El Congreso Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) 2024 ha llegado a su fin. Durante el transcurso de esta edición 2024, a la que han asistido más de 35.000personas, se han presentado numerosos avances en tratamiento, pero también en otros ámbitos como el diagnóstico, los cuidados paliativos o la inteligencia artificial.

Con toda la información sobre la mesa, Rodrigo Sánchez-Bayona, secretario científico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y oncólogo médico del Hospital Universitario 12 de Octubre, repasa en Gaceta Médica los principales avances presentados en ASCO 2024.

Cáncer de esófago

En cuanto a innovación en tratamientos, primeramente, Sánchez-Bayona explica que “en cáncer de esófago localizado se han comparado dos estrategias añadidas a la cirugía”. “La primera consistía en administrar quimioterapia antes y después de la cirugía y otra estrategia era con quimioterapia y radioterapia; se trata de un estudio que ha incluido a unos 400 pacientes y la mejor estrategia es la quimioterapia perioperatoria, lo que probablemente cambie la práctica clínica habitual”.

Melanoma

También se han presentado avances relevantes en melanoma, concretamente en estadio III, es decir, en aquellos casos que ya existe afectación en los ganglios. “La estrategia en estos pacientes era operar y dar inmunoterapia de mantenimiento”, expone Sánchez- Bayona”. “En ASCO 2024 se presentaron datos de el estudio NADINA, en el cual se daban dos ciclos de inmunoterapia antes de la cirugía y en aquellos pacientes que el melanoma prácticamente desaparecía o quedaba muy poca enfermedad residual, se operaba y no se daba más tratamiento, frente a la estrategia clásica de operar y administrar inmunoterapia durante más tiempo”, desarrolla el oncólogo. En este caso, señala que “los resultados salieron claramente positivos a favor de dar sólo dos ciclos de inmunoterapia y la mayor parte de los pacientes tenía una respuesta excelente”. “Tanto en términos de reducción del riesgo de recaída como de aumento de supervivencia, salía a favor de dar sólo dos ciclos de inmunoterapia previos, lo que puede que cambie la práctica habitual”, afirma el especialista.

Cáncer de pulmón

Por otra parte, en cáncer de pulmón en estadio localizado, Sánchez-Bayona apunta a los resultados de dos estudios. El primero, concreta, “estudiaba el uso de qumio-radioterapia e inmunoterapia de mantenimiento, en cáncer de pulmón irresecable con mutación EGFR, la cual tienen entre el 5 y el 15 por ciento de los pacientes; en este se vio que dar terapia anti EGFR era claramente positivo y reducía muchísimo el riesgo de progresión o recaída de la enfermedad, lo que va a suponer probablemente un cambio en la práctica habitual, ya que se demostró incluso que dar esta terapia anti EGFR de mantenimiento reducía la recaída”.

Por otra parte, resalta que “se presentó un estudio en otro tipo de cáncer de pulmón, el de célula pequeña, que es uno de los más asociados al tabaco y se vio que aplicar inmunoterapia en estadios localizados después de la cirugía ofreció datos muy positivos en progresión o recaída”.

Cuidados paliativos

“Otro estudio que se presentó en sesión plenaria que no fue en fármacos valoraba la integración precoz de los cuidados paliativos en cáncer de pulmón avanzado”, apunta Sánchez-Bayona. “Había algo de evidencia, pero estos datos vienen a reforzar la utilidad de la estrategia en estos pacientes de integrar o incluir de manera temprana los cuidados paliativos tiene un impacto en la calidad de vida y el control de los síntomas”, explica.

“Además, lo interesante de este estudio es que también incluye en su estrategia la telemedicina para el seguimiento de los pacientes en remoto con videollamada y esto viene a confirmar que, durante la pandemia nos vimos obligados a utilizarla, pero que su uso en pacientes con cáncer es factible y tiene un impacto positivo”, agrega.  

Anticuerpos conjugados

Más allá de las sesiones plenarias y de los tumores por su localización, Sánchez-Bayona destaca una clase de fármaco: los anticuerpos conjugados (ADC, por sus siglas en inglés antibody drug conjugates). “Los ADC son la nueva revolución en la oncología, ya que son una manera muy inteligente de administrar un tratamiento dirigido en un gran número de tumores sólidos”.

Entre ellos, el experto destaca su impacto en algunos concretos. “En cáncer de mama, pulmón o vejiga están teniendo resultados positivos frente a la quimioterapia clásica y poco a poco va habiendo más estudios con estos fármacos, tanto en enfermedad localizada como avanzada, con datos positivos y en algunos casos se van a convertir en la ‘nueva quimioterapia’”.

Biopsia líquida

En cuanto al diagnóstico, Sánchez-Bayona subraya que “en biopsia líquida se han presentado varios estudios sobre el ADN circulante tumoral (CTDNA) y cómo esta estrategia se va incorporando poco al diseño de los ensayos clínicos, porque tiene un valor pronóstico muy claro”. “Los que tienen CTDNA positivo suelen tener más riesgo, también de recaída, y en enfermedad tanto precoz como metastásica se están presentando estudios en los que se incorpora este parámetro en el diseño para la toma de decisiones, por ejemplo, para escalar o desescalar tratamientos”.

“Esto permite incluso adelantarnos a la progresión radiológica en el TAC, y cada vez hay más evidencia que muestra que el CTDNA puede adelantarse incluso varios meses a detectar que la enfermedad empeora respecto al TAC”, detalla. Esto, indica, “puede abrir la puerta a detectar de manera muy precoz la resistencia del tumos a tratamientos y poder cambiarlos antes, lo que es un gran valor”.

PET con marcadores específicos

También en términos de diagnóstico, Sánchez-Bayona destaca que “se están presentando datos interesantes sobre el PET, técnica que se utiliza en medicina nuclear, con marcadores específicos de tumores, es decir, como si fuera un PET individualizado para cada tumor”. “Por ejemplo, en cáncer de mama, el PET va a ir a buscar los estrógenos y en otros tumores se dirigirá a otros marcadores concretos”, especifica el portavoz de SEOM.

Inteligencia artificial

Para finalizar, Sánchez-Bayona apunta que “aunque todavía no va a suponer un cambio en la práctica habitual, cada vez hay más trabajos del uso de inteligencia artificial en la lectura de las imágenes radiográficas o las biopsias”.  “Así, aunque no cambie la práctica clínica por el momento, cada vez hay más evidencia de su utilidad para complementar el diagnóstico y de que puede ser de gran ayuda en campos como la anatomía patológica”.  


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