Relojes inteligentes, aplicaciones en los móviles que son capaces de monitorizar variables habituales como la frecuencia cardíaca, la tensión arterial o el electrocardiograma son cada vez más frecuentes en el día a día de la sociedad. ¿Qué pasaría si este tipo de mediciones se incorporaran a la historia clínica del paciente? Cardiólogos consultados por Gaceta Médica aportan su visión acerca de la figura del ‘cardiólogo digital’ y la llegada de nuevos dispositivos a consulta, con motivo del VI Congreso Virtual de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), celebrado la pasada semana.

Alfonso Valle, especialista en cardiología del Hospital Marina Salud de Denia.

Alfonso Valle, especialista en cardiología del Hospital Marina Salud de Denia (Comunidad Valenciana), considera que estas mejoras de control del paciente son una herramienta para transformar la cardiología en “una especialidad más proactiva“.

Cardiología, una especialidad actualizada

Valle subraya la amplia experiencia que rodea a los profesionales en cardiología, motivo por el que apuesta por monitorizar la salud del paciente ” de forma consciente” y no sólo “dentro de las puertas del hospital”.

De hecho, el experto indica que estos dispositivos “han llegado para quedarse” y que normalmente, pueden recomendar desde consulta algunos de los dispositivos que estén correctamente certificados para poder vehicular datos a través de dispositivos móviles.

A pesar de tener normalizadas ciertas mediciones desarrolladas con estos dispositivos, Valle destaca la fotopletismografía como uno de los avances más notables en los últimos tiempos. Se trata de una técnica que consigue medir la frecuencia cardíaca a través de una fotografía ‘selfie‘ o un video de la superficie facial.

“Avances de este tipo van a aportarnos información acerca de la salud de los pacientes, que actualmente no podemos recoger”, explica.

Uno de los dispositivos más utilizados desde el ámbito clínico, según Valle, es un mecanismo denominado ‘Kardia’. Este dispositivo sirve para medir el electrocardiograma del paciente con solo poner dos dedos en las plazas destinadas para ello. Esta recomendación llega al punto, de ser lo suficientemente fiables como para considerar los resultados por buenos, según ha explicado el cardiólogo.

Incorporación de datos a la práctica clínica

La adaptación de estos dispositivos a la práctica clínica es, sin embargo, un paso que requiere de más profundidad y estudio. Según Valle, es necesario contar con las certificaciones adecuadas que permitan considerar a estas herramientas como un sistema fiable de medición, como puede ser el marcado CE. En este sentido, es importante destacar que cada dispositivo, o incluso cada marca, tiene bases distintas de datos que es necesario unificar para facilitar el uso de datos de forma profesional.

“Cada dispositivo tiene su lenguaje propio y sus plataformas, por lo que, a pesar de ser una información muy valiosa, es necesario unificarlas”

Alfonso Valle, especialista en cardiología del Hospital Marina Salud de Denia
Rafael Vidal, cardiólogo del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC, Galicia).

Esta idea la comparte Rafael Vidal, cardiólogo del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC, Galicia), que destaca además las complicaciones que pueden suponer las actualizaciones de cada uno de los dispositivos.

En este sentido, ambos profesionales destacan la importancia de que estos “nuevos aliados de las consultas de cardiología” estén avalados y contrastados por sociedades científicas o las propias instituciones sanitarias. “Es una garantía de que las mediciones se están haciendo bien y es un valor a largo plazo para los clínicos, con la posibilidad de incorporarlo en la práctica clínica”, señala Vidal.

Un ‘equilibrio’ en la práctica clínica

Muchos de los dispositivos que usan los consumidores tienen el ‘okay’ clínico, pero muchos otros no, lo que puede conllevar a confusiones por parte del usuario. En este contexto, Vidal destaca como una posibilidad existente (para “encontrar un equilibrio” entre la información digitalizada y la opinión del clínico) es contar con dispositivos de última tecnología y ponerlos a disposición de los pacientes como actualmente se hace con los ‘Holter’.

“Los pacientes podrían llevarlos y traerlos según se precise para la toma de datos”, indica Vidal, ya que muchos de estos dispositivos tienen un coste elevado y quizá no están al alcance de todos los públicos.

Por otro lado, ambos especialistas señalan que la lectura de estos dispositivos, desde un uso particular, están originando consultas innecesarias por parte de algunos pacientes, debido a una sobrecarga de información, que es necesaria que sea interpretada por un profesional. “Lo adecuado es saber encontrar un equilibrio y saber gestionarlo”, indica el Valle.

Un ‘mar’ de datos del paciente

La ventaja principal que puede facilitar el uso de estos dispositivos ‘wearables’, según Vidal, es el hecho de contar con una cantidad de datos muchísimo mayor y de una forma casi instantánea durante 24 horas.

“Antes se hacían mediciones puntuales, mientras que ahora podemos trabajar con datos y tener valores durante todo el día”

Rafael Vidal, cardiólogo del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC, Galicia)

Sin embargo, el especialista gallego destaca que una de las desventajas más claras es que, al contar con una cantidad de datos tan grande, es preciso tener la tecnología necesaria como para manejar grandes cantidades de datos y filtrar los resultados. Además, Vidal puntualiza que podrían darse casos en los que las mediciones no fueran acertadas o que el propio paciente no mida bien algunas de las variables. Por este motivo, Vidal anima a que exista una mayor regulación de los dispositivos en medicina, e incluso de los dispositivos móviles, debido a las mejoras que pueden aportar.

Por su parte, Valle destaca además la complicación que suma la protección de datos y el manejo de datos médicos, un tema “difícil de resolver”, pero que “debe evolucionar” poco a poco para contar con esta información en la historia clínica del paciente.

“Estos dispositivos son una herramienta que nos ayuda tanto a nosotros, como al paciente, pero hay que saber interpretarlos y nunca sustituirán a un clínico, ni al sentido común”

Alfonso Valle, especialista en cardiología del Hospital Marina Salud de Denia

En este contexto, el reto que destaca Valle como “el principal desafío de los sistemas sanitarios” es el transformar la sanidad a una vertiente más proactiva, y menos reactiva.

“Ahora, el paciente acude a consulta, pero el cambio principal será cuando el clínico de la alarma en base a datos gestionados”, concluye Valle.


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