Durante el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) 2024 se han presentado varios estudios en los que se evalúa amivantamab (Rybrevant), de Johnson & Johnson. Uno de ellos es el estudio MARIPOSA, en Fase III, que compara el uso de la combinación de amivantamab y lazertinib frente a osimertinib en pacientes de alto riesgo con cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) y mutaciones en EGFR, incluidas las deleciones en el exón 19 o las de sustitución L858R.

“MARIPOSA es un estudio que evalúa esta combinación como tratamiento de primera línea en pacientes con mutación EGFR, lo que en España es aproximadamente el 15 por ciento de todos los adenocarcinomas”, explica Enriqueta Felip, jefa de sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Vall d’Hebron, jefa del Grupo de Tumores Torácicos y codirectora del Programa de Investigación Clínica del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO).

Felip es además una de las investigadoras del estudio y presentó estos datos en ASCO 2024. “Amivantamab es un inhibidor de EGFR y también inhibidor de MET; sabemos que en pacientes con mutaciones de EGFR uno de los mecanismos de resistencia es la amplificación de MET y en el estudio que se ha presentado se observó que la supervivencia libre de progresión (SLP) era superior con la combinación”, desarrolla la experta.

Alto riesgo

En concreto, los datos que se comunicaron en el cónclave anual de la oncología celebrado en Chicago revelan que amivantamab junto a lazertinib redujo el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte en comparación con osimertinib en diferentes grupos; en concreto, en pacientes con metástasis cerebrales la reducción fue del 31 por ciento y en aquellos con metástasis hepáticas del 42 por ciento. En palabras de Felip “lo que hemos presentado en ASCO es el análisis de grupos de alto riesgo, que serían los pacientes con metástasis cerebrales, aunque esto ya se presentó en el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO”, explica Felip. Pero en este encuentro, agrega, “en pacientes con metástasis cerebrales, que son un 40 por ciento de los participantes, y en los de metástasis hepáticas que se ha visto que su pronóstico es peor y suponen un 17 por ciento de los incluidos en el estudio, se ha observado que hay una mejora de la SLP al administrar la combinación”.

Por otra parte, se ha evaluado el efecto de la suma de tratamientos en relación a las comutaciones. “Los estudios son en función de los análisis moleculares y, en este, antes de empezar el tratamiento se hace biopsia líquida y se determinan comutaciones, siendo una de las más frecuentes TP53”, expresa Felip. A este respecto detalla que “ya se conocía que tener la comutación TP53 además de EGFR supone un pronóstico peor y esto se detecta en un 50 por ciento de los casos; estos datos de MARIPOSA reflejan que con amivantamab y lazertinib también hay una mejoría de la SLP en estos pacientes”.

Por otra parte, la oncóloga indica que también se ha hecho un análisis de otro subgrupo. “Se ha comprobado que los pacientes con determinación de EGFR no sólo en el tumor, sino también detectable en la biopsia líquida, tienen peor pronóstico”, precisa Felip. “Por último, se hizo un análisis mediante biopsia líquida tras la administración de tres ciclos de esta combinación y, en la mayoría de pacientes que se había detectado de entrada ya no lo detectamos, aunque sí hay un 15 por ciento en los que todavía se ve esta mutación en la biopsia líquida y en ellos se ve un claro beneficio a favor de la combinación”, afirma la especialista.

“Con todo esto concluimos que, de una forma consistente, en todos estos subgrupos que tenían peor pronóstico, la combinación de amivantamab y lazertinib mejora la SLP“, asevera Felip.

Manejo de la combinación

El potencial de amivantamab en cáncer de pulmón ha sido demostrado ya con los datos presentados de los ensayos en curso. Además, la experiencia en los estudios en marcha ha hecho que los profesionales conozcan cada vez más cómo manejar este tratamiento y sus combinaciones. “La reacción tras la infusión se da en el 60 por ciento de los pacientes y en la misma sesión de ASCO se presentaron datos del estudio PALOMA 3 que compara amivantamab endovenoso frente a subcutáneo; se vio que la eficacia es no inferior con esta última vía y además no está relacionada con las reacciones infusionales, incluso observando una tendencia a mejor supervivencia”, detalla Felip. De esto se desprende, apunta la especialista, “que probablemente en el futuro se optará por esta vía de administración de amivantamab, que se ha mostrado efectiva”. Y es que, esta alternativa es más cómoda para los pacientes dado que les ahorra tiempo, lo que también repercute en un ahorro de recursos sanitarios para este fin.

“También estamos trabajando en el manejo multidisciplinar de la toxicidad dermatológica y la paroniquia, que son efectos adversos que ya conocíamos con otros fármacos” expone la oncóloga. En este sentido, ha puesto en valor el papel de “la enfermería, que juega un papel muy relevante en el manejo de esta situación”, concluye Felip.


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