Aunque pueda parecer una de las adaptaciones que tuvo que hacer la unidad de Asma del Barrualde-Galdakao como consecuencia de la llegada de la COVID-19 a España, el ‘tele asma’ se trata de un proyecto puesto en marcha por los profesionales de este servicio mucho antes de la aparición del virus.
Isabel Urrutia Landa, responsable de la unidad, explica cómo ella y sus compañeros ya estaban preparados para la “cultura de la no presencialidad” gracias a este teléfono.
“Empezamos con unas unidades de telemedicina y atendíamos a pacientes con asma grave. Luego, por presupuestos, no nos quedamos con las apps, pero sí con un teléfono al que llamamos tele asma. Está abierto a aquellos pacientes asmáticos que si se ponen malos y se auditan les podemos atender“
No obstante, si aún cabían dudas de si este teléfono debía seguir funcionando, la pandemia demostró la importancia, tanto del ‘teleasma’ como de la telemedicina en general, a través de un aumento exponencial de las consultas no presenciales. “Yo creo que esto viene para quedarse”, opina Urrutia.
Después de todo un año de cambios y grandes esfuerzos por adaptarse a ellos, los profesionales de esta unidad de Asma han sido merecedores del premio al mejor servicio de esta especialidad, con el apoyo, además, de Novartis. En palabras de Urrutia, “es un reconocimiento que hemos conseguido gracias al apoyo de todo el servicio de Neumología”. Y, aunque este premio supone una satisfacción para todo el servicio, Urrutia confiesa que el mejor reconocimiento por su trabajo es el que les da los pacientes.
Por su parte, Novartis asegura que el papel de estos profesionales es esencial en una enfermedad que condiciona notablemente la vida de los pacientes que la sufren. Por esta razón, desde la compañía opinan que “premios como el BiC de Gaceta Médica nos permiten seguir poniendo en valor su labor esencial en el manejo de la enfermedad”.
Consultas a distancia
Durante el primer periodo de la pandemia fue el momento más duro para muchos profesionales. Un momento de cambios y decisiones a ciegas ante un nuevo virus. Pero, a pesar de que el mundo sanitario puso toda su atención en este nuevo patógeno, Urrutia asegura que su unidad no paró los tratamientos biológicos de sus pacientes asmáticos. Es más, siguieron atendiendo por teléfono, incluso, a aquellos pacientes que acudían por Neumología.
“Lo consideramos así. No suspendimos ningún tipo de tratamiento biológico y, sobre todo, atendimos de manera telefónica. No solamente a los a los pacientes que venían a la unidad de asma, sino que también atendimos por vía telefónica a aquellos pacientes que acudían a las consultas de Neumología del área hospitalaria”.
No obstante, Urrutia lamenta que, ante ese parón que se dio en todo el país durante los primeros meses, han quedado muchos pacientes asmáticos sin diagnosticar.
“Como no se ha tendido mucho en Atención Primaria, porque tuvieron que dedicarse a otra cosa, puede que haya pacientes asmáticos que tengamos todavía sin diagnosticar, nuevos pacientes”.
Al igual que ocurrió en otros centros, el Hospital Galdakao-Usansolo tuvo que insistir y tranquilizar a sus pacientes para que siguieran con el tratamiento. Aunque la experta asegura que el paciente asmático no ha sido uno de los más castigados por la COVID-19, los pacientes eligieron ser atendidos por teléfono.
“No ha sido una patología que haya sufrido mucho por el coronavirus. Han habido enfermedades de inmunosupresión que han sido peor para ellos. Los asmáticos más o menos no han agudizado mucho con la COVID-19. Creo que agudizan más por la gripe o por otro tipo de virus con el que se ponen peor”, argumenta.
Y, a pesar de que a partir de mayo se retomaron las citas en el hospital, la gran mayoría decidió optar por la no presencialidad. Una opción que, hoy en día, muchos lo prefieren todavía. “Con la colaboración de enfermería de los ambulatorios, pasábamos consulta telefónica. Prácticamente era nuestra labor diaria”.
Divulgar la salud
Uno de los proyectos que están en marcha y por el que Urrutia habla con más ilusión, es la Red Asistencial de Asma. Una coordinación entre Neumología, Atención Primaria, Enfermería Hospitalaria, Enfermería de los centros especializados y Enfermería de Primaria. Con esta red, los profesionales atienden a los pacientes en urgencias y, en el caso de ser necesario, se le hace un seguimiento para ahorrarse lo que ellos llaman “un ingreso evitable”.
“Además, hay una enfermería que aquí en el País Vasco se llama enfermería del nace hospitalario que son enfermeros y enfermeras que, cuando se da el alta al paciente de urgencias, ellos realizan una supervisión de ese paciente en su domicilio. Es lo que nosotros lamamos un ingreso evitable. Creo que hemos mejorado. También incorporamos ya hace tiempo a los pediatras y a los farmacéuticos hospitalarios”, explica la experta.
En cuanto a la pregunta de futuros proyectos, Urrutia asegura que siempre son muchos.
La divulgación de la salud es uno de ellos. Es decir, no sólo hablar de lo que es esta enfermedad en colegios e institutos, sino también hablar sobre la importancia de su prevención y del entorno que tanto influye en ella.
Otros de los objetivos que tiene esta unidad a corto plazo es el de volver a retomar esa normalidad que les fue arrebatada por la COVID-29. Y, por último, un poco más a largo plazo, es el de fomentar el trabajo multidisciplinar para una mejor atención del paciente. Como ejemplo, Urrutia habla de un proyecto en marcha.
“Hemos creado, con la ayuda de los tres compañeros del Hospital de Cruces de Barakaldo de Bilbao y de Urdúliz, la Asociación de asmáticos de Vizcaya y estamos empezando a trabajar con ellos. Eso, yo creo que es un campo en el que trabajar con los pacientes que va por buen camino”.
Por ello, Urrutia concluye con un mensaje claro y contundente para el resto de profesionales: recomiendo siempre la alianza con una buena enfermería que es básica en el asma y, poco a poco, ir creciendo en estas unidades.
