El cáncer de hígado es una de las enfermedades más letales, responsable de más de 700.000 muertes anuales a nivel mundial, posicionándose como la tercera causa principal de mortalidad por cáncer. Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NIH) ha revelado una prometedora asociación entre ciertos medicamentos para reducir el colesterol que no son estatinas y la disminución del riesgo de cáncer de hígado. Este hallazgo, publicado en la revista CANCER de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, podría abrir nuevas vías para la prevención de esta enfermedad devastadora.

Metodología

El objetivo principal del estudio fue investigar la relación entre cinco tipos de medicamentos no esteroides para reducir el colesterol y el riesgo de cáncer de hígado. Estos medicamentos incluyen inhibidores de la absorción de colesterol, secuestradores de ácidos biliares, fibratos, niacina y ácidos grasos omega-3. A diferencia de las estatinas, que son ampliamente conocidas y utilizadas, estos fármacos alternativos operan mediante diferentes mecanismos para controlar los niveles de colesterol y lípidos en el cuerpo.

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores utilizaron datos del Clinical Practice Research Datalink (CPRD), una base de datos que abarca aproximadamente el 7 por ciento de la población del Reino Unido. En total, se analizaron 3.719 casos de cáncer de hígado y se compararon con 14.876 controles emparejados que no padecían cáncer. Se realizaron análisis adicionales considerando factores como la diabetes tipo 2 y la enfermedad hepática crónica para garantizar la precisión de los resultados.

Resultados principales

Los hallazgos del estudio fueron reveladores. En primer lugar, los inhibidores de la absorción de colesterol, se asociaron con un 31 por ciento menos de probabilidades de riesgo de cáncer de hígado. Las estatinas, confirmaron su asociación con un 35 por ciento menos de probabilidades de riesgo de este tipo de cáncer en el análisis general. Asimismo, los fibratos, ácidos grasos omega-3 y niacina no mostraron asociaciones significativas con el riesgo de padecer estos tumores. Y, por último los secuestradores de ácidos biliares sorprendentemente, se asociaron con mayores probabilidades de riesgo en el análisis general. Estos resultados indican que, mientras algunos medicamentos no estatinas pueden tener un efecto protector contra el cáncer de hígado, otros pueden no tener impacto o incluso aumentar el riesgo.

Katherine McGlynn, investigadora principal de la división de epidemiología y genética del cáncer del NIH, subrayó la necesidad de replicar estos hallazgos en otras poblaciones antes de extraer conclusiones definitivas. Sin embargo, destacó la importancia potencial de estos resultados para futuras investigaciones en la prevención del cáncer de hígado. Asimismo, recalcó que los resultados del estudio requieren ser replicados en otras poblaciones. Sin embargo, si los hallazgos se confirman en otros estudios, los resultados pueden aportar información para la investigación sobre la prevención del cáncer de hígado.

Conclusión

Este estudio se suma a una creciente evidencia sobre el papel de los medicamentos para reducir el colesterol en la prevención de diversas enfermedades. En junio, un estudio de Oxford Population Health demostró que el fenofibrato, un fármaco para reducir el colesterol, podría reducir el riesgo de retinopatía en personas con diabetes. Este tipo de investigación destaca la multifuncionalidad de los medicamentos para el colesterol y su potencial para beneficiar diferentes aspectos de la salud más allá de su uso tradicional.

El descubrimiento de que ciertos medicamentos para el colesterol que no son estatinas pueden reducir el riesgo de cáncer de hígado ofrece una nueva esperanza en la lucha contra esta enfermedad mortal. Aunque se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos, los resultados iniciales son prometedores y podrían tener un impacto significativo en las estrategias de prevención del cáncer de hígado en el futuro. La comunidad médica debe seguir explorando estas asociaciones y considerar los beneficios potenciales de estos medicamentos en la prevención del cáncer, además de su uso en el control de los niveles de colesterol y lípidos.


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