Como se dice en mi tierra que también es la suya, es un ‘murcianico de pura cepa’, que anhela Lorca, su pueblo, porque pasa más tiempo en el Paseo del Prado que en su casa. Pero es que además de altavoz de los estudiantes, dedica su tiempo a correr, nadar o viajar… Quién lo diría si ha estado en todas las salsas sanitarias. Reconoce que no ‘para quieto’, y nunca sabe si dentro de poco lo volvemos a encontrar…
Pregunta. Dejas la vicepresidencia de CEEM, echas la vista atrás, ¿y qué ves…?
Respuesta. Estoy en sexto de carrera y se me ha pasado volando y desde el principio entré en el consejo. Siempre digo que medicina es como una carrera de fondo, con algunas etapas complicadas pero con la mente clara se puede coger el ritmo.
P. ¿Qué llevas siempre en tu mochila?
R. El portátil, un boli, un cuaderno y poco más. Lo que sí que llevo es mucha ilusión y muchas ganas de trabajar, esa mochila nunca falla.
P. ¿Siempre has querido ser médico?
R. Sí, mis padres son de este mundo y desde siempre he este ligado a esto.
P. ¿Sientes que te has perdido muchas partidas de mus por estar en otros saraos?
R. Que va. Yo lo he intensificado todo. ¡Hasta las fiestas universitarias! Cuando estaba en cuarto, éramos la promoción que se dedicaba a organizarlas y me impliqué en la gestión. Además, conseguimos dinero para el viaje de estudios, unos 17.000 euros. Y es que al fin y al cabo las negociaciones de las fiestas son parecedias a las de la vida política.
P. Vale, y ahora en la práctica, ¿estás esprintando en los estudios?
R. He estudiado como nadie, estoy bastante satisfecho con los resultados académicos para haber llevado el tute que llevo, aunque también ha habido momentos de desmotivación. Pero el saber que eres parte de algo, como el CEEM, me ha aportado mucha energía.
P. Has estado en todas las salsas, ¿te imaginas de ministro?
R. Bueno el lunes estuve allí (risas). Siempre me preguntan por esto. Yo no se cómo acabaré, tengo una filosofía de vivir el presente y el futuro ya se verá. Nunca digo nunca, pero no lo veo como un objetivo. Al final un puesto político es temporal. Me veo de médico.
P. En estos años has estado corriendo de una comunidad a otra… ¿te ves en Murcia el día de mañana?
R. Murcia me encanta, la tierra tira mucho. Echo de menos estar en Murcia comiendo unas “pataticas con limón y pimienta” en la Plaza de las Flores. Es algo que anhelo, porque ahora mi presencia en Murcia es bastante escasa. Al final sé que volveré, aunque no sé si la residencia la haré en otra comunidad. Murcia y Lorca tiran mucho.
P. También te has echado carreras entre Sanidad y Educación…
R. Todos los días. Me conozco La Castellana de memoria, y los pasillos de Sanidad de arriba a abajo.
P. ¿Una foto que recuerdes?
R. La que nunca ha salido. Una reunión que tuvimos con Ana Mato, que no salió en los medios de comunicación, dos días antes de que se publicara el Real Decreto de Troncalidad. Le guardo cariño por el sentido que tuvo, porque supimos explicarles nuestras preocupaciones.
P. Por cierto, a ti que te gusta nadar, ¿os ahogasteis demasiado pronto con la Troncalidad?
R. Creo que no, y la troncalidad la hemos abordado de manera muy responsable y estamos viendo buenos resultados y hemos sido grandes interlocutores. Hemos sabido nadar en ese maremágnum que es la troncalidad.
Una cañica con… con unas paticas.
Murcia, ¡qué hermosa eres!… y su gente y su cercanía. El tiempo que es increíble y las vivencias tan murcianas como las procesiones de Lorca.
¿Amigos de viaje? Me llevo a Juan Pablo (presidente de CEEM), y mucha gente del consejo que sé que van a ser capaz de cambiar cosas allá donde estén.
P. ¿Han pasado todos tus compañeros del Foro el examen?
R. Les he examinado mucho muchísimo y he aprendido mucho también.