La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) celebra las ‘bodas de oro’ de su congreso anual. Santiago de Compostela acoge desde el 10 y hasta el 13 de mayo la 50 edición de este congreso que aborda un amplio abanico de temas que van desde los avances en las enfermedades oncológicas como infecciones emergentes. En este contexto, Gaceta Médica entrevista a Yolanda Gilaberte, presidenta de la AEDV, repasando algunos de los temas principales de este encuentro.

Pregunta. ¿Cuáles son los temas más destacados que se están abordando en este congreso?

Respuesta. Hay una variedad de temáticas muy grande. Hay simposios o sesiones de los principales cánceres, hay una dedicada a escamoso, otra de basocelular, melanoma… Luego, de todas estas enfermedades inmunomediadas para las que ahora tenemos afortunadamente tantos tratamientos, como la psoriasis o la dermatitis atópica con distintos enfoques, también sobre hidradenitis supurativa.

Por otra parte, hay espacio para el abordaje de enfermedades inmunomediadas de las que vamos a llamar ‘emergentes’ en cuanto a terapéutica, porque van a aparecer tratamientos nuevos como en alopecia areata, y hay varias secciones y talleres de tricología, una sesión de vitíligo que hacía años que no teníamos sesiones a esta patología en nuestro congreso. Hay también acné, estética, talleres prácticos…

Cabe destacar que se ha incluido una mesa sobre fotoprotección en la que participa Henry Lim, que es el presidente de la Liga de todas las sociedades científicas dermatológicas y experto mundial en esta área.

En este contexto, se reúnen grupos de trabajo, como el de linfomas, uno mixto con patólogos y dermatología con una sesión muy interesante de casos interactivos… Además, también se reúne el grupo de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), que es bastante importante, ya que estamos trabajando muy de cerca con el Ministerio de Sanidad para buscar sinergias y hacer acciones conjuntas. 

P. La dermatología es transversal a muchas enfermedades. Actualmente, ¿Qué tipo de consultas o enfermedades copan más las consultas dentro de esta especialidad?

R. Muchas son acerca de temas de cáncer o precáncer cutáneo, con queratosis aclínlicas, que es una de las patologías más frecuentes. Por supuesto, todo lo que son lesiones pigmentadas, para saber si pueden tener algún riesgo, también el acné en pacientes o adolescentes, que es muy frecuente. Por otra parte, están enfermedades inflamatorias, como la dermatitis atópica, que sobre todo en población infantil es muy frecuente, los eccemas, infecciones, verrugas… Y luego, micosis e infecciones bacterianas, aunque con un poco menos de frecuencia. 

La psoriasis es protagonista en las consultas y cada vez tenemos más casos de hidradenitis supurativa, una patología en la que antes había pocos pacientes y ha crecido. También llegan consultas sobre problemas de pelo, tanto los que son un poco esporádicos como la alopecia o patologías autoinmunes como la alopecia areata, que tiene su casuística.

“La psoriasis es protagonista en las consultas y cada vez tenemos más casos de hidradenitis supurativa, una patología en la que antes había pocos pacientes y ha crecido”

P. El año pasado comentaban el amplio número de pacientes con enfermedades dermatológicas, sobre todo cáncer de piel que, debido a la pandemia, no habían podido recibir la atención que precisaba su caso a tiempo, aunque indicaban que se estaba recuperando paulatinamente. ¿Cómo diría que ha avanzado este aspecto?

R. Se ha recuperado ya el ritmo con estos pacientes, aunque sigue habiendo algo de lista de espera. Pero, generalmente, casi todos los servicios hemos incorporado las consultas por teledermatología con atención primaria, lo que te permite priorizar; es decir, si te mandan una interconsulta y ves que ese paciente tiene algo grave, puedes citarle antes. Con el que tiene un problema banal, quizá el médico de cabecera puede prescribirle tratamiento o lo puedes ver con más demora.

P. Con la experiencia que acumulan en teledermatología, ¿Cuál es el potencial que diría que tiene?

R. Tiene varias cosas buenas en mi opinión. Es verdad que, en consultas privadas, a veces, se hace directamente con pacientes, pero en el ámbito público es siempre a través del médico de cabecera. Por un lado, lo más importante, como comentaba, es que ayuda a priorizar, y si hay sospecha de un melanoma o carcinoma, puedes citar al paciente inmediatamente.

