Zanubrutinib, (Brukinsa, BeiGene) ya está disponible en España para el tratamiento de pacientes adultos con macroglobulinemia de Waldenström (MW) que hayan recibido al menos un tratamiento previo o como tratamiento de primera línea para pacientes no aptos para quimioinmunoterapia.

La MW es un linfoma poco frecuente que representa aproximadamente el 1 por ciento de todos los linfomas no Hodgkin y que suele progresar lentamente tras el diagnóstico. En España, se diagnostican 150 nuevos casos de MW cada año. “Se trata de una enfermedad rara, cuya incidencia es de 3 casos por cada millón de habitantes y año. Sin embargo, acumula ya 2.000 pacientes en España”, ha explicado Ramón García Sanz, del Servicio de Hematología del Hospital Clínico Universitario de Salamanca e investigador del ensayo clínico ASPEN.

La enfermedad suele afectar a los adultos mayores y se encuentra principalmente en la médula ósea, aunque los ganglios linfáticos y el bazo pueden verse afectados. En toda Europa, la tasa de incidencia estimada de MW es de aproximadamente 7,3 por millón de hombres y 4,2 por millón de mujeres.

Hasta ahora, las opciones terapéuticas se reducían a tres tratamientos: quimioinmunoterapia, rituximab e ibrutinib. La aprobación de zanubrutinib se basa en los datos de eficacia y seguridad del estudio ASPEN, un ensayo clínico pivotal, aleatorizado, abierto y multicéntrico de fase III que evaluó el fármaco en comparación con ibrutinib en pacientes con MW en recaída/refractaria o no tratados previamente cuando no eran candidatos a tratamiento con inmunoterapia. Se trata del primer estudio aleatorizado de fase III que compara dos inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton (BTK) y el mayor estudio prospectivo y aleatorizado de fase 3 en la MW.

“La llegada de Brunkisa proporciona una opción terapéutica innovadora que ha demostrado ventajas clínicamente significativas en seguridad y tolerancia comparado con ibrutinib“, ha señalado el hematólogo.

“Es una necesidad que los hematólogos necesitamos cubrir para este grupo de pacientes. La MW no tiene cura yel objetivo de los tratamientos es controlar los síntomas”

Mercedes Gironella, del Servicio de Hematología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona

Por su parte, Mercedes Gironella, del Servicio de Hematología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, ha recordado que hasta la llegada de Ibrutinib no había ninguna opción terapéutica disponible para este tumor. “Es una necesidad que los hematólogos necesitamos cubrir para este grupo de pacientes”, ha enfatizado Gironella, quien ha recordado que MW no tiene cura y que el objetivo de los tratamientos “es controlar los síntomas”.

En este sentido, García Sanz, ha incidido en que la investigación de enfermedades raras solo se puede llevar a cabo con la participación de diferentes países en los ensayos clínicos y con la colaboración por parte de las empresas privadas. “Es importante que la investigación básica se cubra desde la academia y que las compañías empujen la investigación clínica de estas patologías“, ha añadido.

10 moléculas por año

Cristina García, Directora General de BeiGene España,Cristina Bas, directora Médica, Ramón García Sanz, del Servicio de Hematología del Hospital Clínico Universitario de Salamanca.

Fundada en el año 2010, Beigene nació con el objetivo de “acercar la innovación a los pacientes”. Tal y como ha expuesto, Cristina Bas, directora Médica de BeiGene España. “Actualmente, la cartera de la compañía cubre el 80 por ciento de los canceres de mayor incidencia en el mundo”, ha subrayado. Asimismo, ha resaltado que le objetivo de la compañía es avanzar en 10 moléculas antes de 2023 y desarrollar 10 moléculas por año dirigidas a diferentes cánceres.

Por su parte, Cristina García, Directora General de BeiGene España, ha recordado que la compañía apuesta por la investigación en enfermedades raras, tanto con sus moléculas en investigación, como con las colaboraciones estratégicas globales para ampliar el acceso de medicamentos oncológicos en todo el mundo.

En la actualidad, BeiGene cuenta con tres fármacos aprobados, descubiertos y desarrollados en sus laboratorios: El inhibidor de BTK Brukinsa en Estados Unidos, China, la UE y el Reino Unido, Canadá, Australia y otros mercados internacionales; y el anticuerpo anti-PD-1 que no se une a los receptores gamma, tislelizumab, así como el inhibidor de PARP, pamiparib, en China.


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