Pilar Escribano.

Actualmente, la hipertensión pulmonar (HP) es una enfermedad en torno a la que se está investigando muchísimo. Así, se ha visto que implica un aumento de la presión en la circulación pulmonar debido al estrechamiento de los vasos sanguíneos en los pulmones y que, a medida que avanza la enfermedad, el corazón puede llegar a perder la capacidad de bombear suficiente sangre a los pulmones, pudiendo llegar a producir insuficiencia cardíaca.

A pesar de la complejidad de la patología, lo cierto es que destaca por la brevedad de tiempo que transcurre entre la investigación que realizamos y su aplicación clínica en pacientes. Esto favorece no solo el desarrollo de fármacos, sino también el avance de los procedimientos intervencionistas y la puesta en común de toda la información y los conocimientos que vamos recabando entre los expertos involucrados en el manejo de la HP.

Todo ello se ha puesto en valor durante el foro “AOPH Meeting”, donde diferentes expertos de España y Portugal hemos repasado en profundidad cuáles son los tratamientos actuales, el importante rol de los especialistas y los desafíos a los que nos enfrentamos para abordar la HP en países con sistemas sanitarios muy similares.

Respecto a otros países vecinos, podemos decir que en España se están haciendo muy bien las cosas. No tenemos ningún elemento que nos señale como un país que esté a la cola, sino todo lo contrario. Contamos con una buena organización asistencial, además de un registro español de hipertensión pulmonar que nos permite conocer de primera mano la realidad asistencial de nuestros pacientes, así como los tratamientos que utilizamos. En definitiva, nos da una pista de cómo trabajamos y abordamos la enfermedad todo el conjunto de médicos implicados.

Ahora mismo tenemos a nuestra disposición una nueva forma de entender el manejo de la enfermedad desde un punto de vista farmacológico, con vías terapéuticas nuevas. También se está avanzando mucho en el conocimiento sobre la enfermedad y sus derivaciones a nivel genético y molecular, lo que permite contemplar y divisar diferentes formas de manejar la HP.

Por todo ello, creo que España es un país que debe sentirse muy orgulloso por su trabajo. Además, de aquí a dos o tres años creo que seremos partícipes de importantes avances que contribuirán a la consecución de uno de nuestros principales objetivos: aumentar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.


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