Luego también, quizá hay personas que a lo mejor no tienen que venir al hospital, con lo cual liberamos un poco las consultas presenciales en el caso de que sea un problema que puede resolver el médico de cabecera. Y lo tercero, es que la relación con atención primaria mejora muchísimo y además a través de las interconsultas, pues también los médicos de atención primaria aprenden mucha dermatología, por lo tanto, tiene muchos puntos fuertes 

P. En cuanto a dermatología y oncología, ¿Cuáles son los principales avances que se van a exponer en este encuentro?

R. Sobre todo, se está presentando más experiencia clínica en los tratamientos sistémicos que se están utilizando tanto para el cáncer avanzado no melanoma y, en melanoma, los tratamientos que se están utilizando en adyuvancia cuando todavía no hay metástasis. 

También se están presentando avances en técnicas de imagen para diagnóstico no invasivo, que cada vez son mejores, o sobre el uso de la inteligencia artificial en el diagnóstico del cáncer de piel, donde ya se ha generado mucho trabajo.

“Se están presentando avances en técnicas de imagen para diagnóstico no invasivo, que cada vez son mejores, o sobre el uso de la inteligencia artificial en el diagnóstico del cáncer de piel, donde ya se ha generado mucho trabajo”

P. Una sesión del Congreso trata los linfomas cutáneos. ¿Qué les caracteriza?

R. Es un tipo de cáncer que es una proliferación de linfocitos, es decir, células hematológicas. No es tan frecuente como otros tipos de cáncer cutáneo, pero no es raro, sobre todo el Linfoma Cutáneo de Células T. Es verdad que en Linfoma cutáneo de células T, que el más conocido es la micosis fungoide, es un tumor muy indolente. Es decir, está durante muchos años en unas fases de lesiones de la piel que van, vienen y las vas tratando. En esta patología se usa muchísimo la fototerapia y los tratamientos tópicos. Cuando empiezan a volverse no tan indolentes, pues tienen unas evoluciones muy tórpidas.  

Hay otros tipos de linfomas también, pero que son mucho menos frecuentes y generalmente en los servicios de Dermatología. Hay personas dedicadas a su tratamiento, porque son patologías muy concretas, con las que se trabaja también en contacto con los hematólogos, también porque últimamente ha habido tratamientos nuevos, sobre todo para los linfomas CD30 positivos que hay innovación. También hay tratamientos nuevos para micosis avanzadas y otros linfomas B.

Pero eso son patologías mucho menos frecuentes, menos conocidas, pero con dermatólogos muy especializados, y en las que afortunadamente cada vez también hay más tratamientos para las fases avanzadas.

P. ¿En qué escenario diría que estamos actualmente en materia de prevención del cáncer de piel?

R. Hemos hecho hace poco un estudio sobre el exposoma del cáncer de piel, es decir, sobre todos los factores externos que influyen en el cáncer de piel. En este, han participado dermatólogos de toda España; en este participaron pacientes con los diferentes tipos de cáncer de piel (basocelular, escamoso y melanoma) y un grupo de control, que no había padecido ninguna de estas patologías. Una de las cosas que preguntábamos a los participantes era por su exposición al sol hacía 15 años y la actual. En los tres grupos de cáncer, su exposición hacía 15 años era peor y con los factores de protección más bajos que los del grupo de control. Si les preguntabas por sus hábitos de fotoprotección en la actualidad y por el factor de protección que utilizaban, ahora todos los grupos utilizaban un factor alto, generalmente de 30 para arriba, por lo que hay una gran diferencia. 

La conclusión de eso es que yo creo que las campañas que se han hecho están calando en la población, que hay más concienciación, también porque con el tema del cambio climático estamos mucho más al aire libre y, por tanto, mucho más expuestos. 

Por ello, creo que se ha mejorado, y para seguir con esta concienciación se debería trabajar con desde las edades más tempranas, con los niños, en los colegios. El panorama es ahora muchísimo mejor que hace 20 años y tenemos que seguir insistiendo porque no se puede olvidar. Pero ahora se están viendo los frutos de todo lo que hemos trabajado estos años anteriores.

“Para seguir con la concienciación de la prevención del cáncer de piel, se debería trabajar con desde las edades más tempranas, con los niños, en los colegios”

P. ¿Cuáles son los avances más destacados en las enfermedades inflamatorias inmunomediadas que se van a presentar en este congreso?

R. En psoriasis, para este año está previsto un nuevo tratamiento oral, deucravacitinib, lo que es una buena noticia y más teniendo en cuenta que casi todos los tratamientos que tenemos son biológicos inyectados. En el último año hemos visto también terapias para la psoriasis con una mayor eficacia, también en subtipos como la psoriasis pustulosa, con el caso de espesolimab.

