No sólo se adaptaron a la pandemia, sino que, además, generaron y enviaron sugerencias de atención a las administraciones sobre las “epidemias” que han acompañado a la propia COVID. Enfermedades que han seguido vigentes y han aumentado en número a pesar de la presencia de la COVID-19 y que han mantenido las unidades de urgencias del Hospital Clínico San Carlos en constante alerta y evolución, sobre todo en este último año. Tras este esfuerzo, los premios BiC han reconocido a este hospital madrileño en la especialidad de Urgencias en los Best in Class 2021. Con este reconocimiento, el tercero de forma consecutiva, el servicio ha sido acreditado con las 5 estrellas.

“Para nosotros es un orgullo y una enorme satisfacción haber recibido este premio, una vez más. Nos reafirma en intentar seguir haciendo las cosas en la línea de los últimos años: haciendo compatible la gestión asistencial, formación, la investigación, además de seguir manteniendo la relación con el resto de los servicios del hospital y con el resto de dispositivos fuera de él”, ha explicado Juan Jorge González Armengol, jefe de esta unidad.

Tras un año “intenso y muy duro”, en el que los profesionales tuvieron que aprender mucho, sobre todo de la telemedicina, “a un precio muy alto”, González ha asegurado también que el equipo supo reconocer y adaptarse a las circunstancias desde el momento cero.

“Hemos llegado a generar y cambiar procedimientos en el mismo día. Y, a la vez, hemos tenido que reestructurar el servicio para adaptarlo a un doble circuito en sus diferentes secciones. No había otro remedio. Y seguimos con ello porque la patología no COVID es la más frecuente desde abril de 2020“.

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Parte del equipo del servicio de Urgencias del Hospital Clínico San Carlos

Asimismo, una de las claves de este éxito, ha explicado, ha sido la colaboración con el equipo de gestión del hospital y con el resto de los servicios. “Y colaboramos activamente generando procedimientos que se aplicaron interna y externamente, especialmente con los Hospitales de IFEMA y Zendal”, ha añadido el experto.

Estos cambios que tuvieron que adoptar, ha asegurado Armengol, han sido algunos de muchos: “Tanto este servicio como el resto de servicios de urgencias y emergencias, y el propio sistema sanitario, hemos hecho un ejercicio increíble de reingeniería, diría que online. No había otro remedio. Una catástrofe requiere saber reconocerla, aceptarla, adaptarse y dar respuesta”.

Seguir mejorando

Aunque los proyectos son muchos, profundizar en los procedimientos y su introducción en los sistemas de información, colaborando con el proceso de informatización del propio Hospital, así como seguir trabajando por dar la mejor atención son algunos de ellos.

“La base es buena, y los desarrollos infinitos. Si a eso añadimos voluntad y conocimiento, será menos complicado. Seguimos”.

Para concluir, González ha querido recalcar la importancia de dar visibilidad y volver a llamar la atención de las administraciones para que reconozcan de facto lo que es un hecho tangible, la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias.


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