Como cada año, ASCO se convierte en el evento de referencia para compartir conocimientos en el abordaje oncológico. En esta edición de 2024, los hallazgos sobre nuevas moléculas hacen vislumbrar un futuro prometedor en diversas neoplasias. Así, los avances presentados, con el cáncer de pulmón como uno de los grandes protagonistas, o el cambio de paradigma que pueden suponer los datos presentados en cáncer de mama, abren el camino a romper el ‘techo terapéutico’ en el manejo de múltiples tumores.

Nuevas moléculas

Jesús García-Foncillas, presidente de la Fundación ECO y director del Departamento de Oncología y del Instituto Oncológico del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, destaca algunas de las nuevas moléculas e indicaciones que se presentaron durante el transcurso del congreso. En primer lugar, pone de relieve los anticuerpos conjugados. “En esta edición se han presentado datos de ABBV 400 y ABBV 706, con estudios en fase I para distintos tipos de tumores sólidos”. García-Foncillas apunta que “los dos son anticuerpos dirigidos para inducir muerte celular, interrumpiendo la replicación del ADN”.

“Otro punto importante es que tenemos nuevos inhibidores, como el del oncogén KRAS, que nos permiten dirigir el tratamiento de una forma más global a este conjunto de mutaciones”, explica el presidente de la Fundación ECO.

Por otra parte, García-Foncillas destaca “un medicamento basado en una cadena bacteriana denominada BMC128, cuyos datos preliminares han demostrado resultados positivos en fase I en melanoma, cáncer de pulmón y cáncer de riñón”.

“También puede llegar a ser importante un anticuerpo llamado mitazalimab, ya que ha reflejado resultados positivos en un tumor como el cáncer de páncreas”, expresa García-Foncillas. Y es que esta neoplasia es una de las que sigue registrando una mayor mortalidad.

En cáncer de cabeza y cuello, el oncólogo hace referencia a “un producto que se llama NBTXR3, ya que ha demostrado un incremento de la respuesta muy significativo”.

Asimismo, García-Foncillas destaca “el potencial de una vacuna de ARN mensajero, la denominada MRNA 4157, que demuestra un beneficio muy importante en melanoma”. Y, similar a esta vacuna, se refiere a “una molécula formada por péptidos, ELI-002, que en el estudio en fase I ha demostrado una reducción muy importante del tumor”.

Por otra parte, el especialista resalta que le resultaron llamativos los resultados del estudio que evalúa la combinación de nivolumab e ipilimumab en hepatocarcinoma. “Ha mostrado una tasa de respuesta muy importante y, con estos resultados, podría plantearse que algunos casos de este tumor que no son operables pudieran llegar a serlo administrando esta combinación”.

Con todo ello, concluye que los resultados comunicados en ASCO 2024 apuntan “a nuevas moléculas que pueden dar un giro a la línea de tratamiento estándar que existe ahora mismo en diferentes tumores, si se observa un aumento de la respuesta”. “Ahora que algunas de ellas se van a testar en combinación con el tratamiento estándar, considero que al aumentar la respuesta van a aumentar el tiempo libre de progresión y creo que se podrá llegar a demostrar que pueden impactar incrementando la supervivencia de los pacientes”, señala García-Foncillas.

Cáncer de pulmón

En cuanto al cáncer de pulmón, Delvys Rodríguez Abreu, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria y patrono de la Fundación ECO, valora que “ASCO 2024 ha sido un año bastante bueno en cuanto a resultados en cáncer de pulmón”.

“Se han presentado datos a cinco años del estudio CROWN con lorlatinib en cáncer de pulmón ALK positivo; en este periodo, vemos que la mitad de los pacientes no han progresado después de cinco años y eso es algo impresionante en este tipo de tumores”, expresa. “Estaríamos hablando de que son personas que pueden llegar a cronificar su enfermedad y esto es algo impresionante en cáncer de pulmón que nunca habíamos alcanzado en ningún subtipo”, afirma.

