| miércoles, 30 de enero de 2013 h |

El Hospital Universitario Dr. Negrín, de Gran Canaria, ha comenzado a tratar con radioterapia intraoperatoria a pacientes diagnosticadas de cáncer de mama, convirtiéndose así en el único hospital de España que aplica actualmente este tratamiento. Esta modalidad, que se realiza directamente durante el acto quirúrgico, tiene la ventaja de que acorta la duración de los tratamientos y reduce la toxicidad, al administrar a la paciente una parte de la dosis directamente sobre el lecho tumoral. Concretamente, esta técnica consiste en la aplicación de radiación con un acelerador en miniatura portátil en una sola sesión durante el acto quirúrgico de extirpación del tumor, con la participación de un equipo multidisciplinar integrado por profesionales de los servicios de Cirugía General, Oncología Radioterápica y Física Médica. Gracias a esta técnica, se consiguen concentrar dosis seguras y precisas del volumen que se irradia, protegiendo los tejidos sanos circundantes.

Esta técnica de radioterapia intraoperatoria está indicada en pacientes con tumores pequeños o en los que hay bajas posibilidades de recidiva, como tratamiento radioterápico único. Además, también se puede utilizar como tratamiento complementario a la radioterapia externa en pacientes con tumores de alto riesgo o de bordes quirúrgicos libres, pero cercanos al lecho del tumor. En estos casos, es necesario administrar una radiación extra sobre el lecho del tumor que, si bien habitualmente se hace al final del tratamiento, con la radioterapia intraoperatoria se podrá hacer durante el acto quirúrgico, con una mayor precisión y un acortamiento del tiempo de tratamiento.

Precisamente una menor duración del tratamiento es una de las ventajas más importantes de esta técnica. La aplicación de la radioterapia intraoperatoria supone en los casos de tumores pequeños pasar de un tratamiento de tres a seis semanas con radioterapia externa a una dosis única y, en el caso de tumores alto riesgo, el ahorro puede ser de hasta dos semanas en el tratamiento con radioterapia convencional. Además, también se reduce la toxicidad, al irradiar directamente sobre el lecho del tumor, y se consigue una mayor precisión, ya que ahora el especialista puede visualizar el área a tratar. Es también una opción para las pacientes con cáncer recurrente que ya se han tratado con radioterapia externa y que no pueden recibir una segunda radiación.