La infección de sitio quirúrgico es la infección más prevalente relacionada con la asistencia sanitaria. Según datos expuestos durante la celebración del XXII Congreso Nacional y XI Internacional de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS) en Europa con un 19,6 por ciento y en España con un 21,6 por ciento.

En la mesa de “Prevención de las infecciones en cirugía. Antisepsia” se analizaron las recomendaciones del Programa de Reducción de la Infección Quirúrgica del Observatorio de Infección Quirúrgica, publicado en febrero de 2023 y en el que han participado 17 sociedades científicas.

José María Badía, presidente del Observatorio de Infección Quirúrgica, relató a Gaceta Médica que, en la actualidad, las infecciones quirúrgicas siguen siendo frecuentes. “En España alrededor del 5 por ciento de las personas que se operan de cirugía mayor se infectan”. Este porcentaje aumenta cuando hablamos de la cirugía colorrectal y se sitúa entre el 15 y el 20 por ciento.

Además, señaló que las consecuencias de estas infecciones sobre el Sistema Nacional de Salud (SNS) son altas en cuanto a coste. “El paciente está más días en el hospital, consume más recursos, a veces tiene que ingresar en la UCI, consume antibióticos…”. No obstante, incidió en que entre el 50 y el 60 por ciento de todas las infecciones postoperatorias que se producen en el mundo se pueden evitar aplicando medidas de prevención.

Intervenciones quirúrgicas

Entre las medidas presentadas en el coloquio, se informó de que no es recomendable utilizar sistemas de flujo laminar en el quirófano o de la necesidad de mantener una temperatura entre 21 y 23 grados. Además, la puerta del quirófano debe estar siempre cerrada y se debe limitar el número de personas que estén dentro.

Con respecto al tipo de Intervención quirúrgica, se aconsejó, siempre que sea posible, el uso de técnicas endoscópicas sobre la cirugía abierta, por su acceso menos invasivo. Amparo Rubio, presidenta de la Asociación Española de Enfermería Quirúrgica (AEEQ), insistió en que es necesario que el paciente se dé una ducha previa. También estableció como clave la profilaxis antibiótica en los 60 minutos antes de la intervención y la normotermia. Además, recalcó que no se debe rasurar la zona de forma rutinaria, aunque si es necesario se debe hacer con maquinilla eléctrica de cabezal desechable en tiempo lo más próximo a la intervención. Relativo a la antisepsia de la piel la recomendación es solución de gluconato de clorhexidina al 2 por ciento con alcohol 70 por ciento.

Equipo operatorio e intraoperatorio

En cuanto al equipo operatorio, se estableció que debe llevar una vestimenta exclusiva para el área quirúrgica, con una mascarilla tapando boca y nariz. También se informó de que no se recomienda el uso joyas, uñas artificiales y laca de uñas. Respecto a la higiene quirúrgica de manos del equipo estéril se apostó por la solución alcohólica de gluconato de clorhexidina al 2 por ciento con alcohol al 70 por ciento y no utilizar cepillo. Además, deben hacer uso de doble guante en COT.

En el intraoperatorio se debe evitar utilizar adhesivos transparentes para cubrir el campo quirúrgico, sí protectores-retractores de heridas. Es indispensable el cambio de guantes en distintas fases de la intervención y el cambio de material quirúrgico antes del cierre. Sin embargo, aunque es práctica bastante habitual, es de recomendación débil la irrigación de las cavidades quirúrgicas y no se recomienda el lavado con soluciones antisépticas ni antibióticas.

El papel de la enfermera de quirófano

Tras la exposición de las medidas más importantes para la prevención de la infección del sitio quirúrgico, Rubio insistió en el trabajo de la enfermera de quirófano para lograr la disminución de la infección quirúrgica. “La aplicación de estas medias podría prevenir más del 50 por ciento de las infecciones de sitio quirúrgico”, indicó la presidenta de la AEEQ.

En este sentido Badía resaltó durante su intervención que “la reducción de la infección postoperatoria es una labor de equipo que debe abarcar todo el periodo perioperatorio. Los equipos quirúrgicos, con su núcleo constituido por enfermería quirúrgica, anestesistas y cirujanos especialistas, deberían ser empoderados para que sean los protagonistas del cambio. Dichos equipos deben trabajar de forma coordinada con el resto de los grupos hospitalarios relacionados con la infección quirúrgica, con los objetivos comunes de mejorar el proceso quirúrgico y reducir la tasa de infección de sitio quirúrgico”.

Empoderar al paciente

También hizo hincapié en la necesidad de empoderar al paciente, tanto en el pre como en el post-operatorio. En este aspecto, resaltó que, en la actualidad, ya hay aplicaciones que ayudan a que el paciente se comunique con el equipo quirúrgico una vez ha recibido el alta. Por ejemplo, puede hacerse una fotografía a la incisión para que le aporte información sobre si está o no infectada y poder así detectar infecciones de forma precoz. “Hay que darle herramientas para que pueda participar activamente en el proceso”, concluyó.


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