Un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han logrado crear unas nanoestructuras para proteger los implantes óseos de las infecciones.
Ante la continua amenaza de las resistencias bacterianas a los antibióticos, los expertos han tenido que buscar nuevas herramientas para continuar con este tipo de intervenciones. Los investigadores del CSIC han dado con una posible solución en la nanotecnología. Han demostrado la sinergia entre nanocolumnas de titanio y nanopartículas de teluro para lograr recubrimientos con excelentes propiedades antibacterianas, tal y como han publicado en la revista Nanomedicine: Nanotechnology, Biology and Medicine.
Los recubrimientos consisten en un soporte de nanocolumnas de titanio, a modo de tapiz, al que se le añaden unas nanopartículas de teluro.
El soporte nanoestructurado de titanio consigue disminuir el número de bacterias adheridas a la superficie, mientras que el teluro le dota además de propiedades bactericidas, tanto para bacterias Gram positivas (como Staphylococcus aureus) como para Gram negativas (como Escherichia coli), tal y como han explicado los investigadores en un comunicado.
Los soportes con nanocolumnas de titanio se han fabricado en el Instituto del Micro y Nanotecnología (IMNS) del CSIC y en la empresa Nano4Enery para demostrar la viabilidad industrial del método. Por su parte, las nanopartículas de teluro se han preparado en Estados Unidos donde además se llevaron a cabo ensayos in vitro.
El grupo de Yves Huttel en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid del CSIC contribuyó con técnicas de caracterización superficial.
Resistencias antibióticos
La carrera contra las resistencias es uno de los 10 objetivos que se ha fijado la OMS para este 2019. Desde la institución han alertado que esta situación amenaza con enviarnos a un momento en que no pudimos tratar fácilmente infecciones como la neumonía, la tuberculosis, la gonorrea y la salmonelosis. La incapacidad para prevenir infecciones podría comprometer seriamente la cirugía y los procedimientos como la quimioterapia. Este fenómeno está impulsado por el uso excesivo de antimicrobianos en humanos y en animales que se utilizan para la producción de alimentos.