La Asociación Andaluza de Enfermería Familiar y Comunitaria (Asanec) ha alertado de la necesidad de reforzar con una dosis extra la vacunación del virus de la tosferina ante el repunte de casos de esta infección respiratoria en Andalucía, que afecta a todos los grupos de edad, siendo adolescentes y adultos los que actúan como principal fuente de transmisión. Esta enfermedad destaca por su alto índice de contagios y su transmisión se produce por contacto estrecho con una persona infectada a través de la tos o contacto con las secreciones respiratorias.

Epidemia sostenida

“La máxima contagiosidad de esta infección, que es más frecuente en invierno y primavera, se produce durante el período catarral y las primeras dos semanas, con un período de incubación de siete a 20 días”, han apuntado desde la asociación. En este sentido, la responsable de inmunización de Asanec, Eva Almán, ha indicado que la tosferina “es especialmente grave en los primeros meses de vida”. “El 90 por ciento de las hospitalizaciones se dan en niños menores de un año, con mayor porcentaje en los menores de tres meses, por presentar complicaciones graves y hasta mortalidad”.

En España la tosferina se encuentra en una epidemia sostenida desde el año 2010

Asimismo, Almán ha explicado que “la importancia de reforzar la vacunación de la tosferina con una nueva dosis, tal y como recomiendan distintas sociedades científicas, se debe principalmente a que la inmunidad de la población ante esta enfermedad se va debilitando con el paso del tiempo”. Desde Asanec han recordado que, en España, la tosferina se encuentra en una epidemia sostenida desde el año 2010. Según datos del Instituto Carlos III, desde 2011 se declara un promedio de 4.000 casos anuales, con un pico máximo entre 2014 y 2019. Además, en el informe publicado por el Centro Nacional de Epidemiología, que analiza el periodo comprendido entre los años 2005 y 2020, se recogen un total de 43.534 casos de tosferina, registrando 10.281 hospitalizaciones (el 82,7 por ciento en menores de tres meses de vida).

Incremento de la incidencia

A nivel europeo, un análisis realizado entre los años 2010 y 2020, con motivo de conocer la carga de tosferina en adultos mayores de 50 años, ha mostrado cómo la enfermedad sigue tendencias similares a las de los niños de cero a cuatro años, “es decir, que está creciendo”. A pesar de disponer de vacunas con una efectividad aceptable y de haber alcanzado elevadas coberturas vacunales, de forma cíclica, se producen brotes en países con alto índice de desarrollo humano.

En las dos últimas décadas, la incidencia de la tosferina se ha incrementado en todo el mundo, tanto en países de bajo o alto Índice Desarrollo Humano (IDH), siendo una de las enfermedades prevenibles por vacunación más prevalentes. “Esto indica”, apuntan desde Asanec, “que las estrategias de vacunación actuales son insuficientes para disminuir la carga de la enfermedad en todos los grupos de edad”. Almán ha incidido en “la necesidad de ser conscientes de que la incidencia real es mayor, debido a que el bajo grado de sospecha clínica, determina que la tosferina en adultos quede frecuentemente sin diagnosticar, siendo la carga real de la enfermedad mayor”.

En las dos últimas décadas, la incidencia de la tosferina se ha incrementado en todo el mundo

Respecto a las acciones preventivas a llevar a cabo contra la tosferina, la responsable de inmunización de Asanec ha señalado que “deben dirigirse fundamentalmente a proteger a los lactantes menores de tres meses y a tratar de disminuir la incidencia en los adolescentes y adultos que actúan como reservorio y fuente de infección”.

De esta forma, las medidas más efectivas en el control de esta enfermedad pasan por mantener un porcentaje alto de personas vacunadas (niños, adolescentes y adultos hasta los 65 años) para cortar la transmisión, evitando, además, la exposición de los lactantes y otros sujetos con alto riesgo de contagio.

Vacunación embarazadas

En este sentido, Asanec considera que la vacunación es la mejor medida preventiva para el control de esta enfermedad. En Andalucía, su administración se realiza a los dos, cuatro y once meses de edad, con un refuerzo posterior a los seis años. Como la vacunación no se inicia hasta los dos meses de vida, la estrategia para proteger a esos lactantes consiste en la vacunación sistemática frente a tosferina para todas las embarazadas. Así, la inoculación se realiza tras 27 o 28 semanas de gestación. De esta forma, la madre genera anticuerpos contra la enfermedad que pasarán al feto a través de la placenta y le protegerán hasta que pueda vacunarse.

La estrategia para proteger a esos lactantes consiste en la vacunación sistemática frente a tosferina para todas las embarazadas

Otras medidas adicionales de protección indirecta para los lactantes y niños pasan por la vacunación de los profesionales de la salud, especialmente aquellos en contacto directo con niños como ginecólogos, pediatras, matronas, neonatólogos y enfermeras de las unidades de cuidados intensivos pediátricas, de las de pediatría y de las de obstetricia, así como de los cuidadores de guarderías. Asimismo, se puede realizar un aislamiento respiratorio de la persona con síntomas hasta cumplir, al menos, cinco días de tratamiento y, en algunos casos, tratamiento de las personas que conviven con él.


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