La disfunción de la glándula tiroides es un efecto secundario muy común en los tratamientos contra el cáncer. Un análisis retrospectivo realizado por especialistas en Endocrinología y Oncología de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) señala que esta reacción adversa —o toxicidad— podría ser positiva, ya que se asocia a una mejor respuesta antitumoral y a una mayor tasa de supervivencia de los pacientes sometidos a inmunoterapia. En concreto, de los que han sido tratados con inhibidores de puntos de control inmunitario (o ICIs, por sus siglas en inglés).

De los 238 pacientes incluidos en la investigación, 70 (29 por ciento) desarrollaron hiper o hipotiroidismo en un promedio de 69 días. Este grupo obtuvo una mayor tasa de respuesta al tratamiento (60 vs. 42 por ciento) y una supervivencia tres veces mayor (45 vs. 16 meses), en comparación con aquellos que no experimentaron dicha toxicidad. Además, el riesgo de progresión de su enfermedad se redujo en un 77 por ciento, y el riesgo de mortalidad, en un 47 por ciento, independientemente de factores como la edad, el sexo o el tipo de tumor primario que padecían.

En este sentido, Marta García-Goñi especialista del departamento de Endocrinología y Nutrición de la CUN y autora principal del estudio, explicó que los pacientes que reciben tratamiento con ICIs y desarrollan disfunción tiroidea muestran una respuesta más favorable a la inmunoterapia, evidenciada por una reducción significativa del tumor y una mayor supervivencia global. Por lo tanto, se concluye que la toxicidad tiroidea podría ser un indicador valioso para predecir la eficacia del tratamiento oncológico en estos pacientes.

Nuevo paradigma

García Goñi destaca que la inmunoterapia ha supuesto un antes y un después en el abordaje de las neoplasias. Encontrar biomarcadores que ayuden a predecir su eficacia aporta un gran valor al paciente y al equipo médico. Además, añade que la toxicidad tiroidea es un efecto adverso que requiere observación y tratamiento, pero ahora sabemos que es una señal positiva para la mayoría de los pacientes que la presentan.

La presentación clínica de la disfunción tiroidea varía según la persona, y su asociación con la eficacia del tratamiento sigue sin estar clara. “La toxicidad tiroidea observada en los casos estudiados fue predominantemente leve. Solo 5 de los 70 pacientes desarrollaron complicaciones graves que requirieron ingreso hospitalario y la suspensión de la inmunoterapia”, concluye García-Goñi.


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