“¡Por fin tenemos una Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud, algo muy importante para nosotros!” Así han reaccionado algunos expertos ante la presentación de la Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud (SNS) que se ha hecho durante un encuentro virtual, organizado por la Fundación Española de Farmacia Hospitalaria (FEFH), Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y por el Grupo de Trabajo de Farmacia Hospitalaria.

La transformación digital del SNS suponía un paso fundamental para los profesionales de este área, quienes ya aplicaban este tipo de tecnologías algunas de sus labores diarias, pero echaban en falta una estrategia con la que sentirse respaldados, seguros y con la que homogeneizar los procesos.

“La salud digital ha venido para ayudarnos como sistema. A ser más eficientes y a mejorar nuestro trabajo como profesionales. Va a venir a ayudar para hacer un sistema sanitario más accesible, un poquito más líquido y omnipresente“, detalla Juan Alfredo Montero, farmacéutico especialista del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria.

Al igual que ha puesto otros muchos aspectos en evidencia desde su llegada, la COVID-19 ha sido un punto de inflexión en el terreno digital. Ya no solo a nivel poblacional, con el que los ciudadanos aprendieron a teletrabajar o “visitar” a sus familiares a través de una cámara, sino también a nivel sanitario.

A pesar de que fuese una necesidad que se venía demandando desde hace varios años por parte de los profesionales, la pandemia ha sido la gota que ha colmado el vaso para que el Gobierno diese el siguiente paso: crear, más que una estrategia, una “herramienta” para dichos profesionales.

Cinco expertos se reúnen de forma virtual para analizar la Estrategia de Salud Digital del SNS

Análisis de la Estrategia Salud Digital

En ella, tal y como ha definido durante su intervención la directora general de Salud Digital y Sistemas de Información para el SNS, Noemí Cívicos Villa, es un espacio común en el que deben desarrollarse las iniciativas de transformación digital sobre la salud, asociadas al SNS. Desarrolladas por las diferentes administraciones competentes en materia sanitaria y organismos públicos vinculados con el ámbito de la innovación y la investigación en salud, así como otras organizaciones involucradas.

Entre las líneas estratégicas transversales, Cívico ha detallado que se seguirán tres: impulsar la analítica de datos, interoperabilidad de la información sanitaria y desarrollar servicios sanitarios digitales.

Con un presupuesto de 675 millones de euros, una parte significativa de este proviene de los ‘Fondos Farmaindustria’ -convenio entre el Ministerio de Sanidad y la Industria Farmacéutica– que se dedicarán a la transformación digital de la gestión óptima de la prestación farmacéutica; a impulsar la analítica de datos; a la ampliación y renovación de capacidades digitales de los centros; y, por último, en este aspecto, a los sistemas integrados de gestión y análisis de imágenes médicas.

Noemí Cívicos Villa, directora general de Salud Digital y Sistemas de Información para el SNS

Otra parte que “lógicamente también está incluida”, según enumera Cívico, son todas las actuaciones incluidas en el PERTE de salud de vanguardia que se publicaron recientemente. Esta tiene una línea especial, focalizada en la transformación digital de la Atención Primaria, también con un presupuesto específico, pero, en esta ocasión, provenientes de los Fondos Europeos.

Dentro de este marco estratégico, no muy diferente a los objetivos de la propia estrategia, se pretende enfocar en la atención personalizada, la transformación digital de procesos de soporte y en conseguir centros sanitarios inteligentes.

Entre las líneas estratégicas transversales, Cívico ha detallado que se seguirán tres: impulsar la analítica de datos, interoperabilidad de la información sanitaria y desarrollar servicios sanitarios digitales.

En cuanto a su despliegue, la directora general apunta a que se llevará a cabo mediante tres modelos de ejecución, dependiendo de la distribución de competencias en las áreas funcionales de los proyectos. Una opción es la de que sea ejecutada principalmente por el Ministerio de Sanidad con la participación de las Comunidades Autónomas (CCAA). Otra que sea liderada por las CCAA y coordinadas por el Ministerio. Y, como tercera posibilidad, una ejecución en la que se comparta el liderazgo entre el Ministerio y las comunidades.

Todos estos focos pretenden redundar en un mejor servicio a los ciudadanos. “Al fin y al cabo, es nuestro objetivo último dentro del Sistema Nacional de Salud como profesionales que formamos parte de él”, confiesa Cívico.

Entre los objetivos de esta estrategia, la directora general resalta la equidad, cohesión, participación, la integración de actuaciones, sostenibilidad, transparencia y la rendición de cuentas como los valores a impulsar.

Asimismo, también abarcará la autonomía de pacientes y desarrollo de profesionales, y la transformación digital en su conjunto.

