A poco menos de un siglo del descubrimiento fortuito de la penicilina, que tantas vidas ha salvado a lo largo de la historia, las organizaciones internacionales han vuelto a llamar la atención sobre la amenaza imparable que suponen las resistencias antimicrobianas (RAM) para la salud pública mundial. Si nada lo impide, recuerdan, las resistencias serán la principal causa de muerte en 2050.

Con este telón de fondo, la Organización de Naciones Unidas ha publicado recientemente el informe “Preparándose para las superbacterias: fortalecimiento de las medidas ambientales relativas a la respuesta a la resistencia a los antimicrobianos mediante el enfoque ‘One Health'”. Hacen hincapié en que para abordar este problema se requiere una respuesta integral que incorpore las consideraciones ambientales en los planes nacionales frente a las RAM.

Bajando otro escalón y centrando el tema a escala nacional, esta misma semana el Ministerio de Sanidad ha celebrado una jornada para la presentación de las normas de certificación de los equipos PROA (Programas de Optimización de uso de Antimicrobianos). Estas normas, que recibieron el visto bueno a finales de año en el Consejo Interterritorial, nos sitúan, según la ministra, “a la vanguardia de los países europeos”, en la medida que nuestro país es el primer país en contar con un reglamento específico en el ámbito de las resistencias.

Un 28% de los médicos de primaria no tienen pruebas de diagnóstico rápido “a pie de usuario”

Incorporan estándares de calidad en atención comunitaria y hospitalaria y sientan las bases de coordinación entre ambos niveles asistenciales, según se puso de manifiesto durante la jornada. Un buen mimbre que, en cualquier caso, no puede tejerse sin lo esencial: datos e indicadores que permitan comparar el manejo de este problema en los diferentes centros, así como la evolución de las medidas implantadas.

La Asociación de Pediatría de Atención Primaria (Aepap) incluye, desde hace tiempo, esta demanda de datos, en su caso específicos en la población pediátrica. En una entrevista con GM sus especialistas reclaman la publicación de datos oficiales, periódicos y actualizados sobre las tasas de resistencias de los patógenos responsables de los procesos más frecuentes en población pediátrica a nivel nacional, autonómico y local. Piden tiempo en las consultas, además, conscientes de que las condiciones de trabajo influyen en la calidad de la prescripción.

También desde el primer nivel la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) recuerda que, según datos de una encuesta propia a 400 médicos de familia, un 28 por ciento de los profesionales no tienen pruebas de diagnóstico rápido “a pie de usuario”, básicas para una prescripción con garantías. Un 64 por ciento de los encuestados, además, desconocen la existencia de un plan nacional y hasta un 52 por ciento la existencia de los PROA.