En dermatitis atópica hemos tenido un medicamento nuevo en febrero, abrocitinib, que completa el grupo de fármacos anti JAK con los que ya teníamos, upadacitinib y baricitinib. Tenemos también en esta enfermedad los anticuerpos monoclonales, que son tralokinumab y dupilumab, en los que se está buscando también la indicación en adolescentes, porque la dermatitis atópica es una enfermedad que viene de la infancia. A este respecto, se presentará bastante experiencia en adolescentes para respaldar la ampliación en esas indicaciones. 

P. Uno de los pilares del congreso es la humanización. En enfermedades como la psoriasis, u otras que interfieren directamente en el día a día de los pacientes, ¿Cómo se está trabajando para mejorar en este aspecto?

R. La humanización es muy importante, porque puedes hacer todo científicamente perfecto y, sin embargo, el paciente puede no estar contento. Entonces hay que ver qué falta, ponerte en su lugar, porque, aunque haya pacientes que tengan condiciones más leves, hay que hacer ese ejercicio y entender que cada uno vive la enfermedad a su manera. Hay que intentar comprenderles, porque son personas que lo están pasando mal por su enfermedad y hay que tratar de ayudarles de la mejor manera.

A veces hay gestos que no son médicos, que son humanos, y pueden contribuir incluso a que la farmacología funcione mejor; o simplemente, cuando viene el paciente y ves que está un poco mejor, trasladarle que te alegras y que vea que aunque en el fondo lo que tiene que hacer un médico es curar, según dicen los libros, también entra en juego ese factor humano.

“La humanización es muy importante, porque puedes hacer todo científicamente perfecto y, sin embargo, el paciente puede no estar contento”

P. El MIR fue la primera especialidad en agotar sus plazas. ¿Cuáles cree que son los motivos que hacen que año tras año sea la especialidad que más interés copa?

R. Es una especialidad muy bonita y variada. Hay personas que se pueden dedicar a la dermatología pediátrica porque se sienten cercanos a la pediatría; si te gusta mucho operar, puedes desarrollar la faceta de intervención quirúrgica; si te llama la atención alguna enfermedad en general o el paciente que tiene patologías más graves, puedes especializarte en enfermedades autoinmunes, enfermedades ampollosas o manifestaciones cutáneas. Por otra parte están las toxicodermias o reacciones cutáneas a fármacos, que vemos muchísimo, también partiendo de la base de que toda la inmunoterapia en oncología produce reacción cutánea lo primero. Si por otra te gusta más la ‘medicina dura’, también tiene su lugar. Y existe la posibilidad de tener una consulta dermatológica variada porque llegan infecciones, eczemas, acné, cáncer… Hay pocas especialidades que sean tan variadas.

Además, los avances en esta área han sido enormes. Por otra parte, si uno se quiere dedicar a la parte más cosmética o estética, pues también puede. Creo que ese abanico de posibilidades que ofrece la dermatología es muy atractivo. También, el poder desarrollar tu labor en un hospital, pero si uno no quiere emprender su propia aventura, pues igual tiene más fácil con la dermatología que con otras especialidades que solo puedes hacer en un hospital como pueden ser la medicina intensiva o la microbiología. Creo que esto es lo que hace que sea una especialidad tan apreciada, la gran variedad.

P. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la dermatología en el corto, medio y largo plazo?

Uno de los grandes retos es integrar la inteligencia artificial (IA), que ya se está utilizando. Hay muchos sistemas de diagnóstico que ahora están en marcha, porque la información que tenga un sistema de IA no será ni de lejos la que tenga un dermatólogo en su cabeza. Entonces, ver cómo integramos eso para que sea una herramienta que, sobre todo, ayude a la población a través de nosotros, no sin nosotros, me parece muy importante.

También tenemos un reto, hay muchas enfermedades raras en dermatología, sobre todo lo que son genodermatosis, que son muy poco frecuentes. Pero hay que trabajar en ellas porque están bastante huérfanas de tratamiento.

Yo creo que también es un desafío la integración de la dermatología estética como una parte de la dermatología clínica, es decir, no como algo que busque únicamente la estética, sino la salud de la piel. Yo creo que somos los dermatólogos los que mejor podemos hacer eso. 

Por otra parte, al ser la dermatología una especialidad tan amplia, es difícil estar actualizado en todo. Por lo tanto, uno tiende a dedicarnos a una pequeña parcela. Así, perdemos un poco lo que en ocasiones se denomina dermatología cotidiana, de sentarte en una silla y ver que te entra de todo; tenemos que cultivarla, no dejarla escapar, o habrá otros especialistas que quizá ocupen ese lugar. 


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