Se cumplen ya dos años desde la comercialización en España del anticuerpo monoclonal alemtuzumab (Lemtrada, de Sanofi Genzyme) para pacientes adultos con esclerosis múltiple remitente recurrente (EMRR) con enfermedad activa definida por manifestaciones clínicas o detectadas por resonancia magnética. Con el objetivo de compartir experiencias con este fármaco, Sanofi Genzyme organizó la jornada “Dos años juntos”, en la que participaron relevantes expertos en esta enfermedad.
Como señaló Guillermo Izquierdo, jefe de Neurología y de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, “la llegada de este fármaco ha supuesto un punto de inflexión”. En este sentido, Xavier Montalban, director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat), destacó que uno de las datos más relevantes sobre la eficacia del fármaco es que los estudios muestran que el “38 por ciento de los pacientes mejoran en su discapacidad”. Este concepto de “mejora de la discapacidad”, que parecía casi un imposible hace unos años, se está empezando a incluir como objetivo secundario o terciario en algunos ensayos. “Pasamos a hablar de brotes y luego de disminuir la progresión de la discapacidad —comentó este experto—. Pero, implícitamente, aceptábamos que se producía una progresión de la discapacidad. Ahora, ya sabemos que el 38 por ciento de los pacientes mejoran de la discapacidad. No solo se frena la enfermedad, sino que están mejor”. Montalban también puso el énfasis en la robustez estadística de este porcentaje, “que se obtiene del estudio CARE MS I, en el que se siguió hasta el final a más del 90 por ciento de los pacientes”.
Por su parte, Rafael Arroyo, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, explicó que si deja evolucionar la EMRR, “esta patología puede restar mucha calidad de vida, ya que puede dejar secuelas neurológicas como pérdida de fuerza en brazos y piernas, falta de sensibilidad o trastornos del equilibrio”. A este respecto, Arroyo destacó que alemtuzumab ha demostrado “en estudios a corto, medio y largo plazo que puede mejorar todos los aspectos relacionados con la calidad de vida de los pacientes, como aspectos de la vida familiar, social y laboral”. Asimismo, Arroyo explicó que los efectos sobre la mejora de la calidad de vida de los pacientes “se producen antes del primer año desde el inicio del tratamiento”.
Precisamente, sobre la administración de este fármaco, Montalban remarcó que alemtuzumab se administra por perfusión intravenosa durante cinco días y, luego, un año después, durante tres días. Tanto los estudios como la experiencia de los expertos avalan la durabilidad de la eficacia del medicamento. “Entre el 70 y el 80 por ciento de los pacientes no necesitarán nada más hasta como mínimo seis años después”, comentó Montalban. Esta “durabilidad” es novedosa en el tratamiento de los pacientes con esclerosis múltiple, ya que el resto de las terapias se administran de forma continua.
Asimismo, Izquierdo señaló que va a iniciar un estudio para probar la eficacia de este fármaco en niños, “ya que el 5 por ciento de los nuevos pacientes tienen menos de 18 años”. Por su parte, Montalban confirmó que su grupo ya tiene en marcha un estudio fase 1 con alemtuzumab en pacientes con esclerosis múltiple primaria progresiva, la forma más agresiva de la patología.