Olga Delgado

En un espacio de reflexión como el que permite esta publicación especial hemos querido echar la vista atrás, describir nuestro punto de partida y exponer los nuevos desafíos de la Farmacia Hospitalaria. Arrancado ya 2023 son muchos los temas que tenemos sobre la mesa y sobre los que estamos actuando ya sea a nivel clínico, en cuanto a resultados, en nuestro acercamiento al paciente, en esa dualidad resultante de la suma de la formación y la tecnología, y todo ello mirando no solo hacia dentro sino hacia fuera de los servicios de farmacia un lugar en el que poder sumar junto a otras especialidades y mejorar dentro de la sanidad.

Queremos apostar por una actividad clínica junto a los pacientes cada vez más completa y definida, sumar responsabilidades para poder ofrecer una atención farmacoterapéutica continuada que se adecue a una realidad multidisciplinar. En este sentido quisimos explicar esta evolución en el libro sobre los últimos 25 años de historia de la Farmacia Hospitalaria que titulamos ‘Farmacia Hospitalaria: del medicamento al paciente’. En ese volumen definíamos varias de las palancas que nos han hecho cambiar como colectivo, convertirnos en una profesión reconocida como imprescindible en los sistemas sanitarios, todo ello nos ha llevado a poder cambiar ese foco inicial en el medicamento y ampliar nuestro espectro de actuación, ser más globales.

“Queremos que el paciente participe en la toma de decisiones como un elemento de innovación”

Porque es al paciente a quien tenemos que ayudar dándole no solo una asistencia sanitaria excelente sino haciéndole partícipe desde los puntos de vista emocional, social, y sanitario. Queremos, además, que participen en la toma de decisiones como un elemento de innovación que, sin duda, mejorará los resultados en salud además conseguir una cercanía tanto física como emocional. Es esta una variable que no solía tenerse en cuenta hace años cuando hablábamos de resultados en salud, hoy no entendemos nuestra actividad sin evaluar tanto la calidad como los resultados de nuestra atención con el paciente, su experiencia a través de los PROMs (Patient-Reported Outcome Measure) y PREMs (Patient Reported Experience) nos ayuda a identificar puntos de mejorar y evaluar de manera global su salud.

Por último, tenemos que hablar de la importancia de la formación continuada que como colectivo nos está permitiendo trabajar para los pacientes no solo en las consultas de atención a pacientes externos, donde ya atendemos a más de un millón de pacientes en toda España según datos del Libro Blanco de la SEFH, sino en las unidades clínicas en las que cada vez más farmacéuticos de hospital estamos trabajando como Urgencias, UCI, Neumología, Trasplantes, Reumatología, Oncología, Hematología, Infecciosas o Geriatría.