Sandra pulido Madrid | viernes, 25 de enero de 2019 h |

La neumonitis por hipersensibilidad es una enfermedad pulmonar causada por la sensibilización y la subsiguiente hipersensibilidad contra antígenos medioambientales. Existen formas agudas, subagudas y crónicas y todas se caracterizan por inflamación intersticial aguda y desarrollo de granulomas y fibrosis con la exposición prolongada.

Es una patología grave con un mal pronóstico a medio plazo por lo que el diagnóstico temprano y preciso es fundamental. Conocer el antígeno que la causa, cuando es posible, puede en estadios tempranos de la enfermedad evitar su progresión.

Ahora, el grupo de investigación en Neumología de Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR-Ciberes) ha llevado a cabo un estudio con pacientes con neumonitis por hipersensibilidad crónica (NHC) y han determinado que la mediana de supervivencia de estos pacientes es de siete años y que a los cinco años del diagnóstico, la supervivencia es del 68,5 por ciento.

El objetivo del estudio fue analizar qué características clínicas, fisiológicas, tomográficas e histológicas podrían predecir la supervivencia a largo plazo de los pacientes con NHC.

El Servicio de Neumología del Hospital Vall d’Hebron siguió a 160 participantes diagnosticados entre los años 2004 y 2013. En el 75 por ciento de los participantes se conocía el antígeno causante de la NHC.

Según el estudio, los factores asociados con una menor supervivencia de los pacientes pasaban por una mayor edad al diagnóstico, un bajo porcentaje de linfocitos en el lavado broncoalveolar, factores de función pulmonar como la disminución del factor de transferencia de monóxido de carbono, la presencia de panal en la TC de tórax de alta resolución y un patrón histológico de neumonía intersticial usual.

Hasta el día de hoy se han identificado más de 300 antígenos como desencadenantes de la neumonitis por hipersensibilidad, aunque las tareas agrícolas, la manipulación de aves y la contaminación del agua determinan cerca del 75 por ciento de los casos.

Identificar el antígeno puede evitar o retrasar la pérdida de la capacidad pulmonar y la aparición de la insuficiencia respiratoria.