La Comisión Europea ha presentado este miércoles su proyecto ‘Digital Green Pass‘, un certificado verde digital conocido como pasaporte de vacunación COVID-19. Según la Comisión, “facilitará la libre circulación en condiciones de seguridad durante la pandemia dentro de la UE”.

Este certificado verde digital será la acreditación de que una persona ha sido vacunada contra la COVID-19, se ha recuperado de la COVID-19 o se ha realizado una prueba (pruebas de RT-PCR o rápidas de antígenos) cuyo resultado ha sido negativo. Estará disponible para todos los ciudadanos de la UE de forma gratuita y en inglés y en la lengua o lenguas oficiales del Estado miembro expedidor. Además, se podrá obtener en formato digital o en papel, e incluirá un código QR para garantizar la seguridad y autenticidad del certificado.

La Comisión pretende que esté listo para antes del verano, pero primero debe pasar el visto bueno del Parlamento y los Estados miembro. 

Seguridad y privacidad

El certificado respetará “la protección de datos, la seguridad y la privacidad“, de modo que solo debe contener la “información necesaria para identificar al titular, el nombre de la vacuna COVID-19, el número, la fecha y el lugar de vacunación”.

Otro de los requisitos de este pasaporte es que únicamente serán aceptadas las vacunas que hayan recibido la autorización de comercialización dentro de la UE. Las vacunas de aquellas compañías no aprobadas no estarán cubiertas por la cláusula de responsabilidad y control de calidad de la UE. Y, por el momento, son cuatro farmacéuticas las que están autorizadas para comercializar su vacuna en la Unión: Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson.

¿Y los no vacunados?

Según el proyecto de reglamento, el certificado de vacunación “no debe ser una condición previa para el ejercicio de la libre circulación”. Así, personas no vacunadas, por ejemplo por motivos médicos, porque no formen parte del grupo destinatario para el que se recomienda actualmente la vacuna -los niños- o porque aún no han tenido la oportunidad o no desean ser vacunas, “deben poder seguir ejerciendo su derecho fundamental a la libre circulación”. Eso sí, cuando sea necesario, estarán sujetos a las limitaciones impuestas por los países, como pruebas obligatorias, cuarentenas o autoaislamiento.

De este modo, las personas no vacunas o que aún no han tenido la oportunidad de vacunarse, podrán beneficiarse de un marco a escala de la UE para la emisión, verificación y aceptación de otros certificados, facilitando el libre movimiento. En el caso de los niños, que no pueden beneficiarse de la vacuna contra la COVID-19 por el momento, “deberían poder recibir un certificado de prueba o de recuperación, que también podría ser recibido por sus padres en su nombre”.

El Reglamento propuesto garantiza que los certificados expedidos por otros Estados miembros se acepten en virtud de las mismas normas que las aplicadas a los certificados expedidos a nivel nacional. Y, respecto al periodo en el que el pasaporte será válido, el Reglamento fija el máximo de validez del certificado de recuperación en 180 días.

Un tema controvertido

El pasaporte de vacunación ha causado cierta controversia en Europa, que se encuentra dividida entre sus ventajas y sus inconvenientes. Mientras la Comisión está convencida de sus beneficios para impulsar los viajes dentro de la UE, la directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), Andrea Ammon, se ha posicionado en contra.

La directora del ECDC considera que existe la posibilidad de discriminación a quienes no se han vacunado y añade que falta evidencia científica sobre cómo transmiten el virus aquellos que sí han recibido la vacuna.

Por otro lado, el pasaporte COVID-19 cuenta con el apoyo de España. El presidente del Gobierno Pedro Sánchez se ha alegrado de la propuesta de la Comisión y, a través de su cuenta personal de Twitter, ha asegurado que el certificado de vacunación ayudará a avanzar a la hora de “facilitar la movilidad de forma segura, coordinada y con plenas garantías sanitarias”. Los eurodiputados de Ciudadanos también han aplaudido el lanzamiento de este certificado, algo que el grupo llevaba tiempo pidiendo.

La réplica de la Comisión

Para evitar la mencionada discriminación de los no vacunados, la Comisión propone que se cree no solo un certificado de vacunación interoperable, sino también certificados de pruebas de la COVID-19 y certificados para las personas que se hayan recuperado de esa enfermedad.

La Comisión aclara que el pasaporte incide “positivamente” en el derecho a la libertad de circulación y residencia, aludiendo al artículo 45 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE. “Lo hace proporcionando a los ciudadanos certificados interoperables y mutuamente aceptados en vacunación, pruebas y recuperación COVID-19 que pueden usar cuando viajan”. Así, señala que estos certificados serán beneficiosos al poder eximir a las personas que los posean de las restricciones a la libre circulación debidas a la pandemia.

Respecto a la falta de datos científicos sobre los efectos de la vacunación, la Comisión indica que, por el momento, un marco interoperable de certificados sanitarios debe permitir a los Estados miembro levantar las restricciones de manera coordinada.

Además, el sistema de certificado digital verde es una medida temporal. “Se suspenderá una vez que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declare el fin de la emergencia de salud pública internacional por la COVID-19”, ha afirmado la Comisión Europea.


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