Desde que la enfermedad se detectase por primera vez el 7 de mayo en Reino Unido, ya se han registrado más de 130 casos confirmados o sospechosos de viruela del mono (monkeypox) en al menos 11 países no pertenecientes al continente africano.

Pero ya no solo (pre)ocupa en las autoridades sanitarias el cada vez mayor número de países europeos que registran casos en sus territorios, sino las conexiones entre ellos. Mejor dicho, la no existencia de conexión alguna con países africanos, una situación nunca vista hasta ahora en el histórico de cadenas de trasmisión de esta enfermedad.

Aunque las investigaciones epidemiológicas están en curso, los casos notificados hasta el momento no tienen vínculos de viaje establecidos a áreas endémicas. En lo que respecta a la vía de transmisión, según la información actualmente ofrecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), los casos se han identificado principalmente, pero no exclusivamente, entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH).

De vuelta a las cifras, los casos detectados fuera de África solo en la última semana ya supera la cantidad detectada fuera de este continente en el acumulado desde 1970, cuando se identificó por primera vez el virus en humanos.

Por su parte, aunque la manifestación clínica de la viruela del mono suele ser leve y, que el clado de África occidental detectado en los casos notificados en Europa tiene un  tasa de letalidad de alrededor del 3,3%, esta rápida propagación en diferentes países de manera simultánea mantiene en alerta a los científicos de media Europa.

Esta es la primera vez que se informan cadenas de transmisión en Europa sin vínculos epidemiológicos conocidos con África occidental o central

Repasando los antecedentes de este virus, el anterior brote importante se produjo en Estados Unidos en 2003, cuando decenas de casos se relacionaron con la exposición a perros de la pradera y otros animales domésticos infectados. De los 47 casos constatados por entonces, ninguno fue por contagio directo entre personas.

Desde entonces, han seguido surgiendo nuevos brotes internacionales, según ha publicado Nature. La República Democrática del Congo, por ejemplo, ha estado lidiando con el monkeypox durante décadas, y Nigeria ha estado experimentando un gran brote —con alrededor de 500 casos sospechosos y más de 200 confirmados— desde 2017, cuando el país notificó su primer caso en más de 39 años.

Además, antes de 2022, se ha tenido conocimiento de casos hatas en tres ocasiones en Reino Unido. En concreto, en los años 2018, 2019 y 2021. También en Israel (2018); Singapur (2019) y nuevamente en Estados Unidos; esta vez en 2021.

Sin embargo, esta es la primera vez que se informan cadenas de transmisión en Europa sin vínculos epidemiológicos conocidos con África occidental o central.

Bruselas establece asilamientos

El ECDC ya ha emitido su primer informe con recomendaciones. Los casos sospechosos deben ser aislados y examinados y notificados con prontitud. Asimismo, se debe iniciar el rastreo de contactos hacia atrás y hacia adelante para los casos positivos, y las mascotas mamíferas expuestas deben ser puestas en cuarentena. 

Por otro lado, si las vacunas contra la viruela están disponibles en el país, se debe considerar la vacunación de contactos cercanos de alto riesgo después de una evaluación de riesgo-beneficio. Para casos severos, se puede considerar el tratamiento con un antiviral registrado, si está disponible en el país.

Por su parte, Bélgica, con solo dos casos detectados por ahora, ha decretado cuarentena obligatoria de 21 días para los infectados y los casos sospechosos.


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