ONCOLOGÍA/ Primer documento de consenso en España sobre este tipo de tumor

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Expertos líderes coinciden en combinar en primera línea quimioterapia y erlotinib

Resaltan el papel de la cirugía, que aumenta la supervivencia entre un 18 y un 24%

| 2009-09-20T18:03:00+02:00 h |

irene fernández

Madrid

La incidencia del cáncer de páncreas no ha dejado de aumentar desde los años cincuenta. Y, hasta la actualidad, la cirugía con resección completa ha sido y es el único tratamiento capaz de producir tasas de supervivencia en los pacientes, de entre un 18 y un 24 por ciento, después de cinco años. Sin embargo, en fases avanzadas de la enfermedad con metástasis debe considerarse como opción para tratamiento de primera línea el uso conjunto de la quimioterapia y de las terapias biológicas, como erlotinib. Así lo recomienda un grupo de expertos oncológicos españoles del máximo nivel en el que se ha convertido ya en el primer documento de consenso en cáncer de páncreas elaborado en nuestro país, presentado la semana pasada en la capital.

“Los medicamentos biológicos marcarán el futuro pero será preciso que vayan acompañados de marcadores que nos permitan individualizar el tratamiento”, señaló Eduardo Díaz-Rubio, oncólogo del Hospital Clínico San Carlos y coordinador del documento, junto a Manuel Hidalgo, director del Centro Integral Oncológico Clara Campal. “Este consenso marca un hito histórico en cáncer de páncreas”, continúo el oncólogo.

En la tan esperada “hoja de ruta”, que ha tenido un enfoque multidisciplinar con cirujanos y radiópatas y en el que se ha trabajado durante año y medio, se describen las indicaciones para la enfermedad localizada. A su vez, se plantea la posibilidad de administrar o no, en los casos en los que se ha recurrido a la cirugía, un tratamiento adyuvante y de qué tipo. Por ejemplo, proponen el tratamiento adyuvante con gemcitabina durante seis meses, con el régimen de CONKO-001, para después de la resección del cáncer de páncreas, para todos los pacientes con un estado funcional aceptable. Aunque coinciden en que este tipo de tratamientos hasta ahora ha sufrido escaso interés científico, y se han realizado muy pocos ensayos. “Quedan abiertas algunas lagunas metodológicas importantes”, expresaron.

Por eso, esperan que la próxima generación de ensayos clínicos, con más pacientes y metodológicamente más correctos, arrojen más luz y, con suerte, se traduzca en una mayor supervivencia.

La inflamación limita

El control definitivo de este tumor sigue siendo precario, debido a las elevadas recidivas locales de más del 50 por ciento y metástasis a distancia en más del 60 por ciento de los casos. “A su acceso complicado, que impide su extirpación completa, hay que añadir la presencia de muchos procesos inflamatorios que limitan la eficacia de los fármacos a la hora de actuar sobre las células tumorales”, explicó Día-Rubio.

En la actualidad, las líneas de investigación se dirigen hacia el papel de la quimioterapia y radioterapia para intentar reducir el tamaño del tumor. Pero, “habrá que trabajar en la línea de conseguir nuevos fármacos, de poder seleccionar los que sean adecuados para cada paciente y de tener algún biomarcador. Ahora no tenemos ninguno efectivo, por lo que no podemos realizar pruebas de screening”, recomendó el doctor Hidalgo.

Este carcinoma, que afecta en España a más de 4.000 personas al año, acabará superando al cáncer de mama, advirtieron los profesionales. “Sin embargo —dijo Hidalgo—,al no ser tan frecuente como otros tumores no se ha tomado verdadera conciencia de su impacto, algo que afortunadamente está empezando a cambiar ahora”.