La pandemia de COVID-19 ha ampliado aún más la brecha sanitaria y económica entre (y dentro) de los países. La Organización Mundial de la Salud (OMS) incide en que la enfermedad y la muerte por el SARS-CoV-2 ha tenido mayor impacto entre los grupos afectados por la discriminación, la pobreza y la exclusión social. Las estimaciones apuntan a que la pandemia llevó a entre 119 y 124 millones de personas a la pobreza extrema el año pasado. 

Por ello, la OMS hace un llamamiento en el Día Mundial de la Salud con cinco propuestas para mejorar la salud de todo.

“La pandemia de COVID-19 ha prosperado en medio de las desigualdades en nuestras sociedades y de las brechas en nuestros sistemas de salud”, ha señalado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director General de la OMS en rueda de prensa. “Es vital que todos los gobiernos inviertan en el fortalecimiento de sus servicios de salud y eliminen las barreras que impiden que tantas personas los utilicen”, ha añadido.

Una oportunidad para reconstruir

La OMS ha denunciado las desigualdades en las condiciones de vida de las personas, los servicios de salud y el acceso al poder, el dinero y los recursos desde antes de la pandemia. Como resultado, las tasas de mortalidad en menores de 5 años de los hogares más pobres son el doble que las de los niños de los hogares más ricos. La esperanza de vida de las personas de los países de ingresos bajos es 16 años menor que la de las personas de los países de ingresos altos. Por ejemplo, 9 de cada 10 muertes a nivel mundial por cáncer de cuello uterino ocurren en países de ingresos bajos y medianos.

Sin embargo, mientras los países continúan luchando contra la pandemia, la OMS señala la oportunidad de reconstruir un mundo “más justo y saludable mediante la implementación de los compromisos, resoluciones y acuerdos existentes y, al mismo tiempo, asumir compromisos nuevos y audaces“.

Acceso equitativo

Una vez superado el reto el de fabricar vacunas en un año, llega el siguiente: un acceso equitativo. “Aquí será clave el apoyo adicional a COVAX, el pilar de la vacuna en ACT-Accelerator, que espera haber llegado a 100 países y economías en los próximos días”, resalta la OMS.

Asimismo, los productos básicos como el oxígeno y el equipo de protección personal (EPI), así como las pruebas de diagnóstico fiables y los fármacos también son vitales para continuar luchando contra la pandemia.

“La evidencia revela que los sistemas de salud orientados a atención primaria han producido constantemente mejores resultados de salud”

Invertir en atención primaria de salud

Los gobiernos deberían cumplir el objetivo recomendado por la OMS de gastar un 1% adicional del PIB en atención primaria. “La evidencia revela que los sistemas de salud orientados a atención primaria han producido constantemente mejores resultados de salud, mayor equidad y mayor eficiencia”, apunta la OMS.

En ese sentido, la inversión en países de ingresos bajos y medianos podría salvar 60 millones de vidas y aumentar la esperanza de vida promedio en 3,7 años para 2030. Los gobiernos también deben reducir el déficit mundial de 18 millones de trabajadores de la salud necesarios para lograr la cobertura universal de salud (CSU) para 2030.

Priorizar en salud y protección social

El impacto socioeconómico de la COVID-19 ha agudizado el desempleo, el aumento de la pobreza, las interrupciones en la educación y los problemas de nutrición. Será vital garantizar que la inversión tengan mayor impacto en los más necesitados y que las comunidades desfavorecidas participen en la planificación y ejecución de programas.

El 80% de la población mundial que vive en la pobreza extrema se encuentra en zonas rurales

Construir vecindarios seguros, saludables e inclusivos

El 80% de la población mundial que vive en la pobreza extrema se encuentra en zonas rurales. Hoy, 8 de cada 10 personas que carecen de servicios básicos de agua potable viven en áreas rurales, al igual que 7 de cada 10 personas que carecen de servicios básicos de saneamiento.

“Será importante intensificar los esfuerzos para llegar a las comunidades rurales. Estas comunidades necesitan con urgencia una mayor inversión económica en medios de vida sostenibles y un mejor acceso a las tecnologías digitales”, expone la OMS.

Potenciar el BIG DATA

Es necesario aumentar la disponibilidad de datos de alta calidad desglosados ​​por sexo, riqueza, educación, etnia, raza, género y lugar de residencia para resolver dónde existen desigualdades y abordarlas. El monitoreo de las desigualdades en salud debe ser una parte integral de todos los sistemas nacionales de información en salud.