La tos ferina es una enfermedad endémica en todo el mundo. Según recuerda el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), se esperan epidemias mayores cada tres-cinco años, incluso con una alta cobertura de vacunación. De hecho, la incidencia de la tos ferina se ha incrementado en todo el mundo en las dos últimas décadas, siendo una de las enfermedades prevenibles por vacunación más prevalentes.

Tras unos años de circulación limitada debido a la irrupción de la pandemia de COVID-19, que causó una importante reducción de la incidencia como resultado del impacto de las medidas de restricción de la interacción social y el uso generalizado de mascarillas faciales, el ECDC ha notificado más de 25. 000 casos de tos ferina en 2023 y más de 32.000 entre enero y marzo de 2024. Se observaron cifras similares en 2016 (41.026) y 2019 (34.468).

Durante 2023-24, en 17 países de la Unión Europea y los países del Espacio Económico Europeo los bebés (menores de un año) representaron el grupo con la mayor incidencia reportada, mientras que en seis países, la mayor incidencia se reportó en adolescentes de 10 a 19 años.

Asimismo, la mayoría de las muertes ocurrieron en bebés. Sin embargo, el ECDC apunta que estos datos de vigilancia deben interpretarse con cautela debido a las diferencias conocidas en los sistemas de vigilancia de los Estados miembros, la disponibilidad de métodos de laboratorio, las prácticas de prueba y los calendarios de vacunación.

Además, la determinación de los casos puede variar según el grupo de edad. En muchos países, los programas de vacunación materna se utilizan para proteger a los lactantes en los primeros meses de vida. Sin embargo, los datos de cobertura, cuando están disponibles para dichos programas, “parecen no ser óptimos”.

El cuadro epidemiológico observado puede atribuirse a una serie de factores, que incluyen picos epidémicos esperados, la presencia de personas no vacunadas o no vacunadas al día, inmunidad decreciente y disminución de la contribución del refuerzo natural en la población general durante el período pandémico de COVID-19.

La tosferina o pertussis es una infección respiratoria aguda altamente contagiosa causada por Bordetella pertussis. Afecta a todos los grupos de edad, pero es especialmente grave en los primeros meses de la vida.

Grupos de riesgo

El organismo ha evaluado el riesgo de probabilidad de infección e impacto de la misma en cuatro grupos de población diferentes:

  • El riesgo general se considera alto para los lactantes menores de seis meses de edad no inmunizados o parcialmente inmunizados, ya que representan el grupo con mayor morbilidad y mortalidad por tos ferina.
  • Los bebés mayores de seis meses y los niños de hasta 15 años presentan un riesgo moderado si no están inmunizados o están parcialmente inmunizados y tienen un riesgo bajo si están completamente vacunados, según los calendarios nacionales de vacunación.
  • Los adolescentes mayores de 16 años y los adultos de hasta 64 años presentan un riesgo moderado que se reduce a bajo si han recibido recientemente una dosis de refuerzo.
  • Los adultos mayores de 65 años y las personas de cualquier edad con patologías de base como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o inmunosupresión, presentan un riesgo general moderado de contraer tos ferina y una mayor probabilidad de sufrir una enfermedad grave que las personas de edad/grupo más jóvenes.

Recomendaciones de vacunación

La vacunación es la principal herramienta para frenar la incidencia de tos ferina y limitar la morbilidad asociada a la patología. En ese sentido, el ECDC anima a las autoridades de salud pública a lograr y mantener una alta cobertura de vacunación mediante la finalización completa y oportuna de la tos ferina. Además del programa de rutina, el organismo recuerda que la inmunización materna es un enfoque muy eficaz para prevenir enfermedades y muerte en los lactantes pequeños. “Es necesario reforzar las intervenciones para mejorar el acceso y la implementación de políticas de inmunización infantil y materna”, añade.

Por su parte, insiste en incrementar la concienciación de los profesionales de la salud, continuar la vigilancia de la tos ferina y garantizar la capacidad de salud pública para la detección temprana, el diagnóstico, la respuesta y el control de los brotes y llevar a cabo campañas de comunicación.

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