Tras más de un año de pandemia, continúan las incógnitas sobre los orígenes del SARS-COV-2. El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Joe Biden, ha dado 90 días a sus servicios de Inteligencia para esclarecer si el nuevo patógenos se escapó del Instituto de Virología de Wuhan (China).

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegase a la conclusión de que “probablemente” el virus saltó de los animales a los humanos a través de un huésped animal intermedio, este nuevo giro de los acontecimientos se debe a la carta publicada en la revista Science por un grupo de 18 científicos.

“Las teorías de la liberación accidental de un laboratorio y el derrame zoonótico siguen siendo viables”

Carta publicada en Science

Los investigadores de Universidades como Harvard, Stanford o Yale, hacen un llamamiento para que se haga una investigación exhaustiva sobre el origen de la pandemia y no se descarte ni la teoría de un escape accidental del laboratorio, ni la de un salto natural desde los animales. “Las teorías de la liberación accidental de un laboratorio y el derrame zoonótico siguen siendo viables. “Saber cómo surgió la COVID-19 es fundamental para mitigar el riesgo de brotes futuros”, afirman los investigadores en esta carta.

El hecho de que un laboratorio de primer nivel, y que estudia esta familia de virus, esté ubicado en la misma ciudad donde surgió la epidemia, ayudó a alimentar la teoría de la creación biológica desde el primer momento. Sin embargo, las publicaciones científicas descartaron que se tratara de un patógeno manipulado en el laboratorio. “El RBD (el dominio de unión al receptor) de SARS-CoV-2 está optimizado para unirse al ACE2 humano con una solución eficiente diferente a las comprobadas anteriormente”, publicaron en Nature Medicine.

“No hay datos sustanciales que respalden la conclusión de que era muy poco probable un accidente de laboratorio”

Carta publicada en Science

Ahora, este grupo de investigadores considera que el informe llevado a cabo por la OMS en Marzo de 2021 no consideró de “forma equilibrada” las dos teorías sobre el origen del virus. “Aunque no hubo hallazgos que respalden claramente un derrame natural o un accidente de laboratorio, el equipo evaluó un derrame zoonótico de un huésped intermedio como “muy probable” y un incidente de laboratorio como “extremadamente improbable”.

Además consideran escaso que solo cuatro de las 313 páginas se dedicasen a la posible fuga del laboratorio. “Sin datos sustanciales que respalden su conclusión de que era muy poco probable”, concluyen.

The Wall Street Journal publicó que tres investigadores del Instituto de Virología de Wuhan tuvieron que ser ingresados en noviembre de 2019

Las publicaciones del The Wall Street Journal

Asimismo, días más tardes de la publicación de esta carta, el diario estadounidense The Wall Street Journal publicaba un informe de la Inteligencia de EE.UU, no revelado anteriormente, en el que se comunicaba que tres investigadores del Instituto de Virología de Wuhan tuvieron que ser ingresados en noviembre de 2019 por “síntomas consistentes tanto con COVID-29 como con enfermedades estacionales comunes”.

Pero la cosa no acaba ahí. Recientemente, este diario ha publicado que seis mineros enfermaron (y tres murieron) de una misteriosa enfermedad en abril de 2012, después de entrar en una mina de cobre del suroeste de China para limpiar el guano de murciélago. Los científicos del Instituto de Virología de Wuhan investigaron el caso y tomaron muestras de varios coronavirus nuevos en murciélagos, según afirma el diario.

Por su parte, China no hace más que negar las acusaciones de un escape biológico y acusa a Estados Unidos de fomentar ‘las teorías conspiranoicas’.

El informe de la OMS

El equipo de la OMS que llevó a cabo la investigación a principios de años reitera que “lo más probable” es que el virus saltase de un animal, seguramente un murciélago o un pangolín, a un huésped animal intermedio desconocido y, posteriormente, a los humanos. Aun así, no han conseguido especificar la vía de transmisión.

Una de las teorías es que los murciélagos fueran los reservorios primarios del SARS-CoV-2. Sin embargo, aunque el virus RaTG13 de los murciélagos Rhinolophus affinis es idéntico al SARS-CoV-2 en un 96%, su pico diverge en el RBD. Asimismo, la otra teoría expone a los pangolines como huéspedes intermedios porque  algunos coronavirus pangolín exhiben una fuerte similitud con SARS-CoV-2 en el RBD.

Ambos animales se podían ver en el mercado de animales de Wuhan al que se vincularon los primeros casos. Sin embargo, el informe de la OMS aclaró que este mercado “no fue necesariamente la fuente del virus“, como se pensó en un primer momento. Pero, sí pudo haber sido el lugar de un brote temprano o un “acelerador” de la propagación de un virus que ya circulaba en diciembre de 2019.

El primer caso de SARS-CoV-2, reportado el 8 de diciembre, no tenía vínculo con el mercado de Wuhan

Además, el primer caso reportado, con fecha del 8 de diciembre, no tenía ningún vínculo con el mercado, pero el informe sugiere que los casos leves y asintomáticos pudieron haber pasado desapercibidos. Por tanto, no se llega a una conclusión firme y los expertos piden una investigación adicional sobre el papel de este y otros mercados.

Esta investigación resultó complicada y controvertida. Los términos de referencia establecidos por los estados miembros de la OMS exigían una colaboración entre científicos chinos y extranjeros, no una investigación o auditoría independiente. Gran parte de los datos fueron recopilados por científicos chinos antes de la visita de los expertos y posteriormente fueron analizados por el equipo conjunto. Por tanto, surgen dudas sobre el grado de interferencia que haya podido tener China en dicho informe.


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