Pregunta. Los avances en oncología se van sucediendo a un ritmo constante, desde Janssen, ¿qué avances en el área de la oncología destacaría?
Respuesta. En los últimos años, hemos visto grandes avances en investigación que han ayudado a aumentar aún más nuestra comprensión sobre el cáncer y su desarrollo. Este progreso no solo se refiere a las terapias cada vez más innovadoras, sino también a la mejora en las técnicas de imagen, el diagnóstico y la aparición de marcadores de evolución de enfermedad permitiendo la posibilidad de rastrear más fácilmente el desarrollo de la enfermedad. De esta manera, hoy trabajamos en la interceptación del cáncer, tratando de alcanzar nuevas formas de detectarlo y detenerlo antes de que pueda afianzarse en el cuerpo.
Se trata de abordar las causas profundas de la enfermedad, intervenir antes del punto de diagnóstico clínicamente aceptado a día de hoy y buscar soluciones que detengan, reviertan o inhiban la progresión de la enfermedad. Sin duda estamos en un momento verdaderamente emocionante de desarrollo científico exponencial frente al cáncer.
P. ¿Cuál es la estrategia en I+D de Janssen en el terreno del cáncer?
R. En Janssen, como compañía farmacéutica innovadora con más de 30 años de bagaje en el área de la oncología, entendemos que la forma de tratamiento de cada paciente debe ser única.
Para ello nos centramos en el desarrollo de medicamentos innovadores contra el cáncer donde las necesidades de los pacientes son mayores en áreas como las neoplasias hematológicas o cáncer de próstata, vejiga y pulmón. Hacemos esto mediante la búsqueda de los tipos y subtipos de cáncer que mejor conocemos, y donde podemos lograr el mayor impacto, tanto en la transformación hoy de la vida de los pacientes, como en acercarnos a una cura mañana.
P. Cáncer de próstata, pulmón y vejiga son ejes fundamentales para la compañía, ¿en qué escenario están esos avances?
R. Nuestra compañía cuenta con más de diez años de experiencia en la búsqueda de soluciones para el tratamiento del cáncer de próstata y ahora mismo estamos focalizándonos en abordar esta enfermedad lo más tempranamente posible, con el objetivo de dar a los pacientes más y mejores años de vida. Es precisamente nuestro sólido conocimiento en esta área lo que nos permite ampliar nuestro espectro de tratamientos a otros tumores sólidos, como puede ser el cáncer de pulmón y el de vejiga, apostando por la medicina de precisión.
Así, estamos llevando a cabo pruebas con biomarcadores para identificar a los pacientes cuyos tumores albergan alteraciones de receptor del factor de crecimiento de fibroblastos (FGFR). De hecho, somos la primera compañía en haber recibido la aprobación de la FDA de un inhibidor del FGFR en cáncer de vejiga avanzado. Asimismo, estamos siguiendo un enfoque similar con nuestro anticuerpo biespecífico en investigación, estableciendo un diagnóstico molecular para alteraciones en el receptor para el factor de crecimiento epidérmico (EGFR) en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico. También trabajamos en la obtención de pruebas que detecten la presencia de anomalías del receptor de andrógenos (AR) en cáncer de próstata, de manera que podamos detectar múltiples cambios en el biomarcador simultáneamente, tratando también de comprender los cambios que se producen en las células tumorales circulantes (CTCs) como resultado. Mediante el uso de estas herramientas, podemos hacer un uso más eficiente de los recursos sanitarios y redirigirlos hacia lo que realmente importa: los resultados en los pacientes.
P. La oncohematología también es otra de las áreas prioritarias para la compañía…
R. Sin duda nuestra apuesta como compañía pasa también por el compromiso con las personas que tienen un cáncer de la sangre. Como muestra, durante el último congreso de ASH presentamos más de 35 comunicaciones con nuestros resultados en investigación en enfermedades como el mieloma múltiple, neoplasias malignas de células B y otros trastornos hematológicos.
En los últimos congresos hemos visto una generación emergente de tratamientos dirigidos y terapias celulares que podrían revolucionar el tratamiento del cáncer de la sangre de la misma manera que lo han hecho las terapias antirretrovirales en el VIH. Algunos incluso pueden tener la clave para descifrar la curación a largo plazo.
Si nos centramos en el mieloma múltiple, el escenario es sin duda ilusionante. Se ha logrado una notable mejora en los resultados de supervivencia en los últimos 10 años. Ahora somos capaces de casi duplicar el tiempo sin progresión de la enfermedad en pacientes de nuevo diagnóstico gracias a la introducción de terapias combinadas, y esperamos tratamientos más innovadores en la práctica clínica en un futuro muy cercano, por ejemplo en el campo de las CART. Durante este último ASH presentamos datos de ensayos clínicos con esta estrategia, en cuyo desarrollo clínico también están implicados centros españoles con su participación en diferentes estudios. Asimismo, también se presentaron avances en el campo de la inmunoterapia con anticuerpos monoclonales biespecíficos, que se unen a las células T del paciente y las activan contra las células cancerígenas del mieloma. Estos primeros resultados en mieloma múltiple recidivante y/o refractario son muy bienvenidos y abren nuevas líneas de investigación hacia la consecución de una respuesta inmune potente que permita remisiones de larga duración para estos pacientes en un futuro.
En leucemia y linfoma, apostamos también por la medicina de precisión, ejemplo de este compromiso es el proyecto Red53, modelo de colaboración publicado por el Dr. Bosch en Annals of Hematology este mismo año, donde destaca, que gracias a este programa de diagnóstico de pacientes de Leucemia Linfocítica Crónica (LLC) desarrollado conjuntamente por el Grupo Español de LLC y Janssen, acercamos la práctica clínica a la medicina de precisión, mejorando además la calidad del cuidado de los pacientes. En términos de generación de evidencia, en el último congreso americano se han presentado datos de vida real de nuestro inhibidor de la proteína quinasa en pacientes con LLC sin tratamiento previo, que aportan mucha información y certidumbre al colectivo científico, además de resultados de estudios en combinación que permitirán mejorar los esquemas actuales del tratamiento y mejorarán la expectativa y calidad de vida de los pacientes.