El Auditorium de Palma de Mallorca ha acogido el XXII Congreso Nacional y XI Internacional de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS), con la participación de más de 470 expertos en estas materias.

Entre los temas que se están tratando, destaca la bioseguridad ambiental, objeto de una mesa en la que han participado Gonzalo de las Casas, del Hospital Universitario Rey Juan Carlos; Laura Gavaldá, del Hospital de Bellvitge; Teresa Ferrer Gimeno, del Instituto de Salud Pública de Navarra; y Vicente Mendoza, de la Subdirección de Gestión del Área de Salud dÈivissa i Formentera.

“El reto de esta mesa ha sido reflexionar sobre los aspectos más relevantes para el abordaje multidisciplinar que requieren los planes de seguridad del agua de los centros sanitarios”, ha indicado Martín, responsable de Medicina Preventiva de la Fundación Jiménez Díaz y moderadora de la mesa, quien ha añadido que estos planes deben basarse en “la nueva normativa y coordinados por el Grupo de Seguridad del Agua que debe trabajar en base a una evaluación de riesgos”.

Factores de riesgo

El agua que se usa en los centros de salud puede ser un factor de riesgo para las infecciones que a menudo se subestima. Sin embargo, las evidencias actuales muestran que más de un 20 por ciento de las infecciones asociadas a la atención sanitaria se deben directamente al agua.

Como solución a esto, Martín ha asegurado a Gaceta Médica que “no es algo sencillo”, pero, al menos “los nuevos reales decretos de legionela (487/2022) y agua de consumo (3/2023), respectivamente, refuerzan medidas de vigilancia e incorporan planes de seguridad para que empecemos a incorporar evaluaciones de riesgos al agua y su infraestructura”.

Para destacar el objetivo de esta regulación Martín ha recordado que los RD regulan la legionelosis y el agua de consumo humano respectivamente, establecen nuevos criterios para el control de las infecciones por patógenos del agua y definen los edificios prioritarios.

“Estas evaluaciones deben ser dinámicas y coordinadas por un grupo de seguridad multidisciplinar. Finalmente, nos van a proporcionar puntos críticos que atender de manera urgente con medidas contundentes y nuevos puntos de control a vigilar”, ha señalado.

Entre otras medidas, es importante hacer un seguimiento microbiológico regular del agua, mediante muestras específicas, tanto para conocer el riesgo infeccioso como para verificar la efectividad de las acciones preventivas.

Reducir el impacto sanitario

Las Unidades de Cuidados Aumentados tienen una especial relevancia, ya que se vigila la presencia de Pseudomonas aeruginosa para reducir su impacto sanitario, siguiendo el ejemplo de otros países cercanos. En la mesa, se estableció que estos reales decretos requieren el desarrollo de guías de apoyo que aún no están disponibles, no obstante, “es necesario iniciar algunas acciones este año para estar preparados para cumplir con el plan de trabajo que proponen”.

“El descubrimiento es que esas Pseudomonas son causa de infección en estas unidades, puesto que el agua es necesaria en muchos cuidados sanitarios. La buena noticia es que estas nuevos RD nos van a proporcionar agua más segura para los cuidados de los pacientes que más lo necesitan”, ha indicado Martín.


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