La posibilidad de combinar diferentes vacunas es importante porque podría permitir programas de inmunización más flexibles y avanzar así en la estrategia de vacunación contra la COVID-19. Con el propósito de conocer la seguridad de utilizar pautas de vacunación mixtas o heterólogas, la Universidad de Oxford está llevando a cabo el estudio Com-COV, donde se está estudiando la combinación de AstraZeneca y Pfizer.
Este ensayo de Reino Unido está evaluando la respuesta del sistema inmunológico cuando se administra una primera dosis de una vacuna y después reciben una segunda de otra diferente, en comparación a la inyección de dos dosis de la misma vacuna. El resultado inmunológico primario se prevé que esté disponible el próximo mes de junio, pero ya se han obtenido algunos datos sobre la reactogenicidad de combinar vacunas, publicados en la revista The Lancet.
De los 830 participantes reclutados de forma voluntaria, casi la mitad recibirá la segunda dosis a los 84 días de la primera. Por otro lado, 463 personas elegidas al alzar ya han recibido las dosis en un intervalo de 28 días. La edad media de este último grupo fue de 57 años (rango entre 50 y 69 años) y casi la mitad de ellos (46 por ciento) eran mujeres. Además, 117 personas (25 por ciento) correspondían a minorías éticas.
Es en este grupo de 463 personas donde se han recopilado los síntomas en los 7 días posteriores a la vacunación y el estudio muestra que aumentan los efectos adversos en las personas que recibieron AstraZeneca y, después, Pfizer.
Mayor reactogenicidad
Según el estudio, los esquemas de vacunas heterólogas indujeron una mayor reactogenicidad sistémica después de la dosis de refuerzo que los esquemas de vacunas homólogos.
En cualquier caso, los efectos adversos observados han sido leves. No hubo hospitalizaciones por síntomas asociados, y la mayor parte de este aumento de reactogenicidad se observó en las 48 horas posteriores a la inmunización.
En concreto, se ha notificado fiebre en 37 de los 110 receptores de una primera dosis de AstraZeneca y una segunda de Pfizer (34 por ciento), en comparación con 11 de 112 receptores de ambas dosis de AstraZeneca (10 por ciento). Asimismo, 47 de 114 receptores de una primera dosis de Pfizer y una segunda de AstraZeneca informaron de fiebre (41 por ciento), en comparación con 24 de 112 receptores de ambas dosis de Pfizer (21 por ciento). Se observaron aumentos similares para escalofríos, fatiga, dolor de cabeza, dolor articular, malestar y dolor muscular.
Paracetamol para reducir los efectos
En The Lancet explican que se advirtió a los participantes de que el paracetamol podría reducir los efectos secundarios de la vacuna.
Así, el uso de paracetamol en las 48 horas posteriores a la dosis de refuerzo fue informado por 40 de 112 receptores de dos dosis de AstraZeneca (36 por ciento); 63 de 110 receptores de una dosis de AstraZeneca y una segunda de Pfizer (57 por ciento); 48 de 117 receptores de dos dosis de Pfizer (41 por ciento) y 68 de 114 receptores de una dosis de Pfizer y una segunda de AstraZeneca (60 por ciento).
Desventajas a corto plazo
La conclusión de estos datos iniciales es que la combinación de las vacunas de AstraZeneca y Pfizer aumenta la reactogenicidad en comparación con las personas inmunizadas con las dos dosis de una misma vacuna, acompañado por un mayor uso de paracetamol.
Sin embargo, estos datos se han obtenido es participantes de 50 años o más, por lo que la reactogenicidad podría ser mayor en los grupos de edad más jóvenes.
Por el momento, y a la espera de datos más completos de seguridad, esto sugiere que los dos esquemas de vacunas heterólogas (AstraZeneca más Pfizer o Pfizer más AstraZeneca) “podrían tener algunas desventajas a corto plazo“. Estos programas de vacunación mixtos ya se están realizando en Alemania, Francia, Suecia, Noruega o Dinamarca tras los casos de trombos –escasos, pero graves– detectados tras la administración de AstraZeneca. En España, aún se espera a los resultados del estudio CombiVacs.
Además, el ensayo muestra que el uso profiláctico de rutina de paracetamol después de la vacunación podría ayudar a mitigar los efectos adversos notificados, por lo que se está estudiando en participantes de Com-COV que reciben las dosis con un intervalos de 12 semanas.