El pasado miércoles se agotó el plazo de 15 días que el Ministerio de Sanidad dio a las comunidades autónomas para que presentaran sus propuestas al Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo. Las consejerías autonómicas coinciden en revisar la normativa antitabaco, aunque difieren en la forma de actuar ante este problema de salud pública. Mientras que regiones como Cataluña o Asturias respaldan la prohibición de fumar en más espacios como las terrazas, otras como Aragón apuestan por la voluntariedad y proponen incluir también los dispositivos electrónicos con o sin nicotina y el vapeo en el Plan Antitabaco.

Los próximos días serán claves para la aprobación del documento que quiere sacar adelante Sanidad. Recibidas las aportaciones de las comunidades, el Ministerio llevará el plan a una nueva Comisión de Salud Pública extraordinaria y, posteriormente, al pleno del Consejo Interterritorial del día 5 de abril. La ministra del ramo, Mónica García, apuesta por lograr un “amplio consenso” entre sociedades científicas y CC. AA. en torno a esta cuestión, si bien se han conocido distintas posturas.

En el caso de Aragón, la directora general de Salud Pública, Nuria Gayán, señaló que es “fundamental” que el plan contenga “más concreción”, disponga de respaldo presupuestario y apueste por medidas que se sustenten en “evidencia científica”. En el documento de aportaciones que el Gobierno aragonés remitió al Ministerio, la consejería de Sanidad apuesta por lograr una “autorregulación” y un “avance progresivo” hacia el incremento de espacios libres de humo.

En ese sentido, respecto a los espacios sin humo aludidos en el plan, desde Aragón propusieron el establecimiento de medidas que incluyan distintos tipos de incentivos o beneficios fiscales, así como la creación y el otorgamiento de distintivos de espacios sin humo. Además, el Ejecutivo aragonés pidió prestar atención a todas las formas de consumo, como el vapeo, con el objetivo de prevenir que esta modalidad se convierta en la puerta de entrada para el consumo de tabaco, especialmente entre los jóvenes.

Efectos nocivos del vapeo

La Dirección General de Salud Pública quiere conocer qué efectos en la salud tienen las sustancias empleadas en estos dispositivos electrónicos. “De la misma forma que se incluye avanzar en el estudio de los efectos en la adicción que originan ciertos aromas (mentol y derivados) añadidos se podrían incluir otras sustancias que se adicionan en los dispositivos electrónicos”, indicó Gayán. Según la responsable, el plan no refleja cómo se va a adaptar España a la normativa europea de abordaje del vapeo y qué medidas concretas se van a tomar para prevenir su consumo.

A su vez, Aragón considera que se podría plantear que se continúe estudiando la posibilidad de que los dispositivos electrónicos se puedan llegar a utilizar como vía de deshabituación en casos especialmente indicados y cumpliendo unos requisitos concretos. En cuanto a otros puntos del documento, en lo relativo a los espacios privados o el empaquetado genérico, Salud Pública pide “más concreción” y sustentar estas medidas “desde la evidencia científica y el impacto de las medidas en España y en otros países europeos”. Para la directora general, estos puntos son precisos establecer “para valorar su cumplimiento”.

Asimismo, en opinión de la directora general, el Plan Antitabaco debería incorporar también un capítulo que aborde conjuntamente el consumo del tabaco y el cannabis, consumo que se inicia en la adolescencia, y es muy prevalente entre los jóvenes.


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