El fin de la pandemia llegará más allá de 2020. Quizás dos olas más en forma de brotes aparecerán tras el verano: la sanidad estará preparada y la sociedad concienciada.  La inmunidad adquirida de millones de personas, las posibles vacunas y los tratamientos eficaces ayudarán a acabar de manera definitiva con la epidemia del siglo. Pero seguiremos con partes diarios de fallecidos de la “primera ola” hasta agosto, según las predicciones.

Cuando las mujeres y hombres de las urgencias de nuestros hospitales, urgenciólogos y sus equipos de enfermería, afirman que notan algo de alivio, estamos en el buen camino. Pero aún es un camino largo que ahora tiene un trazado claro. Las medidas de confinamiento, de prevención y la tremenda maquinaria asistencial, de orden y salud pública está mostrando resultados.

“Las medidas de confinamiento, de prevención y la tremenda maquinaria asistencial, de orden y salud pública está mostrando resultados”

Hemos conseguido canalizar el flujo incesante que originó la masificación de los hospitales. La estrategia de refuerzo en Madrid encabezada por el Hospital de Ifema y varios hoteles, así como los polideportivos y hospitales de campaña en Barcelona, son los máximos exponentes de reacción sanitaria efectiva. Los refuerzos oportunos en otras zonas de España, también azotadas por covid-19, están dando sus frutos. La lucha contra el SARS-CoV-2 continúa, porque esto no acabará en 2020.

El IHME, creado con el apoyo de la Universidad de Washington y la Fundación Bill y Melinda Gates, cuenta con más de 300 personas en su estructura.

Análisis del impacto en mortalidad

Sin las medidas preventivas implantadas en el mundo, la epidemia de covid-19 hubiera causado más de 40 millones de muertes durante 2020, según investigadores del Imperial College of London.

A pesar de las medidas preventivas y del seguimiento de las recomendaciones de la OMS, morirán 150.000 personas en Europa en la primera ola epidémica, según el Institute for Health Measures and Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington en Estados Unidos.

El IHME en su informe del 6 de abril predice que está a punto de pasar el pico de muertes en España. También afirma dicho informe algo que constatan los especialistas intensivistas: seguimos con una alta demanda de camas de UCI en comparación con otros países en Europa. Sin embargo la rápida reacción en Madrid y Barcelona ha dado un respiro a las UCIs al mismo tiempo que a las urgencias hospitalarias. Los modelos predictivos establecen un total de 19.209 muertes por covid-19 en España hasta el 4 de Agosto de 2020.

La pandemia puede tener tres olas, pero nadie lo sabe con certeza. El virus SARS-CoV-2 podría haber estado latente en un reservorio durante decenios hasta hacerse pandémico. No se sabe si ha sido un animal el intermediario transmisor anterior al hombre, al margen del murciélago. Pero también podría haber estado el virus latente en forma no patógena en humanos hasta que sucesivas transmisiones le permitieron mutar a su forma patógena actual.

El estudio de seroprevalencia mostrará una proporción alta de inmunidad adquirida en España.

La protección de rebaño

Un gran estudio de seroprevalencia nos dirá cuántas personas hay en España inmunizadas,a través de la detección de Ig G. Comenzará la semana próxima y finalizará los primeros días de mayo. Lo liderará el ISCII y contará con una muestra de 60.000 personas. Una visión optimista nos inclina a pensar que mostrará una proporción alta de seroprevalencia en España.

Desde distintas instituciones internacionales, así como epidemiólogos españoles, creen que el número de inmunizados en España podría oscilar entre 4 y 7 millones de personas. Algunos de los cálculos teóricos elevan en España esta cifra de personas con anticuerpos por la elevada mortalidad que presentamos. Y se habla de una foto actual (a mitad de Abril de 2020) de un 15% de la población que podría haber tenido la infección por SARS-CoV-2, y presentar la esperada inmunización.

Teorías de la elevada mortalidad

Agosto es la fecha del fin de una primera ola pandémica que en España sobrepasará las 19.200 muertes, según el IHME con sede en Seatle (Washington), Estados Unidos.

Entre teorías e hipótesis, la alta mortalidad en España sorprende. El ministro de Ciencia, Pedro Duque, afirma que nuestra población es mayor y envejecida, y por tanto es más susceptible a los efectos de covid-19. Una observación que no excusa nuestra incapacidad para proteger a nuestros mayores, a pesar del dato sociodemográfico de nuestro envejecimiento.

“Futuros estudios epidemiológicos arrojarán luz sobre por qué mueren tantas personas de covid-19 en España”

Otra teoría es la elevada carga de enfermedad en España, por la alta prevalencia de enfermedades crónicas. También los enfermos crónicos son más susceptibles, especialmente los que padecen enfermedades respiratorias, y muchas de estas personas están infradiagnosticadas.

Otras enfermedades como las renales o cardiovasculares, incluyendo la diabetes,tienen una alta prevalencia, y pueden en algún caso permanecer ocultas. Futuros estudios epidemiológicos nos ofrecerán alguna teoría plausible de por qué mueren más personas de covid-19 en España que en otros países.

“El último fallecido en España se comunicará el 4 de agosto. Lo que en realidad significa es que, hasta ese día, se habrán producido casi 19.200 muertes”

Informes diarios de muertes durante meses

Las predicciones y modelos estadísticos que va actualizando el IHME (fundado en 2007 con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates) establecen, en su informe del 6 de abril, que el último fallecido en España se comunicará el 4 de agosto. Lo que en realidad significa es que, hasta ese día se podrían haber producido casi 19.200 muertes por covid-19. Un dato que nos produce esperanza y miedo.

Muchos meses con anuncios de muertos cada día supone un estado permanente de crisis social y sanitaria que sólo se ha producido durante los grandes conflictos bélicos. Pero sabemos que esto tiene un final. Y es el principio de una dura lección aprendida con sudor, sangre y lágrimas, que nos obligará a no bajar la guardia hasta que no haya ninguna persona conocida en el planeta con infección por SARS-CoV-2. Y continuaremos vigilando, ahora y siempre.