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La inyección de duración prolongada (RLAI) optimiza resultados en esquizofrenia
Estudian cuánto tiempo se debe mantener el tratamiento tras el primer episodio
La etiología del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tiene un fuerte componente genético. Sin embargo, Barbara Franke, de la Radboud University Nijmegen Medical Centre (Países Bajos), comentó que sólo se ha logrado identificar un 5 por ciento de los genes susceptibles. Durante el congreso, resaltó que la carga genética de la enfermedad en adultos parece superior que en niños. Así, mientras que un hermano de un niño con TDAH tiene un riesgo entre tres y cuatro veces mayor en comparación con los niños de control, este aumento del riesgo es 17 veces mayor para un hermano de un paciente con TDAH adulto. La International Multicenter persistent ADHD CollaboraTion (Impact) está estudiando en la actualidad la mayor muestra de TDAH clínica del mundo, con el fin de promocionar la investigación en adultos, pues hasta ahora los meta-análisis de datos genéticos se habían centrado en establecer los genes del TDAH a partir de estudios con niños. Así, un análisis preliminar en Impact presentado en el congreso sugiere que el gen CDH13 —el primero identificado en niños— también desempeña un papel en el TDAH en adultos.
Otro trabajo con 1.445 pacientes y 2.247 personas de control confirma que la variación del gen BDNF (factor neurotrópico derivado del cerebro) no constituye un factor de riesgo en el TDAH del adulto.
CECILIA OSSORIO
Env. esp. a Estambul
En la actualidad no existe un marcador biológico que verifique si un paciente sufre esquizofrenia. Por eso, desde que aparecen los síntomas psicóticos se tarda dos años en diagnosticar esta enfermedad que quizás no sea una sola, sino varias, como barajan los psiquiatras. Y el tiempo apremia, porque el abordaje durante los cinco primeros años de esta patología es decisivo en la futura evolución del paciente.
Así lo recordó José Olivares, psiquiatra del Hospital Meixoeiro del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, durante el 22º Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP, en sus siglas en inglés). En este escenario, los fármacos antipsicóticos de segunda generación (SGAs), como las inyecciones de larga duración administradas cada 15 días, ganan terreno para luchar contra la falta de cumplimiento ligada a las terapias orales tradicionales. “Durante dos semanas se controla al paciente, se le puede administrar menos dosis y puede tener menos efectos secundarios porque la dosis en sangre es más estable”, explicó el experto.
Los resultados de un estudio de 24 meses realizado con 50 pacientes con primer episodio de esquizofrenia, desorden esquizoafectivo o trastorno esquizofreniforme ya sugirieron que esta estrategia es efectiva en primera línea de tratamiento en psicosis temprana. Tras recibir dosis flexibles de risperidona inyectable de acción prolongada (RLAI, de Janssen Cilag), el 64 por ciento de los pacientes entraron en remisión durante el estudio y un alto porcentaje alcanzó una buena respuesta clínica, medida a partir de la Positive and Negative Syndrome Scale (Panss) —el 84 por ciento redujo a la mitad los síntomas de esta escala—. Así lo recordó Robin Emsley, del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Stellenbosch de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), en la rueda de prensa internacional “Intervención temprana en esquizofrenia” enmarcada en el congreso.
No obstante, una cuestión sin resolver es cuánto tiempo se debe mantener el tratamiento tras el primer episodio psicótico, si bien las guías recomiendan entre 12 y 24 meses en pacientes que logran estabilizar los síntomas. En este sentido, el análisis interino a un año de un estudio prospectivo —una extensión del citado anteriormente— que se está realizando para determinar la tasa de recaídas al interrumpir la terapia tras dos años con dosis flexibles de RLAI aportan algunas claves a este respecto.
Como explicó Robin Emsley, el 79 por ciento de los pacientes sufrió una recaída durante este primer año de suspensión de la terapia con RLAI, con una media de tiempo de 163 días hasta la recurrencia. Sin embargo, la severidad de los síntomas según la escala Panss, no predijo la recaída porque éstos fueron similares tanto en el grupo de los que la experimentaron como en los que no.
Dado que no se identificaron signos de alarma durante los meses anteriores a la recaída, y que los síntomas volvieron a alcanzar los niveles del primer episodio esquizofrénico, los expertos consideran que la interrupción de RLAI tras dos años de tratamiento no parece adecuada.
Desatendidos
En otro sentido, Olivares explicó a GM que los pacientes esquizofrénicos enferman más y mueren 20 años antes que las personas que no padecen la enfermedad. “Son pacientes muy desatendidos, porque no acuden al médico, y cuando lo hacen se encuentran con profesionales de otras especialidades que tienen una preparación muy baja en Psiquiatría”, lamentó.