El cáncer de cabeza y cuello se ha posicionado como el sexto cáncer más común a nivel mundial, representando un desafío significativo para la salud pública. En este contexto, una investigación reciente llevada a cabo por investigadores del Guy’s and St Thomas’ y del King’s College de Londres (KCL) ha revelado hallazgos esperanzadores: un tipo específico de bacteria, Fusobacterium, puede tener efectos tóxicos sobre las células cancerosas de cabeza y cuello, abriendo potencialmente nuevas vías para tratamientos más eficaces y con menos efectos secundarios.

Impacto en el cáncer de cabeza y cuello

El equipo de investigación, al analizar muestras de pacientes con cáncer de cabeza y cuello, descubrió que aquellos con niveles más elevados de Fusobacterium presentaban un mejor pronóstico en comparación con aquellos con niveles más bajos de la bacteria. Este hallazgo es particularmente sorprendente dado que Fusobacterium ha sido tradicionalmente asociado con la progresión del cáncer de intestino, no con el cáncer de cabeza y cuello.

El estudio detalló que la infección de cultivos de células de cáncer de cabeza y cuello con Fusobacterium resultó en una reducción significativa del 70 al 99 por ciento en el número de células cancerosas viables. Esta drástica disminución se debe a la capacidad de la bacteria para liberar moléculas tóxicas que destruyen las células tumorales, disminuyendo su viabilidad.

Futuras aplicaciones

El descubrimiento de que Fusobacterium puede destruir las células cancerosas abre la posibilidad de utilizar esta bacteria como un biomarcador para evaluar la eficacia del tratamiento del cáncer de cabeza y cuello. Además, su uso podría optimizar los resultados del tratamiento al permitir el desarrollo de terapias más específicas y menos invasivas, reduciendo así los efectos secundarios adversos asociados con los tratamientos convencionales.

Miguel Reis Ferreira, autor principal del estudio y consultor en cánceres de cabeza y cuello en Guy’s and St Thomas’, así como profesor clínico sénior en KCL

Miguel Reis Ferreira, autor principal del estudio y consultor en cánceres de cabeza y cuello en Guy’s and St Thomas’, así como profesor clínico sénior en KCL, comentó que esta investigación revela que estas bacterias juegan un papel más complejo de lo que se conocía anteriormente en su relación con el cáncer. Esencialmente, derriten las células cancerosas de cabeza y cuello. A continuación, queremos comprender mejor cómo podemos traducir este nuevo conocimiento en mejoras en el tratamiento de pacientes con cáncer de cabeza y cuello y otros tipos de cáncer.

Desafíos

Aunque los resultados son prometedores, la investigación está en sus fases iniciales y aún quedan varios desafíos por superar antes de que estos hallazgos puedan traducirse en tratamientos clínicos. La comprensión de los mecanismos exactos por los cuales Fusobacterium destruye las células cancerosas será crucial para desarrollar terapias seguras y efectivas. Además, será necesario realizar ensayos clínicos a gran escala para confirmar la eficacia y seguridad de estos tratamientos en pacientes humanos.

En paralelo, los investigadores del KCL han participado en la elaboración de una nueva revisión de políticas publicada en Lancet Oncology, la cual identifica los diez mayores desafíos que enfrenta actualmente el nuevo gobierno del Reino Unido en el ámbito del cáncer. Este esfuerzo conjunto subraya la necesidad de un enfoque multifacético para abordar el cáncer, combinando avances científicos con políticas de salud pública efectivas.

El descubrimiento de que Fusobacterium puede ser tóxico para las células de cáncer de cabeza y cuello representa un avance significativo en la investigación oncológica. Si bien aún queda un camino por recorrer antes de que estos hallazgos puedan aplicarse en la práctica clínica, la posibilidad de desarrollar tratamientos más benignos y específicos es una luz de esperanza para los pacientes. La colaboración entre instituciones académicas y de investigación, así como el apoyo continuo de organizaciones benéficas y entidades gubernamentales, será crucial para llevar estos prometedores descubrimientos del laboratorio a la clínica, mejorando así los resultados para los pacientes con cáncer de cabeza y cuello en el futuro cercano.


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