Por Ana Santaballa Bertrán, Jefa de la Sección de Cáncer de Mama y Tumores Ginecológicos en el Hospital La Fe de Valencia.

La mal denominada y comúnmente conocida como “vitamina D” (se trata en realidad de un sistema hormonal complejo) se produce principalmente en la piel por exposición solar.

La acción más conocida de este sistema endocrino es su implicación en la correcta absorción del calcio a nivel intestinal y, por tanto, que el mismo se fije en los huesos. Sin embargo, este sistema hormonal también parece ser capaz de regular más de doscientos genes que tienen que ver con, entre otros, la secreción y la sensibilidad a la insulina; el control de la presión arterial, del proceso inflamatorio, de la replicación celular o de la apoptosis (muerte celular) y, en muchos casos, con la aparición de ciertos cánceres, especialmente los de colon, próstata y mama.

En este sentido, hace muy poco, el Biobanco británico ha realizado un estudio de correlación entre los niveles de 25-OH vitamina D y mortalidad y, recientemente –y aunque quizás son datos demasiado rotundos– un artículo de la revista Molecular Oncology, habla de que en Alemania una adecuada suplementación con vitamina D podría prevenir cerca de 30 mil muertes por cáncer al año.

El estudio del Biobanco Británico sí refleja una reducción del riesgo global de mortalidad, pero también del riesgo de mortalidad por cáncer y del riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular, ya que comparten muchos factores de riesgo. La incidencia de gran cantidad de cánceres se podría reducir con el control de peso, ejercicio, el hecho de no beber alcohol y de no fumar. Si, además en pacientes con hipovitaminosis D, les añadimos suplementos de vitamina D, estaríamos haciendo una labor de prevención muy completa.

El Biobanco británico ha realizado un estudio de correlación entre los niveles de 25-OH vitamina D y mortalidad

Cabe destacar la cierta relajación existente en la especialidad de Oncología respecto a la determinación de los niveles séricos de 25-OH vitamina D. Solemos recomendar a nuestros pacientes que no tomen el sol porque pueden tener cáncer de piel o, por la fotosensibilidad de algunos tratamientos. Sin embargo, muchos de ellos van a pasar temporadas hospitalizados, tienen problemas de malabsorción, osteoporosis… Es decir, son pacientes con alta probabilidad de tener hipovitaminosis D.

Existen varias alternativas para tratar este déficit, entre las que encontramos el calcifediol, el cual presenta las ventajas de que no necesita 25-hidroxilación hepática, es de tres a cinco veces más potente que colecalciferol y tiene una mayor tasa de absorción intestinal, lo que provoca una elevación de niveles de 25-hidroxivitamina D más rápida y estable.

La detección de los niveles séricos de vitamina D es uno de los factores menos conocidos en Oncología y es necesario que los facultativos le prestemos la atención que se merece, por el bien de nuestros pacientes.