Esta semana se publicaban los datos del Informe W.A.I.T. (Waiting to Access Innovative Therapies), elaborado por la consulta IQVIA para la patronal europea de la industria farmacéutica, la EFPIA. Con luces y sombras, el documento refleja que, en España, aunque aumenta la disponibilidad de fármacos autorizados a nivel europeo, el tiempo que esperan los pacientes para acceder a terapias innovadoras sigue siendo excesivo. En concreto, a nivel general, el tiempo hasta la disponibilidad en España es de 661 días, cifra que en el análisis detallado de tratamientos oncológicos asciende hasta los 725 días.

El acceso a terapias innovadoras es crucial para los pacientes. Más si cabe en el caso de aquellas personas que tienen cáncer, puesto que contar con estas nuevas opciones puede aportarles un mayor tiempo de supervivencia y ofrecerles una esperanza, sobre todo en aquellos tumores que cuentan con pocas o nulas opciones terapéuticas. Precisamente sobre esta idea abundaba Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) unas semanas antes de conocer estos nuevos datos. “Esto no es permisible porque el cáncer no puede esperar, los pacientes se mueren; para cualquier persona con un diagnóstico de cáncer si en un fármaco está probada la eficacia y seguridad, este debería estar disponible de inmediato”, aseveraba Barragán en el marco del  Encuentro Anual de Pacientes, impulsado desde la iniciativa CANCER NOW. Y es que, aunque al ver las demoras en acceso y analizar los datos, estos puedan llegar a verse como meras cifras, esos días de retraso acumulados pueden marcar un antes y un después o suponer la única alternativa en diferentes neoplasias.

La ciencia y la medicina avanzan a un ritmo vertiginoso y los organismos reguladores no siempre pueden seguirlo. Por ello, aunque sea difícil acompasar el ritmo de ambos, urge explorar e implantar fórmulas a través de las cuales los pacientes, sobre todo en patologías graves como el cáncer, puedan disponer de aquella solución terapéutica que les reporte una mayor eficacia y calidad de vida. En el marco del encuentro anual de pacientes, los expertos aludieron a medidas como la priorización de solicitudes de financiación en función de la gravedad de la enfermedad o el beneficio que puede ofrecer un fármaco en patologías sin alternativas; a dotar de más recursos humanos a los organismos reguladores; contar con los expertos en cada materia para tomar decisiones basadas en la evidencia; recoger la visión de los pacientes en los ensayos para registrar de manera pormenorizada las ventajas o perjuicios de los tratamientos en estudio o replantear herramientas como los Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPT), con plazos delimitados para que su elaboración no pueda llegar a demorar las decisiones de financiación.

En definitiva, como aseveraba Xavier Badía, economista de la salud y director de la Revista EDS, “para obtener resultados diferentes, hay que hacer cosas diferentes”. Y ya que muchas de las razones que pueden causar estos ‘cuellos de botella’ a la hora de aprobar los medicamentos que están identificadas, hay que plantear soluciones al respecto. Si no es posible atajar todos estos problemas de golpe, ocuparse de ellos uno a uno puede ayudar a trazar el camino hacia una nueva realidad en el que la innovación llegue mucho antes a los pacientes. Expertos y pacientes han tendido ya la mano a las administraciones a diferentes niveles e iniciativas como CANCER NOW nacen bajo el pretexto de, en este caso, poner el manejo de la enfermedad oncológica al completo en el centro de la agenda política. Con las cartas -y los datos- sobre la mesa, es momento de actuar.


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