reprogramación celular

La Real Academia Nacional de Medicina junto a la Fundación Fernández Cruz recibieron este jueves a Shyna Yamanaka, Premio Nobel de Medicina y Fisiología del 2012 y a Juan Carlos Izpisúa, profesor y director del Institut of Science en San Diego California dentro de Altos Lab. Ambos fueron reconocidos en el XLI Lección Memorial Fernández-Cruz por su importante papel en la reprogramación celular e investigación contra el envejecimiento y la prevención de las enfermedades asociadas al mismo.

Así, en una ceremonia presidida por Eduardo Díaz Rubio, oncólogo y presidente de la Real Academia de Medicina, y Arturo Fernández Cruz, presidente del Comité Científico de Fundamed y de la Fundación Fernández-Cruz, han otorgado al Nobel Yamanaka el título de miembro de honor de la Academia y a Izpisua la medalla de honor.

Además, la Fundación entregó un premio Memorial al profesor Rick Klausner, director del centro de investigación Los Altos Labs, una entidad privada especializada en la investigación para revertir el envejecimiento.

Hace 15 años el científico japonés, Shyna Yamanaka y su equipo fueron capaces de convertir las células de la piel o de la sangre al estado embrionario anterior, pudiendo fabricar un nuevo tipo de células madre, denominadas IPS. El descubrimiento de estas células madre pluripotentes inducidas, hacen que puedan reprogramarse para desarrollarse como parte de cualquier tejido del cuerpo.

Esto fue el inicio de la medicina regenerativa, llevando a crear a la Universidad de Kyoto, un nuevo instituto para buscar nuevas aplicaciones médicas a la investigación de células IPS.

Según indicó Yamanaka en su discurso, a día de hoy existen dos aplicaciones médicas existentes para esta tecnología. En primer lugar, la medicina regenerativa con células y por otro lado, el desarrollo farmacológico.

Medicina regenerativa

En el acto, el nobel explicó como a través de esta tecnología, se consiguió revertir la ceguera en pacientes con degeneración ocular asociada a la edad en la retina del ojo. Los científicos, en concreto, Masayo Takahashi, generaron células IPS de las propias células de la piel de paciente para la retinosis pigmentaria.

“Son células pigmentadas y de esta constitución de nuevas células de la retina, se pudo trasplantar otra vez al ojo del propio paciente siguiendo los modelos”

Shyna Yamanaka, Premio Nobel de Medicina y Fisiología del 2012.

Este fue el primer ensayo clínico utilizando células IPS humanas en patología, en el que, además, no hubo ninguna complicación grave de tumorigenicidad, ni rechazo inmune. Por lo que el desenlace del caso se publicó en la revista New England en 2017.

Sin embargo, para solventar algunos problemas de índole práctica, decidieron seguir otro planteamiento: crear un stock de IPS, células pluripotenciales en stock de donantes sanos, solucionando antes el problema del rechazo inmunológico y haciendo compatibles al máximo el tipo inmunológico de donantes receptores.

“Hasta la fecha hemos ido generando estas células IPS de siete superdonantes con los tipos de HLA más frecuentes entre la población japonesa. Estos cuatro tipos de HLA cubren hasta el 40 por ciento de la población japonesa, es decir 50 millones de personas de japón se podrán tratar con este pequeño número de estirpes celulares de IPS”, apunta.

Desarrollo farmacológico

La segunda vertiente de las IPS tiene que ver con el desarrollo farmacológico. En este sentido Yamanaka ha avanzado los próximos retos de su grupo de investigación, entre ellos, cuatro ensayos clínicos para la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Esta enfermedad “devastadora” que produce la muerte progresiva de las motoneuronas y los pacientes pierden la posibilidad de moverse, ahora se puede investigar esta muerte celular utilizando IPS de los pacientes de la piel y fabricando motoneuronas de la piel.

“Nos llevamos una sorpresa cuando intentamos regenerar a partir de las IPS de los pacientes y las motoneuronas empezaban a morir, fallecían. Cosa que no pasaba cuando fabricábamos motoneuronas de IPS sanas”

Shyna Yamanaka, Premio Nobel de Medicina y Fisiología del 2012.

En este sentido el científico japonés, puso sobre la mesa el ensayo en fase I de uno de sus investigadores, Harushia Inoue, que utilizando esta tecnología consiguió que en 5 pacientes de los 9 que participaban en el ensayo se detuviera la enfermedad.

Shyna Yamanaka concluyó su intervención destacando la fantástica década que había vivido en la investigación y señalando “el nuevo horizonte” que tenemos gracias a Juan Carlos Izpisúa. “Sabemos que esos mismos cuatro factores que habíamos usado, para inducir las células, también pueden rejuvenecer las células de nuestro organismo”.

El sello español del rejuvenecimiento celular

Las carreras de Izpisúa y Yamanaka se han topado en varias ocasiones. La última de ellas fue este mismo año, cuando el español logró revertir el envejecimiento de ratones de mediana edad y ancianos al restablecer parcialmente las células a estados más juveniles.

El investigador español ha descubierto una clase de ARN que se acumula en el núcleo de las células de personas con progeria, una enfermedad que provoca el envejecimiento prematuro del cuerpo. El bloqueo de este ARN ha logrado revertir los síntomas de la enfermedad en ratones, prolongándoles la vida.

En su turno, Juan Carlos Izpisúa, director del San Diego Instute of Science dejó claro que más allá de nuestro genoma, existe otro nivel de control denominado epigenoma. Este se forma de todas aquellas marcas, que conforme va avanzando la vida, se van añadiendo y van modificando nuestro genoma y la expresión de nuestros genes.

“Independiente de esas alteraciones que ocurren en nuestro genoma con el paso del tiempo, y de las mutaciones que tenemos o adquirimos, quizás modificando el epigenoma, uno puede lidiar con la enfermedad”, indica.

En esta línea, explica que no es que corrijan la mutación que causa la enfermedad, sino que tratan de aumentar el nivel de resiliencia para poder lidiar con esa enfermedad de una manera más apropiada.

“Nuestra misión es entender esos mecanismos de modificar nuestro genoma para poder lidiar con todas las enfermedades”

Juan Carlos Izpisúa, director del San Diego Instute of Science.

Con todo, Izpisúa concluye apuntando que “estamos ante una nueva medicina que trata de atacar a una enfermedad de manera general para que podamos luchar con todas las enfermedades”.


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