La enfermedad por SARS-CoV-2 ha demostrado presentarse de una forma muy heterogénea: desde la ausencia de síntomas hasta provocar neumonía grave y la muerte. El impacto de un virus que no se puede predecir ha sido devastador para los sistemas sanitarios y económicos de todo el mundo. Cuantificar la duración del período de incubación de la COVID-19, así como el periodo de transmisibilidad y el margen de detección de la infección han sido claves para poder establecer los periodos de cuarentena.

El periodo de incubación medio es de 5 días y el 95% de los casos sintomáticos han desarrollado los síntomas a los 11 días

Periodo de incubación

Según los últimos datos recopilados por Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), el periodo de incubación medio es de 5,1 días. A los 11,7 días, el 95 por ciento de los casos sintomáticos han desarrollado ya sus síntomas. Este parámetro es el que se ha utilizado en España para calcular el tiempo de cuarentena que una persona debe hacer en caso de ser contacto estrecho de un positivo. Sobre la base de estas observaciones y los casos detectados en los estudios exhaustivos de contactos, el CCAES ha establecido que la transmisión de la infección comienza 1-2 días antes del inicio de síntomas.

Duración de la enfermedad

Siguiendo la evidencia actual, el tiempo medio desde el inicio de los síntomas hasta la recuperación total es de 2 semanas cuando la enfermedad ha sido leve. En cambio, si ha sido grave o crítica, el periodo de recuperación sube a 3-6 semanas. Asimismo, el tiempo que transcurre entre el inicio de los síntomas hasta la instauración de síntomas graves como la hipoxemia es de 1 semana, y de 2-8 semanas hasta que se produce el fallecimiento.

Algunos casos no producirán ningún caso secundario y un pequeño número de contagios primarios producirán lo que se conoce como ‘eventos superdiseminadores

RO y transmisión

Según diversos estudios, parece que la transmisión del SARS-CoV-2 no es homogénea y existe una gran variación en el origen de los casos secundarios.

El número básico de reproducción (R0) establecido en Wuhan (China) se sitúo entre 2-3 en los primeros meses. Las revisiones posteriores han estimado valores de R0 de entre 1,5 y 6,5.

Sin embargo, la variación con la que se distribuyen los contagios secundarios indica que, a pesar de tener una R0 de 2-3, algunos casos no producirán ningún caso secundario (el 69 por ciento), algunos darán lugar a un número pequeño de casos secundarios y un pequeño número de contagios primarios producirán lo que se conoce como ‘eventos superdiseminadores‘ transmitiendo la enfermedad a un gran número de personas.


La transmisión de la infección
ocurriría fundamentalmente en la primera semana de la presentación de los síntomas, desde 2-3 días antes hasta 7-8 días después

Infectividad y detección

La técnica de diagnóstico RT-PCR ha sido ampliamente utilizada a nivel mundial por su capacidad para detectar el RNA viral.

Mediante esta técnica se ha observado que la mayoría de los infectados presentan una alta carga viral (entre 105 y 108 copias de genoma/ por muestra nasofaríngea o de saliva) antes del inicio de los síntomas y en los primeros días de la enfermedad. En pacientes que tienen un curso leve, el pico de la carga viral ocurre durante los primeros 5-6 días tras el inicio de síntomas y prácticamente desaparece al día 10.

La PCR detecta una alta carga viral antes del inicio de los síntomas

Si bien, en algunos pacientes se detecta virus más allá del día 10, la carga viral es del orden de 100-1.000 veces menor, lo cual sugiere que la capacidad de transmisión es progresivamente decreciente.

La PCR se basa en las características de estabilidad al calor de una enzima polimerasa. La PCR es positiva si, tras el análisis en un laboratorio de Microbiología de una muestra respiratoria de una persona sospechosa de estar infectada, la prueba detecta ARN del virus.

Según concluye el CCAES, la transmisión de la infección ocurriría fundamentalmente en los casos leves en la primera semana de la presentación de los síntomas, desde 2-3 días antes hasta 7-8 días después. En los casos más graves, esta transmisión sería más intensa y más duradera.

La sensibilidad de test de antígenos se incrementa en los 5 primeros días desde el inicio de los síntomas

Por su parte, los test de detección de antígenos virales se basan en la captura de antígenos del virus mediante sus anticuerpos específicos. La recomendación de la Comisión Europea (CE) sobre su uso indica que deben presentar al menos un 80 por ciento de sensibilidad y un 97 por ciento de especificidad.

El último informe del Grupo de Trabajo Multidisciplinar (GTM), que asesora y apoya al Ministerio de Ciencia e Innovación, refleja que su sensibilidad se incrementa si se realiza en los 5 primeros días desde el inicio de los síntomas o dentro de 7 días tras una exposición confirmada con un caso COVID-19, ya que deben ser muestras con alta carga viral para que el test de antígeno sea capaz de detectarla. Hay pocos datos en personas asintomáticas ya que las empresas que han desarrollado estos test no las incluyen como población en sus análisis.

Los antígenos del SARS-CoV-2 son los antígenos N, S y el dominio RBD, siendo el antígeno N el más abundante en el virus). La técnica empleada para el test de antígeno suele ser la inmunocromatografía (. Se trata de tiras reactivas donde se adsorben los anticuerpos específicos frente a los antígenos


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