifes destacó que, en relación con la salud “a veces el sistema adolece de no tener cultura de prevención, incluso la propia sociedad. Se toma poca nota, somos más reactivos que proactivos”. No obstante, quiso subrayar que existe un cambio de tendencia en este último nivel, donde cada vez se observa mayor preocupación por la salud mental y la depresión.

Desde su posición, las organizaciones desarrollan un importante trabajo respecto a la depresión. Según enumeró Ceballos, entre estas acciones se encuentran labores de sensibilización y lucha contra el estigma, información y orientación, y formación, tanto en el ámbito sanitario como en el social.


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