La microbiota o microbioma se trata de un conjunto de microorganismos, constituido por bacterias, virus y hongos, que se encuentran presentes en prácticamente todo el cuerpo humano. Este microbioma humano ha cobrado en los últimos años un gran interés debido a los resultados de varios estudios que apoyan que la microbiota puede afectar al riesgo de desarrollar cáncer, así como la respuesta al tratamiento durante la enfermedad.

Y es que según explica Verónica Martín Domínguez, médico digestivo del Hospital Universitario La Princesa, uno de los hallazgos más conocidos es que este conjunto de microorganismos favorece la absorción de muchos metabolitos y nutrientes, que sin el microbioma no seríamos capaces de absorber, como es el caso de la vitamina B12.

Martín destaca los numerosos beneficios que tiene el microbioma humano, entre ellos que favorece la respuesta inmunológica del organismo, así como los procesos metabólicos y los procesos de obesidad.

“Además, la microbiota produce ácidos grasos de cadena corta que proporcionan energía a las células intestinales, a los colonocitos, como el butirato. Es como el combustible que le da energía a las células”, explica la especialista.

“Si la microbiota está en equilibrio, contribuirá a nuestra salud”

Verónica Martín Domínguez, médico digestivo del Hospital Universitario La Princesa

Pero… ¿hay alguna forma de cuidar la microbiota en concreto? La médico digestivo del Hospital Universitario La Princesa deja claro que los hábitos de vida saludables como hacer ejercicio y llevar una dieta variada, rica en legumbres, verduras, hortalizas, fibra y fruta, y con un consumo moderado de proteínas, baja en ácidos grasos polisaturados, es lo más adecuado. A todo esto, hay que añadirle el no consumo de alcohol ni tabaco y la reducción del estrés, lo que favorecerá la salud y el equilibrio bacteriano, es decir la microbiota. “Si la microbiota está en equilibrio, contribuirá a nuestra salud”.

Microbiota y cáncer

Mónica Granja, secretaria científica de SEOM y oncóloga del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid coincide en que la microbiota intestinal va a depender de factores genéticos y factores ambientales como son la dieta y el estilo de vida. Así, añade que la obesidad, el tabaco y el estrés producen la llamada disbiosis que es un cambio en la composición de la microbiota intestinal inducido por alguno de los factores anteriores y que “daña” a las bacterias beneficiosas potenciando un estado inflamatorio que puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer.

En estudios realizados a partir de la secuenciación de ARN ribosomal en muestras de heces de pacientes diagnosticados de cáncer de colon e individuos sanos se objetivó que determinadas bacterias como el Fusobacterium parecían estar implicadas en el desarrollo tumoral generando una disbiosis intestinal y, como consecuencia, inflamación y proliferación de las células cancerosas.

Por el contrario, otro grupo de bacterias, el Bifidobacterium, parecía proteger frente al desarrollo del cáncer mediante la estimulación del sistema inmunitario (células T y macrófagos), e incluso parecen tener capacidad para reducir el crecimiento del tumor.

Por su parte, Verónica Martín apunta que por ahora es imposible saber si es el cáncer el que altera la microbiota o es la microbiota la que produce el cáncer, y añade que “se necesitan estudios longitudinales en este sentido”. Además, señala que en algunos análisis llama la atención que son las mismas bacterias las que se encuentran siempre, bacterias que por una razón u otra producen toxinas que pueden ocasionar daños en el ADN.

“La microbiota es diferente en todos los individuos pero se está viendo cada día más, que hay bacterias que producen alteraciones en el sistema inmune lo que hace que nuestro sistema de defensa se vea alterado y puede producir una inflamación crónica o alterar la mucosa intestinal, es un mecanismo que se ha asociado con la carcinogenia”, incide la especialista en digestivo.

Microbiota y quimioterapia

Otros estudios experimentales recientes también han puesto de manifiesto que la administración de determinados antibióticos junto al tratamiento de quimioterapia (medicamentos para el tratamiento del cáncer) puede tener como resultado una disminución de la supervivencia, o bien, aumentar la eficacia de los tratamientos.

“Esto podría explicar  por qué algunos tipos de microbiota se asocian a buenas respuestas al tratamiento quimioterápico o inmunoterápico mientras que otros tipos de flora intestinal se asocien con una falta de respuesta”, apunta la oncóloga.

Granja explica que todo esto se encuentra en evaluación. “El hallazgo de esta asociación abre la vía de futuras investigaciones y procedimientos terapéuticos como el trasplante fecal o la utilización de la microbiota como un posible biomarcador de respuesta a nuestros tratamientos.”

En este sentido, Verónica Martín, expone que aun queda mucho por estudiar ya que la quimioterapia también afecta a la microbiota del paciente, por lo que surge la duda de si los probióticos beneficiarían a los pacientes que están inmunocomprometidos por estar recibiendo el tratamiento o al tener estos las defensas bajas pudieran tener una infección.

Y es que aún se desconocen muchos aspectos sobre la relación entre microbioma y cáncer, tales como qué especies de microorganismos permitirían diagnosticar un cáncer en una fase más temprana o prevenir su desarrollo, qué microorganismos podrían emplearse para mejorar la eficacia de los tratamientos, e incluso abundar en los mecanismos que explicasen la relación entre microbioma y cáncer.

“Existe la teoría, y es una de las contraindicaciones el uso del probióticos con pacientes inmunocomprometidos. Es una contradicción decir que mejorar la microbiota en pacientes que van a recibir quimioterapia pero también tienen contraindicación del uso de probióticos”, destaca Martín.

Con todo, Granja insiste en que la microbiota se encuentra en pleno desarrollo e investigación pero se sabe que la alimentación juega un papel fundamental en el desarrollo del cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las metabólicas como la diabetes, entre otras. “Por este motivo desde cualquier consulta médica se insistirá a los pacientes en seguir una dieta equilibrada y en abandonar hábitos poco saludables como el tabaco, el alcohol y el sedentarismo”.

A su vez, la especialista en digestivo señala como “imprescindible” que todos los médicos digestivos tengan nociones básicas de la importancia de la microbiota “sobre todo porque la microbiota intestinal es la más importante y es la que afecta directamente sobre los procesos digestivos.”

Y concluye que en el futuro, no muy lejano los médicos podrán tener la posibilidad de hacer un análisis de microbiota y que eso les pueda orientar sobre ciertas terapias de tratamiento o el conocimiento de ciertas enfermedades.


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