La vacunación está cumpliendo su cometido: impulsar la inmunidad para detectar el virus rápidamente antes de que empeore y la persona se vuelva contagiosa.

La rápida respuesta inmune provocada por las vacunas ayuda, al mismo tiempo, a que se activen cuanto antes los síntomas como respuesta al virus. Gracias a esto, los test de antígenos se muestran como un método eficaz para detectar la COVID-19 antes de que la persona infectada suponga un peligro para el resto.

Estas son las conclusiones, basadas en la explicación del epidemiólogo de Harvard, Michael Mina: “si te contagias un 31 diciembre, empezarías a tener síntomas a partir del 2 enero. Seas contagioso del día 4 al día 9 y muy contagioso el día 5 y el día 6. El test de ‘Ag +’ desde el día 4 hasta el día 9 enero y ‘PCR +’ desde el día 3 al día 22“.

Junto a ellas, el epidemiólogo también aclara que estos test son sensibles a la nueva variante Ómicron. Esta presenta variaciones en la proteína Spike (S) y, precisamente, los test de antígenos no detectan la proteína del pico, sino que detectan nucleocápside (N). Pero la variante tiene cuatro mutaciones en N: dos están también en la variante Alpha y en la Delta, y otras dos en un lugar no inmunogénico, el cual, es poco probable que afecte a los test rápidos.

Por ello, el experto asegura de que los test están funcionando ante esta nueva variante. No obstante, advierte de que si la variante Ómicron presenta una carga viral más baja, es posible que su detección sea más difícil, pero que, los test sí son capaces de detectarla.

Test de antígenos, “con cabeza”

Puestos a disposición de la población en las farmacias de toda España, los farmacéuticos se han visto sobrepasados por la alta demanda de estas pruebas en las últimas semanas.

La proximidad de las navidades y la nueva variante han sido los principales desencadenantes de esta situación. Y, ante ella, los expertos piden calma y actuar “con cabeza”.

Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, advierte de que no deben hacerse estas pruebas sin haber estado en contacto con un positivo o tener sospecha de tener el virus puesto que puede conllevar a un desabastecimiento de estos test e impedir que aquellos quienes los más lo necesiten, no lo puedan obtener.

Asimismo, en el caso de hacerse el test de antígenos tras haber estado en contacto con un positivo y que saliese negativo, Gil argumenta que se debe repetir dicha prueba a los 5 días o, incluso, a los 8 días.

“Un test negativo no es un ‘hago lo que me da la gana a partir de ahora’. Hay que repetírselo en ese periodo ventana y, si no estás vacunado, hacer cuarentena en la medida de lo posible”, añade.

Del mismo modo lo detalla Micheal Mina, que, en cuanto a la efectividad ya demostrada de esta prueba, uno de los elementos más importantes para ella es el momento de la toma de la muestra.

Según el experto, el momento ideal está entre los 6 y 8 días desde el inicio de los síntomas. Si se recoge demasiado tarde o más pronto, pueden dar falsos negativos.

Lo mismo ocurre con la sintomatología. Algunos estudios señalan que tiene una alta sensibilidad en casos sintomáticos (90 por ciento) y en aquellos casos con una alta carga viral llega a un 99 por ciento.

Asimismo, los expertos recuerdan que la PCR puede estar “durante mucho tiempo” siendo positiva, con partículas que no tienen capacidad infectiva y que con el test de antígeno se detectan los que contagian.

Ómicron, del 3,4 al 47,2 por ciento de los casos

Procedente de Botsuana y bautizada por la Organización Mundial de la Salud como Ómicron, el 26 de noviembre se incluyó entre las nuevas variantes de la COVID-19, a la espera de saber más sobre ella.

Tres semanas más tarde, Ómicron se ha convertido en la variante predominante en varios puntos del mundo, incluida España, en la que ha pasado de representar el 3,4 por ciento de los casos al 47,2 en apenas una semana.

En España se ha pasado muy rápidamente de detectar los primeros casos asociados a viajeros
procedentes del Sur de África a detectar casos ligados a transmisión comunitaria y a constatar un rápido crecimiento en los sistemas de vigilancia basados en secuenciación y PCR específica de muestras aleatorias.

Se trata de una variante con más de 30 mutaciones en el gen S, varias de ellas relacionadas con incremento en la transmisibilidad y escape a la inmunidad. Según el último informe del Ministerio de Sanidad, los datos son todavía muy escasos para determinar el verdadero impacto de la variante Ómicron en las características epidemiológicas de la infección. Sin embargo, los estudios preliminares apuntan a una mayor transmisibilidad y un mayor escape inmune.


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