En el Día Mundial contra la hepatitis C, el Ministerio de Sanidad reitera su compromiso con la eliminación de esta enfermedad como problema de salud pública en España. Nuevos datos sobre la prevalencia de la infección muestran avances significativos en la lucha contra la hepatitis C, en línea con los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2030. De hecho, desde la aprobación de los tratamientos antivirales de acción directa (AAD) en 2015 han sido tratados más de 167.000 pacientes, obteniendo una efectividad terapéutica del 95 por ciento.

Un estudio reciente, publicado en la prestigiosa revista Lancet Regional Health Europe, revela que la prevalencia global del virus de la hepatitis C (VHC) en España ha disminuido hasta el 0,15 por ciento en 2022. Esto se traduce en aproximadamente en 57.587 personas con infección activa, de las cuales se estima que un 29 por ciento aún no están diagnosticadas.

Estos resultados, fruto de una colaboración entre el Ministerio de Sanidad, el Centro Europeo de Enfermedades Infecciosas (ECDC) y la Universidad de Chipre, se basan en una novedosa metodología de síntesis de evidencia multiparamétrica (MPES). El estudio destaca la necesidad de intervenciones específicas en colectivos con mayor prevalencia de infección, como usuarios de drogas por vía parenteral y usuarios de chemsex.

Tratamientos antivirales

El éxito en la reducción de la prevalencia del Virus de la Hepatitis C (VHC) se atribuye en gran medida al acceso a tratamientos antivirales de acción directa (AAD). Desde 2015, más de 167.000 pacientes en España han recibido estos tratamientos, con una efectividad terapéutica del 94,73 por ciento.

El Ministerio de Sanidad continúa trabajando en la detección precoz y el acceso equitativo a la prevención y el tratamiento del VHC. La Guía de cribado de la infección por el VHC, aprobada en 2020 y revisada en 2022, proporciona un marco integral para el diagnóstico y tratamiento, con especial atención a las personas con riesgo de infección.

El Ministerio de Sanidad refuerza su compromiso con la eliminación de esta enfermedad mediante la integración de los planes de prevención del VIH, infecciones de transmisión sexual, hepatitis virales y tuberculosis. Esta estrategia integral permitirá una respuesta más coordinada y efectiva para alcanzar el objetivo de eliminar la hepatitis C en España.

Además, constata la mejora en la detección precoz de la hepatitis C en los últimos años y reitera su compromiso de seguir avanzando con el objetivo de eliminar las hepatitis víricas como problema de salud pública en el año 2030.

En todo caso la prevalencia del VHC en España es del 0.15 por ciento a nivel poblacional, una de las tasas más bajas a nivel europeo.

Para mejorar el diagnóstico precoz de la infección por el VHC, la Comisión de Salud Pública acordó hace un año añadir nuevas poblaciones y situaciones en la Guía de Cribado del VHC: personas con trastorno mental grave, sobredosis provocadas por drogas ilegales y personas sin hogar, así como indicaciones sobre la detección y diagnóstico de las reinfecciones.

La hepatitis C

La hepatitis C es una infección vírica que afecta al hígado. Puede manifestarse de forma aguda (a corto plazo) y crónica (a largo plazo), y también puede ser mortal.

La hepatitis C se transmite a través del contacto con sangre infectada, lo que puede suceder al compartir agujas o jeringuillas o al realizar procedimientos médicos poco seguros, tales como transfusiones de productos sanguíneos sin analizar.

Entre los síntomas se pueden incluir fiebre, cansancio, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orina oscura y coloración amarillenta de la piel o los ojos (ictericia).

Aunque no existe una vacuna contra la hepatitis C, se puede tratar con antivíricos.

La detección y el tratamiento precoces pueden prevenir las lesiones graves del hígado y mejorar la salud a largo plazo.

Las infecciones agudas por el virus de la hepatitis C suelen ser asintomáticas y, en su mayor parte, no conllevan riesgo mortal. Aproximadamente un 30 por ciento (del 15 por ciento al 45 por ciento) de las personas infectadas eliminan el virus espontáneamente en un plazo de 6 meses, sin necesidad de tratamiento.


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