Manuel Romero

A diferencia de la tendencia decreciente que hemos visto en la mortalidad de patologías como las cardiovasculares o el cáncer, en las enfermedades hepáticas las cifras siguen subiendo.  Por este motivo, necesitamos una estrategia nacional que aborde las patologías del hígado en el que ya estamos trabajando desde la AEEH y que esperamos vea la luz a finales de este año.

Las enfermedades hepáticas, en la gran mayoría de los casos, se pueden prevenir y tratar si se implementan estrategias de prevención y detección temprana y lograrlo reduciría la morbilidad y mortalidad asociada a estas patologías. De hecho, se estima que tomando las medidas adecuadas se podría salvar la vida de unas 300.000 personas en toda Europa cada año.

Para conseguirlo, debemos tener en cuenta que existen factores de riesgo para el desarrollo de las patologías del hígado, entre los que destaca la hepatitis C, una enfermedad que puede derivar en cirrosis hepática e incluso en cáncer de hígado. Por este motivo, desde la llegada de los antivirales de acción directa en el año 2015, hemos puesto en marcha diversos planes para el cribado y tratamiento de todas las personas con hepatitis C con el objetivo de alcanzar la eliminación de la enfermedad.

Desde entonces, se han curado más de 160.000 personas y seguimos tomando medidas para conseguir encontrar a los pacientes que todavía no han recibido tratamiento. Para hacerlo, este año hemos puesto en marcha acciones, como el Proyecto FaCilita, que nos ha permitido llevar tests de hepatitis para realizar pruebas a personas con difícil acceso al sistema sanitario. Además, hemos comenzado el proceso de certificación de hospitales en la “Excelencia en la implementación del Decálogo para la eliminación de la Hepatitis C”. Esta certificación reconoce la dedicación de los hospitales para implementar las medidas necesarias para conseguir la eliminación del VHC. Así, con el trabajo continuo de todos los implicados en el abordaje de la enfermedad, esperamos conseguir el objetivo de eliminación marcado por la OMS.

Además de la hepatitis C, existen otros factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades hepáticas, como la mala alimentación o el consumo de alcohol y drogas. Por este motivo, desde la AEEH estamos trabajando para poner en marcha una estrategia nacional de salud hepática.

Las enfermedades hepáticas tienen tres características: son muy prevalentes, son prevenibles con un estilo de vida saludable y la mayoría tienen un tratamiento eficaz. Bajo este paradigma estamos trabajando para identificar las patologías ocultas, implementar una estrategia nacional de salud hepática y favorecer el acceso a todas las formas de tratamiento para que las patologías del hígado dejen de ser una causa creciente de mortalidad en la población a nivel mundial.