Nueve necesidades a tener en cuenta

Aún con todos los cabos atados, los representantes, tanto de pacientes como de profesionales sanitarios, ahondaron en necesidades y preocupaciones que, para ellos, debería tener en cuenta esta estrategia. En especial, Miguel Ángel Mañez Ortiz, economista y experto en gestión sanitaria, resalta nueve.

Entre ellas se encuentra la necesidad de evaluar el impacto de las tecnologías. Al igual que el Real Decreto regula la cartera de servicios y obliga a evaluar la seguridad, eficacia y eficiencia de los procedimientos, Mañez indica que esta misma práctica debería aplicarse a las herramientas de salud digital. Puesto que el entusiasmo de tener al fin una estrategia como esta no debe “vendar” la necesidad de evaluar el impacto de estas tecnologías.

Entre los objetivos de esta estrategia, la directora general resalta la equidad, cohesión, participación, la integración de actuaciones, sostenibilidad, transparencia y la rendición de cuentas como los valores a impulsar.

Dentro de este marco digital, el experto advierte de que no se deben digitalizar los procesos, sino que se debe cambiar la forma de trabajar que se había adoptado hasta el momento. Para que, de esta manera, exista la posibilidad de aplicar la digitalización en ellos.

Aún así, recuerda que no todos los procesos pueden incorporar esta digitalización. Y para ello, más allá de formar en estas tecnologías a los sanitarios, como está recogido en la estrategia, también será necesario, según el economista, formar a aquellos que tomarán las decisiones para que exista realmente un cambio cultural.

Del mismo modo, Mañez opina que también se debe mejorar tanto de la compra de tecnologías, en los que el dato debería tener un papel primordial en la elaboración de dicha compra, como de la coordinación del propio dato. Es decir, de implementar la información compartida de datos.

“Yo empecé en el mundo digital en el año 2001 y el reto era coordinar la atención primaria con atención hospitalaria. Han pasado más de 20 años y seguimos igual. A veces me atrevería a decir que incluso hemos dado un paso atrás“, denuncia Mañez.

Miguel Mañez Ortiz, economista y experto en gestión sanitaria, del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

Otra necesidad básica ante esta “nueva era” es la importancia de la implementación en la que Mañez ve necesaria un marco legal con el que “ir todos a la par”. Y, al igual que ve necesario este marco legal para la implementación, también lo ve, todavía más, para los datos.

Puesto que la recopilación y uso de datos de cada paciente presentan ciertas inquietudes, tanto en profesionales como en pacientes, el economista propone de nuevo un marco común basado en directrices legales.

“Yo empecé en el mundo digital en el año 2001 y el reto era coordinar la atención primaria con atención hospitalaria. Han pasado más de 20 años y seguimos igual. A veces me atrevería a decir que incluso hemos dado un paso atrás”.

Miguel Ángel Mañez Ortiz, economista y experto en gestión sanitaria, del Hospital Universitario Príncipe de Asturias

“Las bases del sistema sanitario dependen todavía del Estado. Se podría ordenar de alguna forma para reforzar la Ley General de Sanidad y que lo digital tuviese una correlación clara con las leyes”, sugiere Mañez.

Sin el paciente, el diseño de estrategia “no tiene sentido

Por otro lado, el paciente también es una necesidad para los expertos. En otras palabras, escuchar y tener en cuenta al paciente en el diseño de digitalización, es fundamental. Tanto que, para los profesionales, no tendría sentido no hacerlo.

La figura del paciente dentro del proceso de digitalización plantea ciertos retos que profesionales y pacientes piden abordar con esta nueva estrategia: reducir la brecha digital y conseguir incorporar los datos generados por los pacientes en la historia clínica.

Según los expertos, este cambio de paradigma va a dejar a muchos ciudadanos fuera del sistema y, posiblemente, sean los que más van a necesitar estos servicios. Por ello, Mañez advierte de que, gestores como políticos, deben tener siempre un plan B en mente.

“No se nos puede quedar gente fuera por no disponer de conexión, que todavía no la tenemos gratuita en todo el territorio, o no disponer de los dispositivos. O por no saber cómo utilizarlos, como pasa en el colectivo más mayor”, enumera Tomás Castillo, presidente fundador de la plataforma de pacientes y patrono de la asociación, quien también insta a crear un texto normativo en el que se recojan estas situaciones.

La figura del paciente dentro del proceso de digitalización plantea ciertos retos que profesionales y pacientes piden abordar con esta nueva estrategia: reducir la brecha digital y conseguir incorporar los datos generados por los pacientes en la historia clínica.

Para estos expertos, el documento es completo y toca todos los puntos, aunque no en gran profundidad. Aun así, concluyen que quedarán más satisfechos cuando “la estrategia llegue a los de abajo, a nosotros, que somos quienes realmente lo necesitamos“.


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