Por otra parte, añade que “se presentaron datos en pacientes con cáncer de pulmón localmente avanzado que tuvieran mutación de EGFR y que, tras quimiorradioterapia, se les daba tratamiento con osimertinib”. “Es un estudio positivo que resalta el potencial de este tratamiento en todo el espectro del tratamiento del cáncer de pulmón, desde los estadios iniciales hasta el localmente avanzado y también en enfermedad metastásica”, apunta.

Rodríguez también se refiere a los datos comunicados sobre carcinoma microcítico de pulmón. “Tras quimiorradioterapia, se realizó mantenimiento con durvalumab y es un estudio positivo, también teniendo en cuenta que es una enfermedad con mal pronóstico”, resalta.

Otro de los aspectos que destaca Rodríguez es que “los datos de amivantamab subcutáneo con lazertinib reflejaron que es igual al endovenoso, pero menos tóxico”. También detalla que “esta vía de administración es muy ventajosa porque es más rápida para los pacientes y se puede administrar en el hospital de día”.

Por otra parte, Rodríguez apunta a datos que consolidan los ya conocidos en cáncer de pulmón, como el potencial de la quimioinmunoterapia adyuvante seguida de inmunoterapia; un estudio en fase III de quimioterapia más pembrolizumab adyuvante en el que se demostró que la calidad de vida no se ve alterada; y también avances en inhibidores de ROS-1, que, como especifica Rodríguez, “son enfermedades raras, pero es bueno ver que siguen existiendo opciones de tratamiento”.

Y más allá de los tratamientos, Rodríguez subraya que “se presentó un estudio importante que evalúa la importancia de integrar en los pacientes con cáncer de pulmón metastásico desde el momento del diagnóstico la atención con cuidados paliativos”. “Es algo que en el centro donde trabajo en Gran Canaria ya hacíamos, pero este estudio viene a ratificarlo”, valora. “Además, este estudio viene a decir que en aquellos pacientes que la primera visita se hace presencial, el resto se pueden hacer por telemedicina y que no disminuye la eficacia y control de los síntomas en esos pacientes”.

Cáncer de mama

Por su parte, Rafael López, vicepresidente de la Fundación ECO y jefe del Servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), coincide con Rodríguez en que se presentaron “resultados espectaculares en cáncer de pulmón” y agrega que “también en cáncer digestivo, con determinados subgrupos de pacientes en los que el tratamiento sistémico gana cada vez más fuerza en el tratamiento del cáncer, también en etapas iniciales lo que puede ser muy positivo”.

Acerca de los avances en cáncer de mama, considera que “se ha demostrado que hay tratamientos que balancean la eficacia y la calidad de vida, como las segundas líneas hormonales con más opciones, cuando hace unos años prácticamente solo había una, aunque estos resultados son todavía un poco preliminares”.

López define como “un camino interesante el de los anticuerpos conjugados”, apuntando que “hay una explosión, aunque no solo en mama, sino en todas las patologías”. “Son muchos los tratamientos de este tipo que se están desarrollando, y creo que muchos profesionales estamos de acuerdo en que van a sustituir a la quimioterapia, ya que incrementan la eficacia y reducen la toxicidad”, explica.

Asimismo, señala que “se han observado resultados muy positivos con los ultralow que han confirmado los resultados de los low, rompiendo algunos paradigmas que teníamos muy definidos como los de dividir la enfermedad en HER o no HER”. “Ahora ya no tenemos tan claro si son tan eficaces que van a ser positivos incluso en aquellos tumores que tienen una muy baja expresión de esta proteína”, remarca. Para el oncólogo, el problema radica en “cuándo se va a disponer de la financiación en algunos países europeos”.

“Están también todos los nuevos HER que pensábamos que había un techo terapéutico y llevamos tres o cuatro años viendo que se están desarrollando nuevos fármacos y estrategias que están mejorando aparentemente los resultados de una forma espectacular y que abren vías de esperanza”. “También se están incluyendo opciones en este subgrupo para evitar cirugías, está un poco lejano, pero se empieza a hablar de esa hipótesis”, expone López.

Por último, López alude a “la lenta incorporación de la inmunoterapia en cáncer de mama, aunque está dando sus pasos”. “Supongo que con las nuevas generaciones de fármacos que interfieran con la quimioterapia o las combinaciones que se están desarrollando, reflejen mejores resultados”, concluye.


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